Cuando Víctor Claver aparece ante los medios con una sonrisa, es buena señal. El valenciano, recluido en sí mismo y en el cariño de sus compañeros durante tantas concentraciones de la selección, ha emergido con dos partidos brillantes cuando más se le necesitaba... y cuando nadie le esperaba. Contra Polonia ya fue determinante en el último cuarto, cuando la selección acabó con la resistencia de su rival, y ayer, frente a Grecia, el valenciano volvió a salir sonriente en la zona mixta. Feliz por sentirse importante por primera desde que aterrizó en la selección en 2007.
«Todo sabe mejor después de tanto sufrimiento», alcanzaba a decir el alero, fundamental con sus seis rebotes en el último cuarto. Clave con su defensa a Antetokounmpo. Después de 118 partidos con la selección, Claver era aún una sombra. Un jugador de relleno, objeto de chanzas a menudo en las redes sociales. Él aguardaba un momento como el de ayer. Un partido de gloria que le devuelva la confianza perdida en los dos años en blanco que pasó en la NBA. «Yo estaba concentrado. Sabía que me podía tocar ayudar al equipo para parar a Antetokounmpo, que es un jugador importante para ellos, y es lo que he intentado. Ser agresivo al rebote, que era algo que nos estaba costando», afirmaba sin perder la sonrisa.
Aunque las ausencias le auguraban un papel principal en este Eurobasket, lo cierto es que a Claver le ha costado mucho entrar en el equipo. Los minutos de la primera fase fueron en su contra y su rol secundario parecía tener el mismo fin que en anteriores convocatorias. Su rebeldía postrera le ha colocado en la rotación, para alivio de Scariolo. «Desde el inicio Víctor tiene claras cuáles son sus tareas. Ante Grecia ha aprovechado el momento con mucha inteligencia, clase y personalidad», resaltaba el italiano, feliz por contar con una pieza más para afrontar lo que resta de Europeo.
«Cuando haya un jugador de tamaño físico importante en el perímetro, sabemos que Claver estará aquí para pararlo. Puede que haya más partidos de aquí al final para que nos ayude», sentenció el técnico, que también destacó la defensa del equipo sobre Spanoulis.
Mirotic asume los galones
«Víctor ha estado enorme». Las palabras de Nikola Mirotic para ensalzar a su compañero daban continuidad a lo expresado por Scariolo. El montenegrino, que fue otro de los destacados del encuentro, asumió al fin el liderazgo que se le exige en la selección, con 18 puntos, seis de ellos en el último cuarto, en el que Pau estaba demasiado vigilado para anotar. «No sé si ha sido mi mejor partido con España, pero hoy he hecho una gran defensa, que es lo que necesita de mí este equipo. En ataque sé que tengo que estar tranquilo y que los puntos llegarán», afirmaba el ala pívot, que junto con Pau Gasol firmó más de la mitad de los puntos de la selección. Una pareja explosiva que Scariolo cree que está cerca «de su mejor versión ofensiva, pero que aún puede crecer en defensa».