ARTE
Clonando a Miguel Ángel
ABC Cultural visita Factum Arte para ser testigo de cómo se reproducen algunas de las esculturas del 'divino' Buonarroti, de quien se conmemora el 550 aniversario de su nacimiento
La Galería Nacional de Dinamarca, en Copenhague, le ha encargado facsímiles de nueve de sus obras para una exposición que este sábado abre sus puertas
Miguel Ángel: retrato de un genio no tan «divino» como lo pintan

A ciegas, sin apenas espacio para trabajar, cinceló la columna vertebral de la espalda del Cristo yacente, aun sabiendo que nunca se vería. Uno de los pocos privilegiados que pudo introducir la mano en ese angosto hueco, y acariciar vértebra a vértebra, nos confesaba hace ... años que era imposible no llorar de la emoción. Antes de cumplir los 30 años, Miguel Ángel esculpió en mármol la 'Piedad' más hermosa y conmovedora de la Historia del Arte. Dio vida al impresionante 'David', prototipo del cuerpo humano perfecto. El hombre que tocó a Dios inmortalizó 'La creación del mundo' en el techo de la Capilla Sixtina, diseñó la cúpula de la Basílica de San Pedro... Uno solo de esos trabajos le hubiera bastado para pasar a la eternidad. Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) creía que las esculturas estaban encerradas en bloques de mármol y él se limitaba a liberarlas. Sus 'esclavos' intentan escapar de la piedra que los aprisiona. Los enemigos del genio toscano, que también los tuvo, le acusaron de haber falsificado el 'Laocoonte', hallado en su presencia en 1506.
Coincidiendo con el 550 aniversario de su nacimiento, acaban de restaurar su tumba en la Santa Croce de Florencia, la iglesia donde Stendhal sufrió el síndrome al que dio nombre. Este sábado abre sus puertas en la Galería Nacional de Dinamarca, en Copenhague, la exposición 'Miguel Ángel imperfecto', título que resulta paradójico. ¿El 'divino' Miguel Ángel imperfecto? Vasari lo presentaba como «un santo, un salvador enviado del cielo para rescatar a las artes de su imperfección». No era conocido por su fe inquebrantable, que la tuvo, sino por los prodigios que salieron de su privilegiada mente y sus virtuosas manos. «Siempre se esforzó por alcanzar lo más grande y, a menudo, lo imposible, pero su arte también gira en torno a la imperfección, la ansiedad y la vacilación», explican los responsables de la muestra.
El museo danés saca a la luz en la exposición su espléndida colección de moldes históricos de las esculturas de Miguel Ángel. Es una de las más completas del mundo, si no la mayor: reproducciones en yeso, la mayoría del siglo XIX, del 'Moisés', la 'Piedad', sus más célebres 'Madonnas', algunos de sus 'esclavos', un 'David' en bronce... En total, se exhibirán unas 80 obras: 27 vaciados de yeso de Miguel Ángel, realizados entre 1830 y 2002; la mayoría de 1897-98. Además, dos vaciados en bronce del siglo XIX, tres pequeños modelos escultóricos en cera y terracota, su pequeño crucifijo de madera de la Casa Buonarroti, 19 dibujos y 6 documentos autógrafos de Miguel Ángel. «Apenas se prestan dos o tres esculturas originales, por lo que la exposición sería imposible sin las reproducciones», explica, vía mail, Matthias Wivel, comisario de la muestra. Diez son facsímiles realizados por la Fundación Factum [nueve, nuevos]. El décimo lo hizo para una exposición en la Galería de la Academia de Florencia en 2022: es la copia de un busto en bronce de Miguel Ángel, realizado por Daniele da Volterra, procedente del Ashmolean Museum de Oxford.
La muestra en Copenhague es una oportunidad única de admirar la mayoría de las esculturas del maestro en un solo lugar. Los originales del maestro apenas se mueven, salvo contadas ocasiones, por motivos de conservación. Pero, ¿cómo se clona una escultura de Miguel Ángel? Para descubrirlo nos dirigimos a una zona anodina del este de Madrid, en el distrito de San Blas-Canillejas. En la desvencijada puerta del número 28 de la calle Albarracín hay un cartel que indica que el acceso a nuestro destino es a través del callejón cercano. Nada hace sospechar que, a pocos metros, se halla una especie de cueva de Alí Babá llena de maravillas: los sarcófagos de Seti y Tutankamón, un Klimt, un Van Dyck, un cartón para tapiz de Rafael, un Banksy... No son obras originales, sino reproducciones. Factum Arte es el sueño cumplido de Adam Lowe, Manuel Franquelo y Nando Guereta, quienes en 2001 pusieron en marcha esta empresa, que ha adquirido reconocimiento internacional. Hoy reciben encargos de todo el mundo. En su currículum, la tumba de Rafael en el Panteón de Roma, el Pórtico de la Gloria, 'La Dama de Elche', la 'Paulina Borghese' de Canova, el 'San Sebastián', de Bernini; las pinturas negras de Goya...
En este moderno y multidisciplinar taller renacentista trabajan unas 60 personas. Para obrar el milagro se aúnan todos los saberes
En este moderno y multidisciplinar taller renacentista trabajan unas 60 personas. Para obrar el milagro se aúnan todos los saberes: pintores, escultores, técnicos, conservadores, arquitectos, ingenieros, desarrolladores de software, fundidores, soldadores, restauradores, fotógrafos, cineastas, tipógrafos, físicos... Factum Arte se ocupa de ofrecer soluciones técnicas a los artistas contemporáneos para producir sus obras, por muy complejas que sean (Anish Kapoor, Marina Abramovic o Marc Quinn, entre otros muchos). La Fundación Factum se dedica a la protección del patrimonio cultural: digitalización de obras de arte, realización de facsímiles...
Nos acompañan en la visita Carlos Bayod, director de Proyectos de la Fundación Factum, y Juan Carlos Arias, director del taller de escultura y facsímiles de Factum Arte. Éste participó en la creación de la 'Neocueva' de Altamira, años antes de que naciera esta empresa. Seis de las reproducciones encargadas ya están listas: el hermoso 'Cupido', del Metropolitan Museum de Nueva York; 'San Pedro', 'San Agustín', 'San Pablo' y 'San Gregorio', del altar Piccolomini de la Catedral de Siena (el maestro echó mano del taller por su volumen de trabajo), y una de las dos versiones de 'San Juan Bautista Niño' (San Juanito), de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli. Están en marcha la otra versión del 'San Juanito', 'El genio de la Victoria', 1532–1534, del Palazzo Vecchio de Florencia; y 'Raquel' y 'Lía', 1542-1545, figuras que flanquean el 'Moisés', de Miguel Ángel en la tumba del Papa Julio II en la basílica de San Pietro in Vincoli de Roma. No se consiguieron los permisos para reproducir algunos de sus 'esclavos'.

De las nueve esculturas encargadas por la Galería Nacional de Dinamarca, se pidieron dos copias distintas de 'San Juan Bautista Niño', conocido como el 'San Juanito', de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, única escultura del artista en España, que se destrozó durante la Guerra Civil española. Se conservaron solo 17 fragmentos, un 40% de su volumen original. Se enviaron al Opificio delle Pietre Dure de Florencia para restituir la obra de Miguel Ángel. Se hizo una reconstrucción volumétrica en 3D de la escultura: se distinguen claramente los fragmentos originales de los que se añadieron. Factum ha hecho dos facsímiles de la escultura: uno, en su actual estado, y otro que 'resucita' la obra original, antes de ser destrozada. Este último ha viajado a Copenhague.
«En ningún caso es una obra falsa. Algo es falso cuando tienes la intención de defraudar o de engañar»
Puede hablarse de copias, reproducciones, réplicas, facsímiles..., pero nunca de 'fake' (falso), porque «en ningún caso la intención de lo que hacemos es llevar a engaño a nadie. Nunca presentamos una copia como lo que no es. En ningún caso es una obra falsa. Algo es falso cuando tienes la intención de defraudar o de engañar. Al revés. Nosotros, lo que hacemos es, a través del facsímil, ayudar a conocer mejor el original y ponerlo en valor, no denigrarlo», explica Bayod. El objetivo de estos facsímiles es la preservación del patrimonio (debido a la fragilidad de los originales, pueden sustituirse por copias en exposiciones como esta o para su estudio e investigación), la restitución en sus ubicaciones originales, el estudio detallado de su estado de conservación...
A lo largo de la Historia ha sido una práctica habitual hacer vaciados de las esculturas clásicas. Se realizan colocando varios moldes de escayola sobre la superficie de la estructura original. Una vez endurecidos y retirados, los moldes se envuelven en una carcasa exterior, se recubre el interior con un agente separador y se vierte el yeso húmedo. Después, se ensamblan las piezas y se rematan las juntas y superficies para obtener una reproducción completa de la obra original. Pero el vaciado tradicional resulta muy invasivo, pues durante el proceso podría dañarse el original, arrancando incluso en ocasiones parte de la policromía de la pieza. «Nosotros usamos una tecnología sin contacto. El escaneado 3D, por definición, es algo no invasivo. Nunca tocas ni modificas el original. Los escáneres 3D permiten tener un nuevo positivo sin haber tocado el original y con todos los detalles», advierte Bayod.

Aunque la práctica de reproducir esculturas famosas en yeso se remonta al siglo XVI, fue en el XIX cuando proliferaron en Europa los museos de vaciados. El estudio del arte siempre ha dependido de las reproducciones. La Academia de Bellas Artes de San Fernando cuenta con un importante taller de vaciados: una galería de esculturas en yeso, vaciadas de las más conocidas y apreciadas de la Antigüedad Clásica, que servían para la formación de los alumnos. En su vestíbulo lucen 'Hércules' y 'Flora' Farnese. En 1651, Velázquez se embarcó en un segundo viaje a Italia. Felipe IV le encargó una ambiciosa misión: adquirir pinturas y copias de las mejores esculturas clásicas para decorar las estancias del Alcázar de Madrid. Necesitaba tener acceso a las familias más influyentes y poderosas (los Borghese, los Farnese, los Medici, los Ludovisi...), así como a sus colecciones en Roma y en el Belvedere del Vaticano; conseguir las licencias para realizar los vaciados, contratar a los mejores escultores y fundidores...
«Las reproducciones pueden desempeñar un papel crucial tanto en la investigación como en la conservación de obras de arte»
También en Madrid, se creó en 1877 el Museo de Reproducciones Artísticas. Tras cerrar sus puertas, su colección ingresó en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid en 2011. Y en 1927 nació el Museo de Reproducciones Artísticas de Bilbao, con réplicas de obras maestras como la 'Victoria de Samotracia', la 'Venus de Milo', el 'Laocoonte' o el 'Moisés' de Miguel Ángel. Fuera de nuestro país hay destacadas colecciones de vaciados. Una de las mejores se halla en el Victoria & Albert Museum de Londres. En los Cast Courts se exhiben reproducciones de algunas de las esculturas más famosas del mundo: la Columna de Trajano, el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela o el 'David' de Miguel Ángel, enviado a la Reina Victoria por Leopoldo II, gran duque de Toscana. Escandalizada por la desnudez del molde, la Reina pidió que se hiciera una hoja de parra de proporciones adecuadas –colgaba con un par de ganchos de los genitales del joven pastor–, que se colocaba en las visitas de los dignatarios.
¿Estas réplicas suponen una democratización del arte? Comenta Matthias Wivel que es «una especie de continuación, o 'revival', si se quiere, de la idea decimonónica que estaba detrás de las colecciones de yesos: poner el arte a disposición de un público más amplio, permitir el estudio más detallado de obras menos accesibles, yuxtaponer piezas que no están en la misma ubicación, etc. Las reproducciones pueden desempeñar un papel crucial tanto en la investigación como en la conservación de obras de arte. En el caso de los nuevos facsímiles, se trata de grabar imágenes de alta fidelidad de las superficies de los originales en 3D, con una precisión micrométrica. Es enormemente valioso tanto para la restauración como para la investigación de aspectos como los materiales y la técnica».

¿Qué pasos se siguen en el proceso para clonar un Miguel Ángel? Explican Carlos Bayod y Juan Carlos Arias que, básicamente, son cinco. Se parte de un escaneado 3D de la obra original con una cámara. Para ello hay que conseguir previamente el permiso del propietario. A veces, el acceso a las piezas es complicado porque forman parte de altares o de conjuntos arquitectónicos y el acceso es limitado. Es el caso de 'Raquel' y 'Lía', en la tumba de Julio II. «Las partes a las que hemos tenido acceso están escaneadas con la máxima calidad y el máximo detalle. Y, donde no llega el 3D, llegamos nosotros. Hemos estudiado Historia del Arte, conocemos la 'maniera' de Miguel Ángel», apunta Arias. A veces es necesario hacer un mínimo tratamiento digital para completar las partes que faltan, en los casos en que no se tenga acceso.
Para escanear las obras de Miguel Ángel se ha usado la técnica de la fotogrametría. «Es la que se usa generalmente con las esculturas para obtener información tridimensional de un volumen mediante la toma de múltiples fotografías. Es una técnica muy versátil porque, cámara en mano, te permite digitalizar esculturas o superficies, incluso partes de edificios, elementos arquitectónicos, con mucho detalle y de una manera relativamente ágil. Con esa técnica hemos digitalizado todas estas esculturas de Miguel Ángel. En otros casos lo combinamos con otros métodos de escaneado 3D, como escáneres de luz estructurada o de luz blanca», explica Bayod.

El segundo paso es materializar los datos digitales por medio de una impresión 3D, consiguiendo reproducir el objeto ya físico. A veces las impresiones 3D de mayor tamaño se encargan a empresas fuera de Factum Arte, a las que se envía el modelo virtual. La técnica utilizada en este caso es la estereolitografía. Es una técnica de impresión 3D que da mayor resolución y definición de detalles: «Hay mil maneras de imprimir 3D, pero, cuando queremos reproducir todo el detalle de una escultura que hemos escaneado, la estereolitografía es la que solicitamos».
La estereolitografía (SLA), también llamada fotopolimerización en tanque o impresión 3D de resina, es una tecnología de fabricación aditiva en la cual se emplea una fuente de luz (láser de luz ultravioleta) para realizar un proceso en el que la resina se transforma en plástico endurecido, el cual da forma al objeto final. Las impresoras de resina trabajan por capas, endureciendo el material poco a poco hasta obtener la pieza terminada.

«Se obtiene un archivo digital, un modelo 3D, que es algo así como la versión digital de esa escultura. Y después hay que hacer el camino contrario: volver a pasar esa información digital a un soporte material. Nuestra filosofía, nuestra política, es que todos los archivos digitales que obtenemos pertenecen al dueño de la obra original. El uso de los archivos digitales es muy importante que no cambie de manos. Y eso es algo en lo que siempre hacemos hincapié en todos nuestros contratos y acuerdos con los museos», apunta Bayod.
Para el acabado final de las piezas la superficie requiere un tratamiento a mano por parte de los expertos del taller
Tras la impresión 3D (el resultado es un prototipo), se hace un molde de silicona y después un vaciado en el material que se quiera utilizar para la reproducción. En este caso es un mármol sintético, pero también puede hacerse un bronce o un hierro sintéticos. La idea es que reproduzca todos los detalles que se han obtenido en el escaneado. Y por último se da a la pieza un acabado final, esa pátina que no se puede recrear con la impresión 3D para que sea fidedigna a la obra original. La superficie requiere un tratamiento a mano por parte de los expertos del taller. Son muchos los pasos a seguir para hacer un facsímil. Desde que se empezó a trabajar en este encargo han pasado tres o cuatro meses. En el proyecto han trabajado una docena de personas.
Tres jóvenes dan el acabado final a tres de las réplicas. Montserrat Fornes está trabajando con 'El Genio de la Victoria'. Lleva unos días con la escultura. Usa pigmentos, agua y un aglutinante. A veces se aplica algo de cera al final, dependiendo de las zonas de brillo de la superficie. En otra parte del taller, Aniuska Martín se afana con la pensativa 'Lea', a la que está dando una pátina. ¿Cuál es la mayor complicación? «Que cuando veas la obra te parezca un mármol envejecido». ¿Impone que sea una réplica de Miguel Ángel? «Siempre impone el maestro, es mucha responsabilidad». A su lado, Macarena Crespo está sacando un positivo de la segunda versión del 'San Juanito': «Es una resina que vamos aplicando por dentro del molde, luego pegamos las partes del molde entre sí, quitamos las carcasas y queda solamente la escultura en positivo». No había trabajado anteriormente con este tipo de réplicas o de reproducciones. ¿Y cómo es la experiencia? «Bien, la verdad es que me gusta mucho». Aguarda paciente su turno 'Raquel', la figura orante de la tumba papal.

«Cada proyecto es diferente y cada caso requiere su propia investigación –explica Carlos Bayod–. Lo habitual cuando hacemos el facsímil de una obra de arte es reproducir exactamente las mismas cualidades y características del original, de manera que si pusieras éste y el facsímil uno junto al otro, con la misma iluminación y observado desde la misma distancia, no fueras capaz de distinguirlos». Algunas instituciones piden que el tamaño del facsímil sea ligeramente distinto al del original para intentar diferenciarlos, pero no tiene sentido porque los materiales utilizados son diferentes a los de la pieza original. En este caso, el tamaño es igual.
Miguel Ángel usó casi siempre mármol de Carrara. Para estos facsímiles, se ha utilizado polvo de mármol, «una mezcla de mármoles molidos con un aglutinante, en este caso una resina epoxi transparente con protección ultravioleta... Tiene una parte de resina y tres de mármol». De Buonarroti, en Factum Arte solo se había hecho hasta ahora un modelo en cera de una pieza de pequeño tamaño para el Victoria & Albert de Londres.
«Transformar el material como hizo Miguel Ángel en sus esculturas es un milagro»
En una de las paredes del atiborrado taller vemos al equipo de Factum Arte fotografiado junto al 'Coloso de Constantino' de los Museos Capitolinos en Roma. En 2023 hicieron una reconstrucción a partir de los diez fragmentos que se conservan: la cabeza, el brazo derecho, la mano derecha, la rodilla derecha, la espinilla derecha, un fragmento de pantorrilla, los pies derecho e izquierdo, la muñeca y un fragmento de pecho. Se hizo para una exposición en Milán y ahora está en Roma. Puesto a soñar, a Juan Carlos Arias le gustaría reproducir el 'David' de Miguel Ángel y el 'Perseo' de Cellini. «He tallado piedra muchas veces. Para mí, la escultura es la gloria de las artes. Cansa, pesa, mancha, duele, pero es el arte más... Transformar el material como hizo Miguel Ángel en sus esculturas es un milagro».
Conceptos como copia y original, atribución, autoría, plagio, apropiación... siguen hoy de plena vigencia. La exposición 'El taller de Rubens' en el Prado desveló que no todo lo que salía con la 'marca Rubens' (el actual copyright) de su taller fue hecho de su mano. Hay obras cien por cien del maestro, otras en las que participaron ayudantes o colaboradores externos, las hay solo de taller, copias... Ocurre lo mismo en los estudios de muchos artistas contemporáneos. No son ellos los que ejecutan físicamente sus obras. Ha habido demandas por derechos de autor.

En los últimos años se ha reavivado el debate de cómo evitar poner en riesgo el patrimonio. La 'Neocueva' de Altamira nació debido a la fragilidad de la cueva original, cuyas visitas afectaban seriamente a su conservación, según varios estudios. Y la constante petición de restitución a Grecia de los mármoles del Partenón que se llevó lord Elgin y que atesora el British Museum de Londres se podría solucionar, afirman los griegos, con la exhibición en el museo londinense de reproducciones. Pero no parecen estar muy dispuestos a ello. «Las reproducciones ya desempeñan un papel en los casos de restitución. Es comprensible que se siga distinguiendo entre original y reproducción en tales casos, por supuesto», advierte Matthias Wivel. Las cariátides que vemos en el Partenón son copias. Las auténticas se conservan en el Museo de la Acrópolis.
Richard Serra clonó su escultura de 38 toneladas que perdió el Museo Reina Sofía
La desaparición en el Reina Sofía de una escultura de Richard Serra de 38 toneladas, 'Equal-Parallel/Guernica-Bengasi', se solucionó clonando la pieza el propio artista. Aceptó hacerla de nuevo como una obra original. ¿Y si apareciera algún día la primera? Habría dos piezas originales. ¿Se destruiría la segunda? Comenta Carlos Bayod que, «cuando se deja al margen de la discusión el tema de la originalidad, o ese carácter casi sagrado del original, hoy día es posible tener una pieza reproducida con todos sus detalles que sirva para tareas expositivas, para educación, para divulgación, sin que haya una diferencia realmente práctica entre una u otra. Muchas veces hemos hecho facsímiles buscando precisamente esa idea de devolver una pieza a su contexto original».
Es el caso de 'Las bodas de Caná', de Veronés, cuyo original está en París, en el Louvre. La monumental pintura fue expoliada por Napoleón. «Mediante su reproducción se ha permitido recuperar la obra en su lugar original en Venecia, el refectorio de San Giorgio Maggiore, espacio para el cual la obra fue creada. El facsímil permite devolver una pieza a su contexto inicial, apreciarla tal y como el artista quiso que se contemplara, sabiendo que el original permanece en París». En cuanto a la 'Natividad' de Caravaggio, robada por la Cosa Nostra en 1969 en el Oratorio de San Lorenzo de Palermo, «fue incluso más difícil la recreación, porque ni siquiera se pudo hacer el facsímil de una pieza que existe. Hubo que imitar la idea que cada uno tiene de un Caravaggio».

«Todos estos debates nos hablan de que al fin y al cabo la originalidad de una obra no es un concepto estático, sino que es algo que evoluciona con el tiempo. La originalidad es un concepto dinámico que se va construyendo por todas las manos que intervienen sobre esa pieza: los que la estudian, los que la dañan, los que la reconstruyen... Toda esa biografía conforma la historia de la obra. Y a través de un facsímil, de alguna forma estás intentando incluir en la piel de la obra todos esos factores históricos que la hacen tan compleja y tan interesante», dice Bayod.
Resulta fácil distinguir entre los vaciados y las reproducciones, porque los primeros son de escayola, de yeso. Tenían funciones académicas. Lo normal es que estén vaciados en blanco y las juntas sin repasar para que se vea el proceso del molde. Y si ponemos las copias al lado de los originales, ¿sería fácil distinguirlos? «Sí, los materiales pesan. El peso no lo coges, pero lo notas», advierte Juan Carlos Arias. Recuerda que cuando se hizo la réplica de 'La Dama de Elche' y se expuso en el Museo Arqueológico Nacional junto a la original, antes de que el facsímil se fuera a Alicante, alguien preguntó si le iban a poner un chip para diferenciarla del original: «Es absolutamente innecesario». Advierte que «un mal de estos tiempos es que no se aprecia, no se valora una reproducción. No consiste en ser cazadores de trofeos. Hay que concienciarse de que las piezas originales hay que preservarlas».
«Algo puede brindar una experiencia de autenticidad sin ser original»
La exposición de Dinamarca se ha concebido como un proyecto experimental que tiene como objetivo estimular el debate. «Los experimentos no lo consiguen todo, y parte de su éxito depende de que estimulen el debate y propicien el perfeccionamiento, el rechazo o la innovación. Esperamos conseguirlo, al menos en parte. Creo que es importante ser muy claros sobre lo que estamos mostrando. Siempre es importante ser preciso en lo que uno describe: no son originales de Miguel Ángel, sino reproducciones de alta calidad hechas por artistas usando diferentes técnicas en diferentes épocas. Obras de arte en sí mismas. Como dice Adam Lowe, es pertinente en este momento cuestionar la ecuación que hemos tendido a hacer entre 'originalidad' y 'autenticidad': algo puede brindar una experiencia de autenticidad sin ser original. No estoy proponiendo, en absoluto, que los originales dejen de ser importantes, por supuesto», afirma Matthias Wivel.
«Sabríamos muy poco de la escultura griega clásica si no fuera por las copias romanas antiguas»
La exposición rompe un tabú: la exhibición de réplicas en 3D en museos. ¿Cree que el mundo del arte, que es tan purista, normalizará el uso de réplicas impresas en 3D en museos? ¿Le preocupa que el público las rechace? «Creo que su uso se irá generalizando. De hecho, ya está sucediendo. El potencial es demasiado grande como para no tomarlo en serio. No me preocupan demasiado las reacciones del público, porque creo que lograremos una exposición hermosa y convincente. Por supuesto, nos enfrentamos al reto de comunicar su contenido de la manera más clara posible, para que las expectativas de la gente no difieran mucho de lo que van a ver. Imagino que habrá críticas a distintos niveles, pero no me importa», comenta Wivel.
«Es útil discutir sobre términos como 'original', 'real', 'auténtico', etc. –puntualiza el comisario– Si uno quiere ponerse filosófico al respecto, el arte siempre ha implicado copiar y reproducir obras de arte anteriores: sabríamos muy poco de la escultura griega clásica si no fuera por las copias romanas antiguas, y el propio proceso escultórico tiende a implicar mucha transposición entre medios: de la arcilla al yeso, al bronce y a la piedra. ¿Cuál es el original? Del mismo modo, la apreciación y el estudio del arte siempre se han basado en gran medida en las reproducciones: sin ellas, ambos serían mucho más limitados. Creo que, si se utilizan de forma responsable, las reproducciones tienen un enorme potencial y valor».
«A lo mejor los museos no incluyen, de momento, facsímiles en sus colecciones permanentes –apunta Bayod–. Pero cada vez es más frecuente que formen parte de una exposición temporal, si se combinan en un mismo espacio originales y facsímiles. Tanto los comisarios como el público están cada vez más abiertos a estos diálogos y a estas cuestiones». En el Museo Picasso de Málaga se anunció que por primera vez se reunían todos los cuadernos de Picasso realizados en Royan. Pero tres de ellos se exhiben digitalizados y un cuarto es un facsímil. El Museo Picasso de París no cedió los originales debido a su fragilidad.
El arte contemporáneo tiene su propia complejidad: «Hay que entender bien al artista, lo que busca y lo que quiere. Se trata de restituir de la manera más fiel posible su idea. Muchas veces comparten técnicas con los facsímiles: se parte de escaneados digitales, implica fabricaciones digitales tipo impresión 3D...» ¿Ha habido alguna propuesta que hayan dado por imposible? «Si desistimos de algo es porque a lo mejor es demasiado fácil y resulta muy aburrido», dice riendo Bayod. Aunque parece el eslogan de una campaña publicitaria de una marca deportiva. nada es imposible para ellos. No descarta que en el futuro se cree un museo con estas réplicas: «Son piezas que merecerían un espacio propio para que la gente las viera. Es un recorrido por la historia reciente de las técnicas de reproducción».
«Un facsímil no busca sustituir el original, sino complementarlo»
¿Habría las mismas colas en el Louvre para ver una copia de la 'Gioconda' que para admirar la original? Quién sabe, las hubo incluso para ver la pared vacía cuando fue robada. En medio del 'boom' de las exposiciones inmersivas, donde las obras originales brillan por su ausencia, un estudio llevado a cabo por el Mauritshuis de La Haya concluyó que observar una obra original produce una reacción emocional diez veces más fuerte que ver una reproducción.
¿Es posible clonar el alma de una obra de arte? «Es la cuestión del aura, dice Carlos Bayod. Aquello que en teoría solo percibes o sientes frente al original. Cuando se hace un facsímil no se busca sustituir el original. De alguna manera es como algo que lo complementa, que lo completa. Nada va a sustituir la experiencia de poder estar frente al original». «Creo que en este caso el 'alma' está en el ojo del espectador –añade Wivel–. Diré, sin embargo, que las reproducciones que mostramos están hechas con tanto cuidado y habilidad que son, en sí mismas, obras de gran creatividad o arte».
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