La habitación del pánico: cuando tu hijo se encierra

Advierten que, en numerosas ocasiones los menores de edad se encierran en su habitación para huir de sus problemas o evitar hablar de ellos cuando, en realidad, debería ocurrir todo lo contrario para no cronificarlos y poder liberarse de su sufrimiento.

Benjamín Ballesteros, director técnico y portavoz de la Fundación Anar, apunta a ABC que las señales a las que los padres deben estar atentos y que pueden identificar que un hijo tiene problemas cuando pasa mucho tiempo encerrado en su habitación son "observar si hay cambios en su comportamiento, retraimiento social, poco deseo de relacionarse, se muestra irritable, si tiene entre sus pertenencias sustancias tóxicas o ha cambiado de amistades y no tenemos información sobre ellas. También hay que estar atentos a si duerme mal, muestra dificultades para conciliar el sueño, tiene halo de tristeza, de agresividad, muestra inseguridad sobre sí mismo, rechazo hacia su imagen... Todas estas señales deben ponernos en alerta y motivarnos a acercarnos para ver qué le pasa. A veces los adolescentes intentan abrirse y cuentan que se encuentran mal sin saber porqué y, en ocasiones, los padres a penas le dan importancia o lo niegan, lo que puede agravar su situación".

El propósito de esta campaña es invitar a reflexionar sobre la importancia de convertir los hogares en espacios donde niños y adolescentes se sientan escuchados y puedan hablar de sus preocupaciones. En concreto, 'La habitación del pánico' es un proyecto creativo cuya pieza principal es un spot audiovisual en el que, a través de un recorrido por una habitación de apariencia normal, se visualizan distintos objetos cotidianos que revelan los problemas con las que muchos jóvenes se enfrentan a diario. Estos objetos se enlazan a cifras y datos obtenidos de las consultas realizadas al Teléfono/Chat ANAR en 2023.

Según el Informe Anual 2023 de las Líneas de Ayuda de esta organización, la salud mental volvió a ser, por segundo año consecutivo, el principal motivo de llamada de los menores al Teléfono/Chat ANAR. Destacan el número de casos atendidos por conducta suicida (5.198), autolesiones (3.348), y trastornos de conducta alimentaria (1.237).

La violencia, según apuntan, continúa siendo motivo de preocupación y el número de niños y adolescentes ayudados por la organización por este motivo también va en aumento año tras año. Otras causas de petición de ayuda son: maltrato físico y/o psicológico (9.321), acoso escolar y/o ciberbullying (5.755), violencia de género en el entorno o adolescente, (4.662), agresiones sexuales (1.728), y víctimas de grooming, sexting no consentido, sextorsión u otros tipos de violencia a través de la tecnología (1.544).

Advierten que en muchas ocasiones pasan meses, e incluso más de un año, hasta que un menor de edad decide pedir ayuda, y es que estos problemas a veces son ocultados por temor, por vergüenza o por no saber cómo abordar la situación. Sin embargo, cuanto antes se percaten las familias de lo que está ocurriendo, con mayor celeridad se podrá comenzar a trabajar una solución.

Además del spot, esta campaña se complementa con dos landing pages creadas ad hoc para cada uno de los públicos objetivo de la fundación: menores de edad y progenitores. El objetivo de ambas es dotar de información práctica y de herramientas a ambos targets, pudiendo visualizar además consejos prácticos para afrontar las situaciones expuestas.

Durante la presentación de la campaña, ha tenido lugar una mesa redonda dirigida y moderada por Tony Aguilar, que ha contado con la participación de Benjamín Ballesteros, director técnico de la Fundación ANAR, e Irene de la Casa, socia y directora general de evercom, agencia creativa de comunicación y marketing.

Según Irene de la Casa, «creemos firmemente que cuidar la salud mental de los jóvenes es clave para construir una sociedad más fuerte y sostenible. Involucrarnos proactivamente en iniciativas como esta no solo refuerza nuestro compromiso con causas sociales, sino que también nos permite aportar desde la comunicación al bienestar de las futuras generaciones, que serán el motor del talento y la innovación en el futuro.»

Para Benjamín Ballesteros, director técnico de Fundación ANAR «dedicar tiempo a conocer a nuestros hijos, sus gustos, aficiones, amistades, mostrarles que estamos disponibles para escucharlos cuando nos necesitan y validar sus emociones, forman parte de las claves para generar ese espacio de confianza y evitar un sufrimiento que no tienen que pasar solos, ayudándoles a encontrar la solución e involucrándolos en ese proceso».