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bala perdida

Felipe VI

Aseguran las encuestas que Don Felipe es mayoritariamente apreciado, y también su hija, la princesa Leonor

La señora de Trump

Porno en el juzgado

Ángel Antonio Herrera

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Felipe VI incluye dos contabilidades de cumpleaños. Una, la de años de reinado, y otra la de años propiamente dichos, según el deneí, que es lo que ahora toca. Cincuenta y siete ha coronado Don Felipe, sin más estruendo que la foto a propósito, ... en los crucigramas, y algún párrafo en los telediarios holgados. En la biografía reciente no le ha faltado de nada a Don Felipe, en este tiempo con más sustos que fiestas. Mirado el panorama desde hoy, hacia atrás, pocos hubieran pronosticado una época tan amena, por imprevisible. Desde la pandemia al procés. Desde un padre pasajero a una dana homicida. A veces, no hay más certeza que la incertidumbre, y eso ha venido ocurriendo, a menudo. Más allá, o más acá, del seísmo social, o sanitario, le ha tocado a Felipe VI el papelón crudo de poner en su sitio a sus hermanas, y al mismísimo padre, hoy viajero muy parado en los Emiratos Arabes, al que retiró la pensión, según aconsejaba la información de la prensa económica, con capital en Suiza, y la Agencia Tributaria de aquí mismo. También tuvo Don Felipe que renunciar a la herencia de su ilustre padre, porque la transparencia en su caso tiene que ir antes que la familia. Juan Carlos I es un rey difunto que viene de cuando en cuando, tan contento, a ejercer la regata y pillar marisco. Aseguran las encuestas que Don Felipe es mayoritariamente apreciado, y también su hija, la princesa Leonor, muy próspera ya en sus oficios. Ha mejorado Don Felipe la lámina de la monarquía, eso yo creo que es de consenso, o casi, y hace muchas cosas. A veces parece que no nos caben sus semanas en nuestras semanas. No diremos que siempre están por ahí, él y Doña Letizia, dando premios, o abrazos, pero casi sí. Es el mejor político de su generación, sin ser político. La verdad, ha salido airoso de largas temporadas adversas. Y lo que queda. Podríamos decirlo de otro modo: más sólido se avala el rey que la monarquía. Hasta muchos republicanos le felicitan.

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