«Se acabó el chollo de los exámenes fáciles de catalán en Madrid»
Muchos aspirantes a funcionarios de Baleares preferían coger un avión para examinarse en la capital porque el título era más accesible. Ahora se les prohíbe
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«Este año bloquean las matrículas para los de las Islas». La noticia corre como la pólvora entre aspirantes a funcionario que necesitan un título de catalán para trabajar en la Administración pública de Baleares. Desde hace años, ciudadanos del archipiélago prefieren desplazarse a ... Madrid para examinarse de lengua catalana en el Instituto Ramon Llull (IRLL). La matrícula es más cara (35 euros frente a 17,11) y hay que costearse un billete de avión de ida y vuelta, pero los que lo probaron dicen que es el camino más corto para sacarse este título.
«Las pruebas del Ramon Llull son más fáciles, tratan temas cotidianos y tienen un modelo más asequible», cuentan a ABC personas que lograron su diploma cogiendo un 'Ryanair' a Madrid y volviendo el mismo día con el título bajo el brazo.
Desde que se hizo 'vox populi' en los foros de opositores, las matrículas se dispararon en el Ramon Llull y creció el malestar del Govern balear, que reconocía la mala fama de sus exámenes y la fuga de matrículas a la capital de España. Poco después, el IRLL endureció las condiciones exigiendo aprobar un 60% la parte oral. «Aun así, seguía siendo un chollo comparado con las de Baleares», defienden las mismas fuentes consultadas.
En las Islas la prueba consta de cuatro áreas: área 1 (comprensión oral y lectora), área 2 (dominio práctico del sistema lingüístico), área 3 (expresión e interacción escritas) y área 4 (expresión e interacción orales). El problema es que para aprobar se exige obtener como mínimo el 60% de la puntuación en cada área. Si se suspende una, de nada sirve bordarlo en las demás.
En Madrid, la prueba consta de cinco áreas: Comprensión lectora, Expresión escrita, Comprensión oral, Gramática y vocabulario, y Expresión oral. La gran ventaja es que la calificación de apto se obtiene aprobando al menos un 60% de la puntuación en el área de expresión oral y un 60% en el resto de la prueba. Es decir, aunque se flojee por ejemplo en la gramática -que es lo más habitual- se puede compensar con el resto de ejercicios escritos porque el Ramon Llull hace media.
Cinco suspensos en dos años
«Se acabó el chollo de los cursos fáciles del Ramon Llull», se lamenta un docente de Menorca que la semana pasada intentó apuntarse para poder optar a un trabajo público en Baleares. «Miré un vuelo barato a Madrid pero cuando fui a inscribirme me rechazaron por vivir en un 'área del dominio lingüístico de la lengua catalana'«, cuenta resignado.
John (nombre ficticio) lleva dos años intentando sacarse el título B2 y ha suspendido ya cinco veces, tanto en los exámenes de la Dirección General de Política Lingüística y de la Universitat de les Illes Balears (UIB). Ahora probará suerte con los de la Escuela Oficial de Idiomas del Govern balear, aunque no tiene muchas esperanzas. Está «desesperado» porque le piden este certificado para trabajar casi de cualquier cosa. «Con mi experiencia y mi formación en EEUU podría trabajar en la universidad pero aquí no me dejan ni dar clase de música a niños de 10 años», reconoce con desánimo.
«No puedo dar clase de música sin el título»
Este músico extranjero vive en Menorca desde hace cinco años. Habla tres idiomas (inglés, español y algo de italiano), tiene dos másteres y 20 años de experiencia como especialista en un instrumento que prefiere no revelar por miedo a entrar en una «lista negra». Por eso pide a ABC mantener su anonimato. Hace un tiempo aprobó el B1 de lengua catalana pero el B2 se le está resistiendo. Dice que las pruebas confeccionadas por el Govern balear son «una lotería»: «Da igual cómo me lo prepare, las calificaciones son muy dispares cada vez».
Aunque trabaja en una escuela privada donde no le piden saber catalán, habitualmente habla en la lengua autóctona con los niños. «Pero no les vale que lo hable y lo entienda; sin el B2 mi futuro laboral está muy limitado en esta Isla», reconoce.
Sus compañeros le recomendaron que probara en el Institut Ramon Llull de Madrid. Pero cuando fue a hacer la matrícula en la web le pidieron que acreditara su lugar de residencia. «¿Quieres saber si te puedes presentar? Selecciona tu país en el desplegable e introduce el código postal de tu localidad de residencia», indica ahora la página web.
John siguió las instrucciones: «No puedes inscribirte a estas pruebas del Institut Ramon Llull», fue la respuesta y le derivaron al servicio de lingüística del Govern balear, área gobernada por el ala radical de los nacionalistas de Més, y comandada por Beatriu Defior, ex candidata de ERC.
El Govern se desentiende
Cuando mandó un correo escrito en un perfecto catalán pidiendo explicaciones, desde este organismo le respondieron que la «normativa» había cambiado y desde este curso no acepta a alumnos de Baleares, Cataluña, Andorra o la Comunidad Valenciana. En la web hay un anuncio informativo: «Las pruebas del Institut están dirigidas [sólo] a personas que residen fuera del dominio lingüístico de la lengua catalana y en el Alguer».
John preguntó al Govern y desde el Servicio de Formación y Certificación de Conocimientos de Catalán del Govern balear se escudaron en que no «deciden en ningún caso los criterios de admisión de las pruebas de lengua catalana que organiza y gestiona el Institut Ramon Llull». Eso pese a que la junta rectora del IRLL está encabezada por el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés, y su vicepresidenta es la socialista y presidenta de Baleares, Francina Armengol.
En su breve respuesta de dos párrafos, el Ejecutivo insular no aclaró cuál es la normativa nueva. Para más inri, cometió una errata al escribir «amissió» en vez de «admissió», («admisión» en castellano).
«Parece que no quieren perder el negocio de las pruebas de catalán», critica una doctora de Ibiza que también ha sido rechazada por el Institut Ramon Llull. Tiene el B1 de catalán pero para mantener su plaza en el hospital público Can Misses le piden el B2. La moratoria de dos años que le concedió el gobierno autonómico para aprobar este nivel exigido expira próximamente y la amenazan con quitarle la plaza.
La normativa lingüística autonómica de Armengol se ha ido endureciendo por las presiones de los nacionalistas. La presidenta ha impuesto el requisito al 90% de las plazas de Medicina y Enfermería en el concurso de estabilización de plazas, pese a la falta de especialistas y reconocer que era una barrera para encontrar profesionales. Días antes de su cambio de postura, defendió la exención del catalán a todos los médicos y enfermeras alegando que «primero» iba la salud a la lengua.
Éxodo de profesionales
Varios médicos de Ibiza han pedido la devolución de las tasas y muestran su voluntad de irse a trabajar a la península, siguiendo el éxodo de profesionales que han abandonado Baleares por el requisito lingüístico desde que se impuso por decreto.
Desde que el Gobierno tripartito formado por PSOE, Podemos y los nacionalistas de Més recuperó la exigencia del catalán en marzo de 2016, la lengua autóctona es obligatoria para trabajar en la función pública y las matrículas de los exámenes de catalán se han multiplicado, al igual que el número de suspensos. La escabechina se refleja convocatoria tras convocatoria en las listas de alumnos. En las pruebas orales del pasado mes de enero siete de cada diez matriculados suspendieron el examen B2 de catalán. Es decir, de 1.456 personas presentadas sólo aprobaron 379, lo que supone apenas el 26,03%.
MÁS INFORMACIÓN
John no ve «comprensible» que le impidan examinarse libremente en cualquier punto de España. El Govern balear acepta el título del Ramon Llull e incluso remite al material didáctico de este organismo para prepararse a las pruebas. Pero si no quiere abandonar Baleares, sólo puede «pasar por el aro» y seguir pagando cursos y tasas hasta conseguir el ansiado «apto».
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