8M: Claves de una experta en pedagogía para educar a los niños en el respeto y la igualdad

¿Depende más de los mensajes que transmitamos en la familia o la escuela?

La familia y la escuela cumplen funciones complementarias en la formación de la igualdad. La familia es el primer entorno en el que los niños aprenden valores básicos a través del ejemplo diario, mientras que la escuela refuerza y amplía esos principios. La coordinación entre ambos espacios es esencial para que los niños interioricen de forma sólida la idea de igualdad, ayudándoles a analizar y cuestionar comportamientos y prejuicios.

¿Cómo debe ser la educación en este sentido dentro del hogar? ¿Cómo trabajar en este propósito?

En el hogar, la educación en igualdad debe basarse en el diálogo, la reflexión y el ejemplo. Los adultos deben fomentar conversaciones que inviten a los niños a observar y analizar situaciones cotidianas, ayudándoles a formar su propio criterio. Es fundamental que, desde casa, se practique el respeto y la justicia en las relaciones, ya que el ejemplo es la herramienta más efectiva para crear un ambiente seguro donde los niños se sientan motivados a expresar sus ideas y dudas.

¿Y en el colegio? ¿Es importante que coincida la información transmitida?

Es importante que lo que se enseña sobre igualdad complemente lo aprendido en casa. Cuando las actividades y contenidos refuerzan valores como el respeto y la justicia, se crea una base sólida que ayuda a los alumnos a desarrollar su propio criterio. La conexión entre el entorno escolar y familiar facilita que los niños detecten y cuestionen estereotipos, integrando de manera firme los principios de igualdad en su vida diaria.

Pero, ¿están los docentes formados para dar este tipo de mensajes?

Cada vez se presta más atención a la formación de docentes para que transmitan estos mensajes con seguridad, poniendo especial énfasis en el análisis reflexivo. La capacitación incluye herramientas y métodos que fomentan el debate y la reflexión, permitiendo crear espacios en los que los alumnos puedan cuestionar, contrastar y construir su propio criterio. Aunque aún existen desafíos, la tendencia es avanzar hacia una formación continua que refuerce la capacidad de los profesores para trabajar en la justicia y la igualdad, contribuyendo a una educación transformadora.

¿Qué ocurre cuando descubren que la igualdad que se transmite en casa no coincide con lo que ven fuera, en su entorno?

Cuando los niños notan que el mensaje de igualdad aprendido en casa no se refleja en su entorno, pueden sentir confusión. Sin embargo, este contraste se convierte en una oportunidad para fortalecer su capacidad de análisis. Al enfrentar esta discrepancia, se les invita a debatir sobre las razones de estas diferencias, lo que les ayuda a formar un juicio propio y a cuestionar los estereotipos de forma autónoma. El diálogo les permite explorar estas diferencias y reflexionar sobre ellas, ayudándoles a interiorizar los valores de igualdad y a desarrollar un criterio ético basado en la experiencia.

¿Cómo explicarles que existen desigualdades entre hombres y mujeres?

Para explicar que existen desigualdades entre hombres y mujeres, es útil comenzar con ejemplos cotidianos y cercanos a su realidad. Se puede señalar que, a lo largo de la historia, se han establecido roles que han favorecido a unos y limitado a otros, generando diferencias en el trato y las oportunidades. Invitar a los niños a observar y debatir sobre estas situaciones les ayuda a entender las causas y consecuencias, permitiéndoles reconocer las injusticias y pensar en formas de promover una sociedad más justa.

¿De qué manera la educación en igualdad condiciona su infancia y futuro desarrollo en cuanto a sus amistades, relaciones en el entorno escolar, etc.?

La educación en igualdad tiene un impacto decisivo en la forma en que los niños se relacionan y se desarrollan. Desde pequeños, aprender a valorar el respeto y la justicia les ayuda a construir relaciones saludables y solidarias. Esto les enseña a identificar actitudes injustas, a resolver conflictos de manera constructiva y a ser críticos ante las desigualdades que observan en su entorno. A largo plazo, estos conocimientos les ayudan a elegir amistades y relaciones sanas, basadas en el respeto y la empatía.