Una mujer deja su trabajo y cierra sus cuentas bancarias para demostrar que se puede vivir sin dinero: «Me siento más segura»
Jo Nemeth cambió su estilo de vida hace 10 años y cuenta en 'The Guardian' su felicidad cubriendo las necesidades básicas
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En un mundo marcado por la inmediatez, el consumismo y la necesidad de estar conectado resulta difícil encontrar ejemplos de personas que deciden vivir en contra de todo eso. Pero existen. Una de ellas es Jo Nemeth, una mujer que hace diez años dejó su trabajo, cerró sus cuentas y vive intentando satisfacer sus necesidades «sin tener un impacto negativo», como recoge 'The Guardian' en una pieza que relata su historia.
Todo el dinero que tenía en la cuenta cuando dejó de trabajar se lo dio a su hija, Amy, que entonces tenía 18 años. Fue ahí cuando comenzó una vida sin dinero que sigue manteniendo en la actualidad. No se arrepiente de esa decisión ya que a pesar de tenerlo prácticamente todo afirma que se sentía «profundamente infeliz».
Una vida sin dinero ni trabajo
El punto de inflexión que le animó a dar un giro de 180 grados a su vida fue el libro 'El hombre sin dinero: un año económicamente libre'. Fue ahí cuando se puso manos a la hora y escribió una lista con lo que realmente necesitaba: «Descubrí que realmente no necesitaba mucho para estar cómoda».
Jo Nemeth no tiene casa propia ni coche y tampoco recibe prestaciones sociales ni ahorros para emergencias. En cuanto a la comida diversas personas le dan cosas que no necesitan y ella cultiva también sus propios alimentos. Por su cumpleaños pide bolsas de arroz o leche en polvo. Practica lo que llama 'economía del regalo': «Es muy diferente al trueque o al comercio, que implica pensar en términos monetarios y transaccionales: te doy esto si me das aquello».
Se encarga de la casa y las necesidades básicas
Así con todo, y pese al riesgo de vivir constantemente al límite de la subsistencia, afirma que ahora se siente «más segura que cuando tenía dinero». En la actualidad vive en casa de una amiga donde viven ocho personas y es Nemeth la que se encarga de la casa, cultivar y tratar de ingeniárselas para cubrir con las necesidades. No está ni contra el dinero ni la tecnología, pero trata de depender lo menos posible de ambas cosas.
Su intención es dejar este hogar pronto para sentirse «más conectada con la realidad» y planea construir un habitáculo en el patio trasero donde dormir.
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