«Tercero de Primaria es una revolución intelectual, se pasa de 'aprender a leer' a 'aprender leyendo'»
Álvaro Gil Ruiz, profesor de Primaria en Tajamar, explica en esta entrevista que aprender a leer no es un proceso natural como el habla y precisa de un método que requiere del apoyo de las familias, no solo de las escuelas
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Los datos del informe PISA dejan la lectura en España mal parada pese a los esfuerzos del sistema educativo por fomentarla, quizá porque hace falta una estrategia de juego diferente, que despierte el gusto por ella y en la que estén plenamente implicados, familia, escuela ... y sociedad.
Según el profesor Álvaro Gil Ruiz, que imparte clases de Primaria en Tajamar, aprender a leer no es algo intuitivo y natural, como pueda serlo, por ejemplo, aprender a hablar. «Requiere un aprendizaje y un buen método, además del esfuerzo por dominar esta habilidad. Es un proceso largo y complejo que nos permite manejar la herramienta fundamental para el aprendizaje de cualquier materia. Pero más allá de que sea un medio, es una manera de disfrutar de otras ideas y un modo de aprender a pensar. Aún así el verdadero salto en la lectura llega cuando se despierta el gusto por ella».
Apunta que el momento ideal para comenzar a leer es cuando el cerebro del niño está preparado para esta actividad. «Es decir, cuando muestra interés y capacidad para empezar a leer las primeras palabras de los rótulos de las tiendas, títulos de libros o pantallas. Enseñarle a leer antes de tiempo no supone que aprenda a leer mejor y más rápido. Es más, nunca compensa forzar el comienzo de la lectura, ya que es un proceso imposible de llevar a cabo si neurológicamente no ha despertado de manera natural. Como dice el psicólogo y orientador Hernández Pallarés: 'Enseñar a leer antes de los cuatro o cinco años es biológicamente precipitado y potencialmente contraproducente en muchos casos'. Cada lector lleva su ritmo y por eso unos empiezan a leer en los últimos años de Infantil, otros en 1º y como tarde en 2º de Primaria.
¿Por qué algo tan necesario desde la infancia como es el fomento de la lectura cuesta tanto conseguir?
Aprender a leer precisa de un método. Una vez que ya leemos hay una revolución intelectual en 3º de Primaria, o dicho de otra manera, es el curso esencial en la vida del novel lector, como nos cuenta el filósofo y pedagogo Gregorio Luri. ¿Por qué? Porque en ese curso los alumnos pasan de «aprender a leer» a «aprender leyendo«.
Hay padres que dejan esta materia en manos del colegio. ¿En qué medida las familias también deben tener una posición activa en este asunto?
José Antonio Alcázar Cano, pedagogo, escritor, profesor y consultor de Identitas, lleva años pregonando una verdad fundamental sobre la educación; educamos más por lo que somos que por lo que hacemos o decimos. Por lo tanto, la posición activa de los padres es esencial con su ejemplo. Además, la biblioteca familiar es fundamental para la mejora en la lectura. La cantidad de libros que haya en la biblioteca familiar es otro factor importante a la hora de mejorar el nivel lector. Los adolescentes que no tienen biblioteca familiar a los 15 años tienen un retraso de 1,5 años en conocimientos, con respecto al que crece con 100 libros en casa, y un retraso de 2,2 años con respecto a los que tienen 500 libros (el 8% de las familias españolas), según nos aporta Gregorio Luri.

¿Qué pueden hacer entonces?
Una biblioteca pública es como una buena heladería italiana, despierta la concupiscencia, pero lectora. Por eso, además del ejemplo, visitar librerías y bibliotecas es buena idea, no solo para sacar libros o comprarlos, sino sobre todo para despertar el interés, viendo las novedades y la variedad de libros.
¿Cómo convencer a los padres de lo importante que es que los niños lean?
Leer es una manera de aprender a pensar, no solo de aprender y disfrutar. Dice Jean-Luc Marion: «Hay que aprender de los libros una nueva forma de pensar. No se trata de aprender cosas nuevas o de convertirse en un erudito, sino de aprender a pensar del modo en que te enseña el libro. Esto exige mucho tiempo y, habitualmente, varios intentos. Pero es estupendo».
¿Qué falla el sistema educativo para no fomentar el gusto por leer en los jóvenes?
El sistema educativo fomenta la lectura, pero quizá sin contar con la familia y bajo el principio de que lean mucho los alumnos de lo que sea, con tal de que lean. No se trata de leer muchísimo, si no como dice Julio Llorente, de leer bien. Leer bien no es solo elegir buenos libros: es, ante todo, leerlo con la actitud adecuada.
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¿Se puede fomentar la lectura en adolescentes que viven enganchados al móvil? ¿Cómo lograrlo?
Dice Jorge Bustos que vivimos en un ecosistema de pantallas que ha atrofiado los músculos de nuestra comprensión. Quien mira una pantalla puede aprender muchas cosas, pero adopta una actitud pasiva, recibe imágenes y sonidos. Quien lee crea activamente significados en su imaginación, que así se robustece, desarrolla empatía, se pone en la piel de los demás…. Pienso que la manera es con el ayuno intermitente digital. Tiene que haber un horario y unas normas en el uso de la tecnología. Igual que tiempos o momentos de silencio para la lectura en familia.
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