Secuestrados en Barajas

"Debido a un conflicto laboral de los controladores españols, los vuelos de salida y de llegada pueden sufrir retrasos o cancelaciones". Con este parco mensaje por megafonía se están encontrando los pasajeros que acuden al aeropuerto de Barajas con intención de embarcar sus vuelos. La información es poca, pero el cabreo escada vez mayor. Las colas frente a los mostradores de facturación van en aumento, a la espera de que los controladores depongan la actitud que tiene, otra vez, a miles de personas.

Son gente, com Wilson, que se ha enterado por ABC de la razón por la que el vuelo que tendría que trasladarle a Perú no partirá a la hora prevista. A esta hora, ni siquiera sabe si partirá. Tampoco Mónica sabe cuándo podrá abandonar la T-4 de Barajas. Ella viaja desde Italia a Colombia, donde le espera su hijo. A esta hora no sabe cuánto durará su escala en Madrid.Nos lo explica mientras suena el nevo mensaje de AENA. "Debido al abandono de sus puestos de trabajo de los controladores del aeropuerto de Madrid, nos hemos visto obligados a cerrar el espacio aéreo por motivos de seguridad". No es lo mismo, un conflicto laboral que abandonar el puesto de trabajo.

"Esto no es un huelga, es una vergüenza" . Así de claro lo tiene María. Espera en una cola bulliciosa en el aeropuerto de Barajas a que alguien le diga cuándo va a poder volar por fin a Londres, tal y como tenía previsto. "Así no se puede hacer una huelga, las huelgas se convocan. Lo que está haciendo esta gente es de sinvergüenzas".

Es solo una más de las muhas voces de pasajeros atrapados e indignados que pueden escucharse a esta hora en los aeropuertos españoles. La suya suena en Barajas. Como la del muchacho que comparte con ella una espera que no saen cuánto durará. Él, más que cabreado, se muestra resignado. "Íbamos a pasar unos días a Londres.Teníamos solo los días del puente. No creo que salgamos hoy, así que a mí ya me lo han estropeado".

También hay quien prefere morderse la lengua. Como un hombre mayor con cara de pocos amigos que resume su enojo: "No voy a decirte lo que pienso, porque entonces diría un montón de barbaridades". Con sorna se lo están tomando un grupo de ejecutivos italianos que esperaban volar a Turín. Con cierta rtranca, comenta uno: "Menuda imagen internacionalestá dando España". Se fía tan poco de que esto vaya a solucionarse en breve que sopesan la posibilidad de regresar a Italia en coche. "Son dieciséis horas de viaje y además en Francia hay problmas con la nieve, pero si no queda más remedio".