el contrapunto
Un monumento a la UCO
El 'hermanísimo' de Sánchez cobraba por no hacer nada tres veces más que un capitán de la Guardia Civil
Sánchez traiciona también a Europa
Contra Ayuso todo vale, ¡hipócritas!
Si tuviera capacidad logística para gestionarla, promovería una suscripción popular destinada a levantar un monumento a la UCO. Porque decir Unidad Central Operativa de la Guardia Civil es decir honradez, solvencia, esfuerzo, sacrificio, fiabilidad. Es decir independencia del poder político, máximo generador de desconfianza ... entre los ciudadanos. Es decir instrumento indispensable de la Justicia en el combate contra la corrupción. Es decir soledad, trabajo callado, sueldo escaso, presiones constantes. Los hombres y mujeres que componen la UCO, unos seiscientos en la actualidad, están detrás de todas las investigaciones referidas a los escándalos que abren portadas a diario. Además de realizar su tarea habitual de lucha contra el narcotráfico, el lavado de dinero sucio o la trata de blancas, entre otras formas de crimen organizado, la unidad se ha especializado en la exploración de las cloacas hediondas en las que chapotean los gobiernos, ya sean del PP, recuérdese Púnica, o el PSOE. Actualmente el de Pedro Sánchez, cuya magnitud bate récords y no da tregua a los agentes.
Por citar únicamente los cuatro casos más destacados, cabría empezar por el que afecta a Begoña Gómez, esposa del presidente, investigada por el juez Juan Carlos Peinado con los datos aportados por dicho grupo. En un principio, cuando un informe preliminar parecía exculparla, los portavoces oficiales y oficiosos del sanchismo salieron en bloque a elogiar el prestigio del Cuerpo. Ahora que las pruebas recabadas van respaldando las acusaciones y se anuncia un documento potencialmente demoledor sobre el rescate de Air Europa, ese entusiasmo ha desaparecido. No debió de caer especialmente bien en la Moncloa la noticia de que la UCO buceó en los correos borrados en la Diputación de Badajoz hasta encontrar los referidos al 'hermanísimo' del jefe, bajo la lupa de la juez Beatriz Biedma. Demostraban que no solo se le creó una plaza a dedo en dicho organismo a él, sino otra a su amiguete, Luis Carrero, por no hacer nada y con salarios que triplican los de un capitán de la Guardia Civil. Remuneraciones a las que solo se acerca el coronel Rafael Vicente Yuste Arenillas, al mando de la unidad, con muchos años de carrera y enorme responsabilidad.
¿En qué otros campos minados anda metida la UCO? El del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, imputado por el juez del Supremo Ángel Hurtado. Fueron los miembros de la Benemérita quienes denunciaron la eliminación deliberada de sus mensajes de móvil, indicio inequívoco de culpabilidad. O el que afecta a José Luis Ábalos y demás dirigentes socialistas señalados por Víctor de Aldama, «nexo corruptor» de la trama, en palabras de los uniformados que expurgan cuentas, movimientos y propiedades en paraísos fiscales con la paciencia del santo Job. Desacreditar su actuación por un error en el cambio de divisas denota muy mala fe o mucho miedo a lo que descubran. Yo apuesto por lo segundo.
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