Un baño curativo entre termas naturales
El balneario de Archena, las Pozas de Arnedillo o Baños de Montemayor son algunas de las opciones más acertadas para relajar cuerpo y mente que ofrece la geografía española
Los tesoros de una de las ciudades balneario más famosas de Europa

El turismo de bienestar ha experimentado un gran crecimiento en los últimos tiempos, pero hace ya miles de años que las aguas mineromedicinales se convirtieron en un recurso para aliviar dolores y afecciones e incluso se les llegó a atribuir un origen divino o ... sobrenatural durante la Prehistoria.
Las distintas civilizaciones que llegaron a la Península Ibérica descubrieron numerosos manantiales, aunque no sería hasta la dominación romana cuando surgieron los primeros baños públicos o termas, algunas de las cuales han llegado hasta nuestros días convertidas en auténticos templos de bienestar, las de gestión privada, o en pozas ubicadas en medio de parajes naturales de gran belleza de libre acceso, las públicas. Ya sea invierno o en verano, ofrecen todo lo necesario para disfrutar de una escapada curativa, relajante y reponedora.
Baños de Montemayor, Cáceres
En el Valle del Ambroz se encuentra Baños de Montemayor, un pequeño pueblo de poco más de 700 habitantes que acoge bajo sus lindes varias fuentes termales. Ya entre los siglos I y IV, militares y funcionarios romanos acudían aquí para buscar alivio para sus males en las aguas sulfuradas de los manantiales que brotan a una temperatura constante de 43 grados. El recinto seguiría utilizándose en épocas posteriores gracias a su fácil acceso por la 'Vía de la Plata', y en los siglos XVII, XVIII y XIX viviría una época de esplendor gracias a las mejoras realizadas por varios obispos.
Este balneario, con más de 2.000 años de historia, cuenta con dos edificios, uno de ellos levantado sobre la construcción romana donde se encuentra el manantial. Además, aprovechando las bóvedas de la antigua edificación, se ha creado un museo. La terma romana original ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Por su parte, el edificio principal ofrece más de 1.000 metros cuadrados con piscina solárium, una sala de respiratorio y cabinas para tratamientos, entre otras instalaciones. El precio del circuito romano es de 39,60 euros y dura 90 minutos.

Pozas de Arnedillo, La Rioja
A su paso por el pueblo riojano de Arnedillo, el río Cidacos ofrece numerosos manantiales de aguas mineromedicinales que brotan a una temperatura media de unos 52,5 grados. Existen tres pequeñas piscinas a diferentes temperaturas, la más fría está a unos 20 grados. Estas pozas -nombre con el que se las conoce- son de acceso gratuito y cuentan con duchas y carteles informativos con recomendaciones sobre los tiempos ideales para disfrutar al máximo de la experiencia.
La formación de estas termas naturales está relacionada con una falla geológica de 3.000 kilómetros de profundidad con suelos de rocas calizas y areniscas. Sus aguas tienen numerosos beneficios, sobre todo para la piel, ya que contienen sodio, calcio, hierro y magnesio, entre otros minerales. Para mejorar la circulación, también se puede optar por alternar los baños en estas termas con el agua fría del río. Quienes lo prefieran, pueden ir además al Hotel Balneario de Arnedillo para beneficiarse de sus diferentes tratamientos relajantes o terapéuticos y masajes.

Balneario de Archena, Murcia
En el Paraje Natural de Valle de Ricote, junto al río Segura, se encuentra este complejo termal con gran relevancia en el turismo de bienestar gracias a sus más de 200.000 metros cuadrados y siglos de historia, pues sus inicios se remontan al V a.C. Entonces, los pobladores íberos usaban sus aguas con fines curativos. Este espacio de bienestar -ubicado sobre un manantial de agua mineromedicinal- cuenta con las instalaciones más avanzadas para aplicar tratamientos terapéuticos e hidroterapia.
El agua que emana del manantial, a 52,5 grados, fue declarada de utilidad pública en 1869 y sus propiedades la convierten en un excelente remedio natural para tratar reumatismos y dolores de origen vertebral, así como para eliminar la ansiedad y el estrés. Cuenta con una piscina termalium dotada con moderna tecnología de servicios hidrotermales, la termal activa, una piscina exterior semicubierta, otra infantil y el circuito termal Balnea, que ofrece sauna, estufa Archena (con humedad relativa superior al 90%); piscina de contracorriente, de esencia natural de limones, de flotación y de agua fría; iglú; contrastes térmicos; pasillos de marcha y zona de descanso. Los precios para el espacio termal y el circuito termal van de 44 a 62 euros.

Lago termal de Alhama de Aragón
La historia del pequeño pueblo de Alhama de Aragón está ligada a sus aguas termales, de las que ya disfrutaron los romanos hace más de dos mil años y por las que los musulmanes bautizaron a la población -Alhama significa 'fuente termal'-. Aquí se construyó a finales del siglo XIX y principios del XX el Balneario Termas Pallarés, un complejo con tres hoteles, casino y una gran área pensada para el cuidado personal.
Rodeado de bosques y jardines está el lago termal, único en Europa, que se nutre de manantiales situados en su fondo, de los que fluye agua mineromedicinal a 32 grados. Con una profundidad máxima de dos metros y una superficie de dos hectáreas, es un lugar idóneo para nadar o relajarse en cualquier época del año. Sus aguas, que se renuevan completamente de forma natural cada 32 horas, son de mineralización media, bicarbonatadas, sulfatadas, cálcico-magnésicas y ligeramente radioactivas, perfectas para el tratamiento de enfermedades articulares. Para entrar a esta zona no es necesario estar alojado en el balneario. Cuesta 21 euros.

La Hedionda, Casares (Málaga)
Los baños de La Hedionda, en el pueblo malagueño de Casares, sobre el margen derecho del arroyo Albarrán, son un antiguo balneario romano con siglos de historia declarado Bien de Interés Cultural. Muchas son las leyendas que circulan sobre su origen, aunque la más conocida es la que atribuye su construcción a Julio César, quien mandó levantarlos al ver que sus aguas aliviaban la enfermedad herpética que sufría. El recinto es de planta cuadrangular y cuenta con una bóveda esférica central y dos galerías con bóvedas de cañón en dos de los laterales.
Sus aguas sulfurosas, ideales para tratar afecciones de la piel, se mantienen a unos 21 grados todo el año. Desde 2016 estos baños cuentan con piscinas naturales y el acceso es gratuito. En temporada alta, el acceso está regulado por el ayuntamiento.
Alhama de Granada
A las afueras de la localidad de Alhama de Granada, junto al río, se esconde un conjunto de pozas de origen termal con agua a diferentes temperaturas que llegan a alcanzar los 47 grados. Contienen diferentes minerales como sulfatos, calcio, magnesio y bicarbonatos y están indicadas para mitigar la artritis, el reúma y el estrés, entre otras cosas. Flanqueadas por pinos están las tres piscinas de aguas claras y diferentes tamaños -en la más grande, de forma ovalada y fondo de hormigón, pueden meterse unas 10 personas-, que son de uso público y gratuito.

Si se quiere mayor privacidad, la fuente termal que llena las pozas también abastece al balneario privado ubicado cerca, en un edificio de gran valor monumental. Allí se pueden probar los baños construidos por los árabes en el siglo XII o consultar a sus médicos.
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