La máquina de hacer millones de Barack Obama
Libros, documentales, conferencias, inversiones inmobiliarias... Los negocios de los Obama van viento en popa. Al salir de la Casa Blanca firmaron un contrato editorial por 60 millones de dólares y otro con Netflix por 50 millones
Obama 'Superstar': 2.500 euros por una foto con el expresidente de EE.UU.

No hay un manual de instrucciones para ser expresidente de la primera potencia mundial. Cada uno forja su camino al salir de la Casa Blanca. Los hay que tratan de elevarse sobre el ruido político para convertirse en estadistas, respetados a izquierda y derecha, ... como Jimmy Carter, Ronald Reagan o Bush padre. Otros se dedican a sus aficiones, como Bush hijo y su reciente amor por la pintura, o Donald Trump y su eterna pasión por el golf.
Pocos, sin embargo, logran renacer como superestrellas mundiales, un papel que ha perfeccionado como pocos Barack Obama. Es tan famoso que incluso su retrato oficial está de gira. No es una broma: el cuadro que le pintó Kehinde Wiley para la Galería Nacional de Retratos cuando dejó la Casa Blanca ha estado viajando por EE.UU., con llenos absolutos en galerías y museos de todo tipo, mientras que la fotografía de Trump que lo reemplazó acumula polvo, ante un público cauteloso o repelido. Cuando se exhibió el retrato de Obama en 2018, había colas muy largas para hacerse 'selfies'. Ni siquiera George Washington podía competir.
Desde que dejó la presidencia en enero de 2017, montándose en un helicóptero que lo llevó desde la explanada del Capitolio y dejando Washington en manos de Trump, Obama ha demostrado ser un maestro en la gestión de su imagen y en aprovecharla al máximo. Libros, documentales, conferencias... los lucrativos contratos firmados por el expresidente y su esposa Michelle les han permitido acumular una fortuna que se estima cercana a los 70 millones de dólares, unos 65 millones de euros al cambio actual.
El mes pasado, el expresidente fue visto cenando ostras y caviar en Barcelona, acompañado por sus amigos Bruce Springsteen, con quien ha escrito un libro, y Steven Spielberg. Esto da una idea de con quién se codea hoy en día el expresidente y quién recorre el mundo para estar en su mesa.
Después de España, Obama fue a Holanda y Alemania para dar discursos ante audiencias multitudinarias con entradas agotadas, aclamado en todas partes por donde pasó. Hay poco que distingue al expresidente de una estrella mundial: escribe memoria tras memoria, aparece en series y películas, y las masas pagan cientos o miles de dólares por escucharlo hablar en un escenario.
Su vida ha cambiado mucho desde que se dedicaba al activismo vecinal en los barrios de Chicago. Fue elegido senador en el Capitolio a los 43 años y presidente a los 47, con un sueldo anual de 400.000 dólares. Su popularidad se elevó a más del 75%, según las encuestas, para luego caer al 38%. Fue reelegido en el cargo, algo que no todos tienen garantizado (basta con ver el caso de Trump).
Recientemente Barack y Michelle iniciaron una gira por varias ciudades europeas para participar en lucrativas conferencias
Podría vivir, como han hecho otros expresidentes jubilados, de la pensión de unos 200.000 dólares que recibe del Estado. Pero tanto él como su esposa han armado una formidable máquina para ganar dinero.
Desde 2005, el año en que Obama entró en el Senado, hasta 2016, cuando dejó la Casa Blanca, el matrimonio ingresó un total de 20,5 millones de dólares gracias al sueldo de cargo público; derechos de autor y ventas de libros, y varios dividendos. Esto se sabe porque, como cargo público, declaró ingresos y bienes cada año.
En realidad, el grueso de aquellos ingresos vino de la literatura. Obama ingresó 15,6 millones de dólares por sus primeros libros, entre ellos los más exitosos: 'La audacia de la esperanza' (2006) y 'Los sueños de mi padre' (publicado inicialmente en 1995, reeditado después).
Ya en 2017, recién salidos del gobierno, Obama y su mujer firmaron otros nuevos contratos de libros por valor de al menos 60 millones de dólares. Lo que han publicado ha sido devorado por el mercado. 'Tierra prometida', que él sacó en 2020, vendió más de tres millones de ejemplares en Norteamérica en apenas dos meses, según la agencia Ap. En los pasados cinco años, ella ha publicado dos volúmenes, 'Con luz propia' (2022) y 'Mi historia' (2018), ambos superventas también.
Llenan los teatros
Los dos fueron lanzados con una serie de conferencias de pago como las que ha dado su marido. Como hacen los escritores superventas en EE.UU., con cada libro dan una gira en la que venden no sólo ejemplares sino, sobre todo, entradas, para repetir la misma conferencia en diferentes ciudades. En Washington, Michelle Obama logró llenar el Teatro Warner, con un aforo de 1.800 personas.
Cada final de año y principio de verano, Obama saca además una lista de libros recomendados personalmente por él. Tal es su influencia en círculos culturales que el «¡recomendado por Obama!» se ha convertido en un reclamo superventas. Aunque algunos escépticos creen que sus recomendaciones son seleccionadas por su equipo, las listas son elaboradas personalmente por Obama y reflejan sus propios gustos literarios. En general, los Obama promueven la lectura y se consideran a sí mismos amantes de los libros.
El matrimonio ha creado también su propia productora de contenido, Higher Ground, con la que producen podcasts y series televisivas. La creación más reciente es el documental 'Working' (en inglés, «trabajando»), sobre el mercado laboral, narrado con la voz de él. Se estrenó el 17 de este mismo mes, y es parte de un acuerdo firmado entre Obama y Netflix que le reporta al primero unos 50 millones de dólares.
Con estos ingresos, no es que Obama necesite un trabajo diario. Al expresidente se le ha visto de vacaciones de paraíso en paraíso: en Palm Springs, en Martha's Vineyard, en Málaga. El verano de 2017, la prensa del corazón le dedicó páginas y páginas a sus aventuras en las Islas Vírgenes, cuando se dio de lleno al surf de vela en la propiedad del millonario Richard Branson, fundador del Grupo Virgin, mientras la era Trump descendía sobre Washington, y los demócratas que quedaban en el Capitolio entraban en una larga era de pánico.
Propiedades de lujo
También se dedicó Obama a adquirir propiedades. En 2017, una lujosa casa en el exclusivo barrio de Kalorama en Washington, de más de ocho millones de dólares. Le dio una nueva capa de lustre al barrio, justo al lado del icónico Hilton, y poco tardaron en ponérsele de vecinos el matrimonio de Ivanka Trump y Jared Kushner, hija y yerno de Donald Trump.
Dos años después, ya en 2019, Obama compró una mansión de vacaciones de siete dormitorios y piscina en la muy exclusiva isla de Martha's Vineyard, comprada, según la revista People, por casi 12 millones.
La gira mundial que este año le ha llevado a Europa es también una fenomenal vía de ingresos. Las entradas a los discursos que dio en Ámsterdam y Berlín, ante miles de personas, se cobraban hasta por 2.500 euros, si era con foto con el conferenciante incluida. Para el resto, la butaca costaba oscilaba entre 100 y 250 euros.
Escuchar a un expresidente, desde luego, tiene su precio. En 2017, tras salir de la presidencia, los medios en EE.UU. revelaron que Obama ingresó casi medio millón de dólares por discurso en intervenciones ante diversas empresas de Wall Street, aunque hace tiempo que no da ya ese tipo de discursos.
Es cierto que como expresidente, Obama no puede conducir su propio coche, algo que hace el Servicio Secreto. Tampoco puede recibir correo en secreto, ni comprar sus propios teléfonos o tabletas, todo esto debe ser revisado antes por el equipo de funcionarios que se encarga de su seguridad. Pero eso, y no comerciar secretos de Estado, son las únicas limitaciones de una supuesta jubilación que por los números se antoja más que cómoda.
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