Pisos de estudiantes: la estafa detrás del bueno, bonito, barato
El alarmante déficit de viviendas para universitarios en la capital gallega dispara las estafas a través de anuncios en Internet. Policía e inmobiliarias dan las claves del problema
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Cuando la demanda multiplica a la oferta, la picaresca tiende a dispararse. La necesidad de algunos, en este caso de los estudiantes que buscan piso para el próximo curso, es la oportunidad para otros que encuentran en la falta de vivienda en ciudades universitarias como Santiago el canal perfecto para delinquir. Aunque según datos de la Policía Nacional las denuncias siguen estables en lo referido a este tipo de estafas —dos el último mes y medio— lo cierto es que las inmobiliarias de la capital gallega sí empiezan a recibir más alertas de lo normal sobre estos fraudes, siempre a través de anuncios colgados en la redes. Carlos P. Debasa, presidente de la Asociación Galega de Inmobiliarias (Agalin), reconoce que el problema es que «no hay pisos para todos» y a partir de ahí florecen los intentos de estafa, al margen de los profesionales inmobiliarios. «Hablamos de anuncios que son auténticos chollos, pisos en muy buenas condiciones, en zonas muy solicitadas por los estudiantes y a precios que nos tienen que hacer sospechar» comenta el experto en plena campaña para hacerse con una casa para el próximo curso.
En la mayoría de los casos, «un 99 por ciento», explica a ABC el agente José González Pertega, la estafa se comete a través de plataforma como Milanuncios, Wallapop o Fotocasa. «Lo que hacen es insertar anuncios que llegan a gente que ya tiene alertas en esa zona. Son pisos muy bien ubicados, con muy buena prestaciones y a precios de derribo. Ese es el primer indicio de que podemos estar ante una estafa« coincide el efectivo policial, que aconseja tener los cinco sentidos activos ante la proliferación de ganchos de esta naturaleza. Detrás de ellos, explica, puede haber organizaciones o hackers que son capaces de colocar estos anuncios de forma masiva en zonas geográficas concretas del territorio español a través del phishing (suplantación e identidad). Siempre, recalca, intentan que los posibles inquilinos realicen el pago sin ver el piso, con la excusa de que viven en el extranjero e incluso aprovechando que esa persona pueda residir fuera de la ciudad. Por eso, recomiendan las fuerzas de seguridad, es clave que los interesados confirmen que el inmueble existe. Para hacerlo, indican, hay distintas fórmulas. Una simple visita a la dirección proporcionada a través de Google Street View podría valer, «aunque tampoco estaría de más antes de dar ninguna entrada pedirle a un amigo que está en la ciudad que visite el edificio o incluso solicitar una nota simple informativa del registro civil para cubrirse las espaldas«. »Son pequeños indicios que nos van a decir si podría haber una pequeña estafa«, ahondan.
En un momento crítico, en el que la búsqueda de pisos por parte de los estudiantes se solapa con el alquiler de viviendas turísticas —otro de los reclamos favoritos de los estafadores— los agentes no descartan un aumento de las denuncias. «Entramos en una época, con el boom de los alquileres para estudiantes, en la que sería normal que aumentasen estos delitos, sobre todo con los problemas derivados del déficit de viviendas, aunque cuando los estafados son extranjeros tienden a interponer la denuncia en la Policía de su país» introduce el agente Pertega sobre unos intentos de estafa que van a más. Sus palabras conectan con las de los profesionales inmobiliarios, que ligan la falta de pisos para estudiantes con la proliferación de las viviendas de uso turístico (VUT). En el caso de la capital gallega, epicentro del problema, Debasa indica que con la prohibición de pisos turísticos en la zona vieja de la ciudad desde el pasado verano sí han notado que hay más propietarios que mantienen sus viviendas abiertas para estudiantes. «Otros años nos pasaba, cuando los llamábamos para renovar los contratos nos comunicaban que no iban a hacerlo porque la iban a poner turística. Y este año eso no está pasando» aclara.
Precios altos: se mantienen
Sobre los precios de las viviendas para universitarios, que llevan años escalando de forma alarmante incluso con subidas de 100 euros de un año para el otro, el experto revela que de cara al próximo curso «los precios no están bajando pero tampoco estamos viendo subidas, se están manteniendo». Pese a todo, insiste, la demanda sobrepasa con creces la oferta y son muchos los que tienen que irse a otros municipios para encontrar alojamiento. «Hay gente que se está teniendo que ir a Teo, Bertamiráns, Brión o incluso más lejos. Así que una buena oferta por un piso que esté en una de las zonas más consideradas por los estudiantes, como por ejemplo el entorno de la Plaza Roja, ya tiene que hacernos sospechar» afirma. Como último consejo, y rompiendo la dinámica de otros años, los expertos recomiendan dejar el contrato firmado antes de irse de vacaciones. A la vuelta, recalcan, puede ser demasiado tarde ya.
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