Cómo se cuidan los hombres en España: los tratamientos faciales y corporales más demandados
Varios expertos analizan cómo ha cambiado la relación del público masculino con la estética
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Los hombres cada vez le dan más importancia a su aspecto físico, lo que incluye no solo ir al gimnasio y cuidar su alimentación, también preocuparse por su pelo y su piel. La relación del público masculino con los cuidados de belleza y la estética ha cambiado mucho en los últimos años. El neceser de los hombres ya no solo incluye los productos básicos de afeitado y el perfume. Limpiadores faciales, cremas, sérums y contornos de ojos se han ido incorporando. Incluso los más atrevidos también usan algún producto de maquillaje, como el corrector para disimular las ojeras. Pero muchos, han dado un paso más, y también se han apuntado al boom de los retoques estéticos. Según los datos del último informe realizado por la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), el 46,6% de la población española se ha realizado un tratamiento de medicina estética en 2023. De éstos, el 69% son mujeres y el 31% son hombres.
La doctora Cristina Chacón, experta en medicina estética y CEO del centro CCH Privé de Madrid, comenta que «es innegable que la demanda de tratamientos estéticos masculinos se encuentra al alza, fundamentalmente en los hombres que oscilan entre los 40 y los 55 años, aunque hay muchos que empiezan en torno a los 30 años, para tratar patologías como el acné o bien para realizarse trasplantes capilares, una intervención cada vez más solicitada en el país debido a que casi el 50% de los españoles padece actualmente alopecia, siendo hasta en el 90% de los casos de carácter androgénico, con un alto componente hereditario. Además, eliminar las arrugas de expresión, las patas de gallo, conseguir una piel más tersa y rejuvenecida o tener una mirada más descansada son otras de las preocupaciones que los hombres tienen hoy en día y en lo que se enfocan a la hora de realizarse sus tratamientos estéticos».
Frenar la caída del pelo, máxima prioridad
Sin duda, una de las principales preocupaciones estéticas de los hombres es la caída del pelo que, además, puede ocurrir a edades muy tempranas en algunos casos. Hay diversos tratamientos que pueden ayudar a fortalecer el pelo y retrasar su caída como la mesoterapia con vitaminas, el Plasma Rico en Plaquetas o el láser de baja intensidad. Pero cuando el folículo ha desaparecido, la única opción para revertir la calvicie es el trasplante capilar. Según la doctora Cristina Chacón, esta cirugía ha cobrado gran popularidad en los hombres entre 30 y 40 años, aunque también hay pacientes más jóvenes. «En esta intervención ambulatoria, se extraen las unidades foliculares de la zona baja de la nuca para implantarlas en las áreas afectadas por la alopecia, todo ello mediante la técnica FUE. Los resultados definitivos se dan al año de la cirugía, aunque a partir de los seis meses el pelo ya nacerá grueso y en abundancia, por lo que, en esta etapa, ya se podrán apreciar grandes cambios y hasta el 80% de los resultados del trasplante», concluye la doctora Chacón.
Lo que se hacen para combatir el envejecimiento de la cara
Pero, cada vez más, el hombre se preocupa por mejorar su rostro y sobre todo por frenar su envejecimiento. El doctor Manuel Rubio, especialista en medicina estética, explica que «el envejecimiento afecta a hombres y mujeres de manera diferente debido a variaciones en la estructura de la piel, distribución de la grasa, y cambios hormonales. En los hombres, la piel tiende a ser más gruesa y a tener mayor cantidad de colágeno, lo que puede retardar la aparición de arrugas en comparación con las mujeres. Sin embargo, cuando las arrugas y la flacidez aparecen, tienden a ser más pronunciadas y profundas. Además, los hombres suelen experimentar pérdida de volumen facial en áreas como las mejillas y la mandíbula, lo que puede dar un aspecto más envejecido y cansado».
Según el doctor Rubio, «los hombres suelen inclinarse más hacia la armonización facial. Buscan procedimientos que les ayuden a mantener o recuperar un aspecto juvenil y definido sin perder su masculinidad, como definir la línea mandibular, el relleno de ojeras, la corrección de arrugas y líneas de expresión en la frente y en el área de los ojos o restaurar el volumen en las mejillas». De la misma opinión es el doctor David Sanz, director de de DSculpt Clinic, que asegura que «cada vez más los hombres acuden a sus consultas en busca de realzar sus rasgos masculinos y tratar los signos del envejecimiento».
Para este tipo de tratamientos, se utiliza ácido hialurónico, como explica el doctor Rubio. «Los rellenos dérmicos, especialmente aquellos a base de ácido hialurónico, son una excelente opción para abordar los signos del envejecimiento en los hombres». Otro de los tratamientos más utilizados para luchar contra el envejecimiento es la toxina botulínica (el popular bótox) que se aplica en la frente y el entrecejo, y que paraliza el músculo, suavizando así las líneas de expresión y arrugas.
Si hablamos de cirugías, la intervención que más se hacen los hombres, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) es la blefaroplastia o cirugía de párpados. El doctor José Luis Martín del Yerro, cirujano plástico de DEMYA Martín del Yerro Amselem, nos cuenta que «las ojeras y las bolsas preocupan mucho al hombre, porque dan aspecto de cansancio y socialmente no está bien visto. Cada vez son más los hombres que se realizan esta operación para eliminar las bolsas, el párpado caído y las ojeras».
¿Y en el cuerpo?
En general, los tratamientos estéticos corporales no tienen tanto éxito entre los hombres, como los faciales. Sin embargo, sí hay un tipo de hombre que se cuida, va al gimnasio, come bien y le gusta acudir a la estética para eliminar la grasa localizada, que no se va de otra forma. «En cuanto a la mejora corporal, aunque también hay interés, no es tan demandada como la armonización facial. No obstante, algunos hombres optan por procedimientos de modelado corporal y reducción de grasa localizada», explica el doctor Manuel Rubio. Para ello eligen tecnologías como la radiofrecuencia o los ultrasonidos, o cirugías como la ginecomastia (reducción de mamas) o la liposucción (especialmente en el abdomen, la cintura y la papada).
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