Termitas, ratones y humedades insanas: el piso de estudiantes de pesadilla que indigna a toda España
Las condiciones de una vivienda de estudiantes en Santiago han provocado todo tipo de reacciones
Pisos de estudiantes: la estafa detrás del bueno, bonito, barato

Buscar piso, esa pesadilla recurrente a la que muchos españoles se enfrentan, hace que muchas veces se acepten viviendas que no deberían ser consideradas como tal. Especialmente en el caso de personas o colectivos que no tienen acceso a mucho dinero, como es el caso de los estudiantes, que también tienen que esquivar los posibles timos.
El mejor ejemplo de esta situación llega desde Santiago de Compostela, con un piso cuyas condiciones hace que, literalmente, una de sus habitaciones sea intransitable. La situación se ha hecho conocida en toda España gracias a una conocida cuenta de Instagram, Salseo USC, sobre estudiantes de la Universidad de Santiago de Compostela.
Cómo será la cosa que para los habitantes de ese piso, lo peor no es convivir con alimañas de todo tipo, como ratas, termitas o cucarachas, sino las humedades y sus consecuentes afectaciones a la salud lo que hace que ni siquiera se planteen entrar en el salón.
«El problema surgió a mediados de septiembre, con las primeras lluvias intensas. Las humedades del salón se acrecentaron, empezando por una esquina y ocupando una pared entera, que conecta con la galería, cuyo techo ya casi es negro. Comenzaron las goteras, hasta por tres puntos distintos, las filtraciones...», relata uno de los inquilinos en 'La Voz de Galicia'.
Este piso en concreto está habitado por tres estudiantes de Filosofía, que es lo que tienen que tener para vivir allí y no desesperarse. Se quedaron con él por su precio, unos 475 euros, que sumando gastos y dividido entre los tres suponen aproximadamente unos 200 euros por cabeza.
«El casero nos había aclarado que el piso no estaba en su mejor momento a nivel estético, pero que no íbamos a tener problemas para convivir en él, algo que, una vez dentro, rápidamente comprobamos que no era así. Pasas una mano por la pared y se queda empapada. En él no hay calefacción, tenemos calefactores», relata.
La presencia de ratones se resolvió a la vieja usanza: con un gato. «Eso lo pudimos solucionar. Fue algo puntual. También sufrimos plagas de termitas, que nos obligaron a mover algún mueble. Pero el gran problema para nosotros no fue eso, sino las humedades del salón, al que ya no vamos; que evitamos. Realmente hacemos vida cada uno en sus habitaciones, que sí están en buen estado», se resigna este estudiante, que se resigna ante la situación.
La falta de plazas en las residencias
Además del problema endémico de la vivienda en toda España, en el caso concreto de los pisos de estudiantes de Santiago está la falta de plazas en las residencias.
La universidad compostelana oferta 910 plazas para un estudiantado que ronda los 25.000 jóvenes. Según datos de principios de curso, había unas 300 personas en lista de espera y cientos de excluidos que ni siquiera se plantearon optar.
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