'La templanza', el rigor de una serie histórica contra los anacronismos de 'Los Bridgerton'
La adaptación de la novela homónima de María Dueñas, protagonizada por Leonor Watling y producida por Atresmedia Studios (Buendía Estudios), se estrena este viernes en Amazon Prime Video
Como el sorbo de un buen vino, ‘La templanza’ se toma las cosas con calma. Introduce a sus personajes, expone la acción y, a paso lento pero constante, se deja llevar. La pasión es sutil y comedida y la atención por el detalle, ... el motor que da vida a todas las tramas. Justo lo contrario que 'Los Bridgerton' , ágil y procaz, que apura de un largo sorbo el frenesí de la alta sociedad londinense.
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Producida por Atresmedia Studios (Buendía Estudios) , 'La templanza' se estrena este viernes como una de las más ambiciosas propuestas de Amazon Prime Video , rodada en diferentes localizaciones (Jerez, Cuba, Londres, México), con 128 decorados y 2.500 trajes de la época. Leonor Watling encabeza este drama romántico como Soledad Montalvo, una mujer hecha a sí misma que rompe con los estereotipos en la segunda mitad del XIX. «Me pareció un reto muy difícil y un personaje precioso», cuenta a ABC la actriz, protagonista de una serie que destila elegancia y rigor para llevar a la pantalla, en diez capítulos, un éxito fraguado con papel y letras. Quizás sea esta una de las pocas concesiones anacrónicas de la adaptación de María Dueñas , más proclive a respetar el contexto histórico y presentar con rigor los hechos a pesar de ficcionar el relato.

El éxito de 'Los Bridgerton', el estreno más visto en la historia de Netflix, su temática y la (sana) rivalidad entre plataformas invitan a comparar ambas ficciones, dos propuestas que se desarrollan en el mismo siglo pero siguen patrones bien diferentes. Al contrario que 'La templanza', que se toma las licencias justas a la hora de viajar al pasado, en 'Los Bridgerton' se invierten a conciencia los roles raciales que dictaba el periodo conocido como la Regencia londinense, una de las etapas más cargadas de prejuicios y restricciones de carácter social de la historia.
La diversidad del reparto de la serie de Netflix, donde abundan los nobles negros y hasta una reina afroamericana, obedece a la necesidad de representar la multiculturalidad del mundo real. Sin embargo, estas necesidades del presente son una tendencia peligrosa cuando se escenifica una situación idílica que nunca ocurrió en el pasado para solapar la realidad miserable que sí fue.
«Yo intento ser bastante rigurosa y convencional en ese sentido, como una percepción más clásica» , asegura la exitosa escritora, que apuesta por una visión más convencional de las series de época frente a la osadía de Shonda Rimes, que hace y deshace la historia a su antojo en 'Los Bridgerton'. «Pero me parece fantástico lo que han hecho, superdivertido, que haya personajes de unas razas que en ese momento del imperio británico hubiesen sido absolutamente imposibles. Me parece arriesgada pero un puntazo la música más moderna ; incluso el vestuario es distinto. Es una apuesta intrépida y me gusta que haya gente que haga esas cosas aunque yo no las haga normalmente», añade Dueñas en una entrevista con ABC.
Coincide con la escritora una de las guionistas, Susana López Rubio, que aunque opina que la ficción de Netflix «funciona dentro de su código» se queda con «la atención al detalle de 'La templanza' porque la convierte en una experiencia alucinante».

Sin el atractivo juvenil del duque de Hastings (Regé-Jean Page) y las versionadas canciones de Ariana Grande o Maroon 5 pero con Rafael Novoa como reclamo de un arquetipo más maduro, la nueva ficción de Amazon y Buendía Estudios no escatima en esfuerzos a la hora de retratar la esclavitud en La Habana . Es una historia de glorias y derrotas, de minas de plata, intrigas de familia, viñas, bodegas y ciudades, pero también de un pasado ingrato que todavía escuece en el presente.
«Eso de la fidelidad histórica... un minero en España no sería Rafael Novoa, tendría los dientes hechos polvo. Hay muchas cosas que son convenciones que aceptamos sin pensar. Si nos ponemos documentalistas, ninguno de los actores podríamos estar en esta serie», asegura, por su parte, Watling, que no duda en aplaudir la osadía de Rimes. «Shonda tiene un propósito claro y maravilloso de 'color blind': todos son actores y me da igual si es negro, si es blanca o indio porque estoy proponiéndote otro paradigma, que de eso se trata la ficción, de entrar en una convención con el creador del contrato, como sucede en el teatro. Yo a los 15 minutos ya no veía colores, y de eso va el tema, no es un documental».
El «bálsamo» del pasado
Mirar al pasado, con la que está cayendo, es quizás una de las grandes virtudes de esta ambiciosa producción. Y en eso, por fortuna, coinciden 'La templanza' y 'Los Bridgerton', dos ficciones de época que buscan en el pasado un respiro de tanto presente. «Cuando te vas quemando mucho de la realidad, y más en estos tiempos de pandemia, estos viajes al pasado suponen un bálsamo. Te proponen horas de aislamiento, de alejarnos de todo el ruido que tenemos en el presente. Reconforta, la pena es que no nos podemos quedar allí para siempre », sugiere la escritora.
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