«Hay gente dentro de los aviones, parados desde hace tres horas»

En el aeropuerto madrileño, Mónica comenta desesperada a ABC que llevaba más de 24 horas volando, porque venía desde Italia con escala en Madrid hacia Colombia, «y no sé cuántas horas más voy a tener que estar aquí».

Lola Molina es una periodista de TVE que se encuentra parada en Barajas, como decenas de miles de personas, y ha ofrecido su testimonio en directo en el programa «La tarde de 24 horas», donde ha contado cómo se han bloqueado las puertas de embarque al tiempo que, por megafonía, informaban de cómo había ya cinco vuelos cancelados. «Hay gente que ha pasado horas dentro de los aviones, parados, hasta que se ha procedido al desembarque», ha dicho, mientras Silvia Navarrete, que viajaba rumbo a Nueva York, y que ya se encontraba dentro de la nave, ha declarado que cuando ya llevaban 2 horas y cuarto, el piloto les ha comunicado que debían bajar. «Esto tiene mala pinta» , comenta Silvia, con tono de impotencia, y añade que «hay gente llorando dentro del avión». ¿La tónica? «Hay muchas palabrotas e insultos contra los controladores», comenta esta viajera.

Virginia Ródenas, periodista de ABC , es una de las miles de personas afectadas por el parón de los controladores, que desde el aeropuerto nos comenta que tenía «un avión de Iberia para volver a Madrid desde el aeropuerto de Fuenterrabía (Guipuzcoa) que debía salir a las 20.30h. En cuanto me han informado desde el periódico, dos horas antes de la salida del avión, me he dirigido al mostrador de Iberia. Allí no me garantizaban que ni siquiera en la mañana del sábado pudiera haber vuelos. No solucionaban nada, es una auténtica vergüenza», dice y añade: «Solo te daban el justificante para que hicieras la reclamación y poder optar a la devolución del billete cuando a la compañía le venga en gana. Más de quinientos euros del ala, y nunca mejor dicho. Ni te ofrecen hotel, ni dinero en metálico, ni nada de nada. Sabiendo cómo funciona esto nos hemos buscado la vida. He pactado con otro pasajero en mi misma situación y hemos alquilado un taxi hasta Madrid. Espero llegar de madrugada si el tiempo y la nieve no lo impiden. Es todo una vergüenza». De «salvajada» han tachado muchos usuarios, incluido el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez, lo acaecido esta tarde en los aeródromos españoles. Decenas de rostros famosos y autoridades se han quedado atrapados en los aeropuertos de todo el país. Mariano Rajoy, en Lanzarote, o en el aeropuerto de Son Sant Joan el consejero balear de Presidencia, Albert Moragues, que se dirigía hacia Menorca y que ha manifestado con indignación que esta situación «no tiene precedentes» y la ha tildado de «atentado a la convivencia». «Esto es un atraco a mano armada», ha gritado una pasajera en Barajas, mientras otro a sus espaldas pide la «militarización» del sector.

Desde Palma de Mallorca, pasajeros afectados hacen uso del Twitter mientras aguardan a que alguien les comunique algo. José G. Serna, dede Palma, comenta los rehenes que hay esperando y se pregunta: «¿Así incentivan el turismo y el consumo?». Otros usuarios de esta red de microblogging están comentando cómo esos controladores que han alegado enfermedad no pasan ningún chequeo médico obligatorio y el que no presente síntomas de enfermedad ninguna, que sea «obligado a trabajar». Desde su blog, Fernando Encinar ha colgado fotos del malestar originado dentro de aviones como el suyo que se han quedado sin despegar, en medio del conflicto AENA-Gobierno-controladores. Puedes ver todas las fotos que ha realizado dentro del avión en esta dirección . Tras el desembarque, Encinar comenta «como ovejas, secuestrados en Barajas ». Encinar cuenta el caos posterior: « Como no ponen en los carteles los vuelos hay que ir recorriendo las cintas a ver si encuentras la maleta». AENA está pidiendo a los pasajeros que no vayan a los aeropuertos. Otros pasajeros han contado cómo incluso ya en pista, ha habido aviones que han retrocedido y han vuelto a los hangares.

Desde Barajas, las colas frente a los mostradores de facturación empiezan a ser kilométricas . De hecho, en estos momentos hay miles de personas apelotonados en el aeródromo mallorquín y en la T-4 hay afluencia policial.