Las cámaras de televisión se colaron en el momento de éxtasis de la selección. Acababan de ganar a Grecia y, a la espera de que Francia hiciera lo mismo contra Letonia, el grupo ya se conjuraba ante su verdugo en el pasado Mundial. Una conjura encabezada por Pau Gasol, el auténtico líder del equipo en este Eurobasket.
«Muy bien tíos. Ahora a prepararnos para Francia para ganarles aquí», vociferaba Pau Gasol a sus compañeros, eufóricos tras el triunfo ante Grecia. Ansiosos por vengar la derrota del último Mundial en casa.
Porque para borrar aquella mancha, a la selección se le presenta una oportunidad única el jueves (21.00 horas, Cuatro), cuando 23.000 franceses acudan al Estadio Pierre Mauroy para ver el pase de su equipo a la final de su Eurobasket. En el imaginario colectivo habrá muchos duelos entre ambos, pero uno por encima de todos. El disputado el año pasado en el Palacio de Deportes, que dejó a España sin medalla en su Mundial.
«Ha sido un esfuerzo muy grande, enorme, el que hemos realizado, pero con este espíritu podemos ganar a cualquiera», señalaba Pau Gasol poco después en zona mixta.