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el contrapunto

Degenerar era esto

Sánchez está feliz de hallar en esta crisis un pretexto perfecto para distraer nuestra atención de los escándalos de corrupción

Montero quiere ir a la cárcel

Pumpido, del polvo al fango

Isabel San Sebastián

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Pertenezco a una generación que llegó a tocar con los dedos la era del progreso perpetuo y asiste ya en el ocaso, desde la impotencia, a un declive moral, político y económico que alcanza dimensiones nunca vistas. No digo que cualquier tiempo pasado fuese mejor, ... pero sí que sus pobladores tuvieron más margen para la esperanza. Lo que estamos viviendo ahora es el hundimiento de todo aquello en lo que creímos. Un retroceso acelerado de los valores democráticos por los que luchamos, cada cual desde sus ideas aunque con un propósito compartido. Un encumbramiento global de la bellaquería, el deshonor, la codicia de poder, la mentira y la mediocridad, en detrimento de la grandeza de miras, la excelencia, la voluntad de servicio y la capacidad de trabajo que caracterizaron épocas no tan lejanas, cuyos frutos en occidente están siendo destruidos por la clase dirigente que ha alumbrado esta decadencia.

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