EL CONTRAPUNTO
Contra Ayuso todo vale, ¡hipócritas!
Maroto y García son vestales del sanchismo, muy «feministas» ellas, siempre dispuestas a obedecer las órdenes del macho alfa
No hay consecuencias
La decisión de Feijóo
Tanta «sororidad», tanto «empoderamiento» y tanta zarandaja pekinesa; tanto descaro en apropiarse de media humanidad para convertirla en bandera de la izquierda, y resulta que cuando una mujer triunfa en política sin cuotas que valgan; cuando obtiene el respaldo mayoritario de la ciudadanía en las ... urnas y se convierte en una lideresa poderosa de verdad, la atacan sin medida, traspasando todos los límites de lo aceptable en democracia, por el pecado imperdonable de no militar en sus filas ni comulgar con sus dogmas. Por plantar cara al caudillo al que veneran todas esas vestales del sanchismo, muy «feministas» ellas, siempre dispuestas a obedecer las órdenes del macho alfa, ya se trate de Pedro o de Pablo. Las mercenarias lanzadas contra esa adversaria coriácea que manda en el bastión madrileño y, lejos de amilanarse ante sus embestidas, crece a ojos de los españoles por su fuerza y su valentía.
Contra Isabel Díaz Ayuso todo vale. La fatwa decretada por La Moncloa da pie a campañas cada vez más sucias, ejecutadas con dureza implacable. Tras fracasar en el empeño de tumbarla difamando a su difunto padre y a su hermano, o señalando a su pareja con una filtración ilegal que ha llevado al fiscal general del Estado al Supremo, en calidad de imputado, la última ofensiva se vale de los ancianos fallecidos en las residencias a consecuencia del Covid. Se puede caer más bajo, pero es difícil. Produce vergüenza ajena oír a Reyes Maroto, portavoz del PSOE en el ayuntamiento de la capital, acusar a la presidenta y su gobierno de haber asesinado a esas personas. O sea, «matado con alevosía, ensañamiento o por una recompensa», según la definición de la RAE, y más alipori aún provoca leer el intento de retractación publicado en su cuenta de X, donde demuestra no solo su terror ante el anuncio de una querella, sino su desconocimiento absoluto de nuestra gramática. Es evidente que para representar al socialismo en España no es preciso saber escribir en español. Tampoco es necesario predicar con el ejemplo cuando se calumnia desde Más Madrid, encarnado en Mónica García, recompensada con el Ministerio de Sanidad. Porque hay que tener el rostro de hormigón para decir que Ayuso «abandonó» a los mayores de las residencias, cuando en plena pandemia ella se dio de baja del hospital donde trabajaba, siguió acudiendo a la Asamblea y tuvo que devolver 13.000 euros cobrados indebidamente. Lo de José Pablo López, el «bien pagao» director general de RTVE, nombrado a todo correr mientras en Valencia la dana causaba estragos, es sumisión al amo y rencor hacia la presidenta que lo despidió de Telemadrid y lo en derrotó los tribunales. La basura emitida a nuestra costa con título numérico no era un reportaje, sino una bomba fétida. Otro intento fallido de dañar a la mujer que le roba el sueño a Sánchez.
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