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EDUCACIÓN INFANTIL

Descubrir el mundo guiados por los profesores y las familias

Los niños en esta etapa viven una gran transformación

«Los padres sienten mucha inquietud cuando los hijos empiezan Infantil, pero sus peques están listos para volar»

ABC

Belén Rodrigo

Madrid

La etapa de Educación Infantil representa el primer contacto de los niños con el colegio. Se divide en dos ciclos, de 0 a 3 años y de 3 a 6, y ninguno de ellos es obligatorio sino que tienen carácter voluntario. No obstante, en España la tasa de escolarización a partir de los 3 años es del 97%. Una edad marcada por muchos cambios para los pequeños y para los padres quienes deben saber que en los centros sus hijos «van a estar cuidados, acompañados y felices», subraya Ascensión Liébana, jefa de Estudios de Infantil y Primaria del colegio JOYFE.

En este centro se preocupan por crear desde el primer día «un ambiente cálido y seguro, donde cada niño es protagonista y se siente respetado en su ritmo de adaptación», explica la responsable. Los nervios del inicio pronto quedan atrás gracias al cariño y dedicación y en poco tiempo se convierte en entusiasmo y seguridad. «Además, en esta etapa no solo nos centramos en el aprendizaje de conceptos, sino en que desarrollen confianza en sí mismos, autonomía y descubran la magia de aprender», recalca.

Los niños en Infantil viven una gran transformación y durante tres años, de los 3 a los 6, van a aprender muchas cosas, tales como «ser autónomos, comunicarse mejor, descubrir el mundo, desarrollar la creatividad y la curiosidad, trabajar en equipo y gestionar sus emociones. Y todo esto lo conseguimos en un ambiente cercano, respetuoso y familiar, donde cada niño se siente seguro para explorar y crecer a su propio ritmo», resalta Ascensión Liébana.

La directora de Infantil del colegio Ramón y Cajal, Estefanía Sánchez, habla del objetivo de este ciclo de favorecer el crecimiento integral de los alumnos a través de experiencias enriquecedoras. «Fomentamos la exploración sensorial, la indagación que despierta curiosidad y reflexión, y actividades que potencien sus habilidades deportivas y artísticas, todo dentro de un entorno amable y emocionalmente seguro», puntualiza. En estos años se dan prioridad a múltiples objetivos, siendo el principal el desarrollo máximo de las capacidades individuales de cada alumno. «Nos adaptamos a sus estilos de aprendizaje y a sus distintas inteligencias para que alcancen sus retos de forma personalizada y significativa», explica Sánchez. Además, considera que el desarrollo emocional es clave, «buscamos que nuestros alumnos crezcan con estabilidad, confianza en sí mismos y una autoestima sólida, sentando así las bases para su bienestar y aprendizaje futuro».

Mónica Roldán, jefa de Estudios de Infantil del Colegio CEU San Pablo Sanchinarro, señala que en estos años «se motiva a los niños con múltiples actividades que logren desarrollar sus capacidades en el plano cognitivo, social y emocional». Desarrollan hábitos de trabajo, esfuerzo, psicomotricidad, convivencia y «sobre todo y gradualmente la autonomía», añade. Igualmente se promueve el respeto a sus iguales y la responsabilidad, adaptando las actividades a su ritmo de aprendizaje. «Es fundamental acompañarles a explorar, preguntar y aprender de manera

activa, fomentando su autoestima y seguridad en sí mismos en un entorno afectivo y seguro», puntualiza. Y recuerda la importancia de entender que «cada niño es único y se desarrolla a un ritmo diferente. Ahí está la clave: ser capaces de adaptarnos al mismo y a las circunstancias del entorno que le rodean».

El colegio CEU San Pablo Sanchinarro resalta también la importancia de comenzar en esta etapa con el trabajo en una segunda lengua, «por eso se potencia el bilingüismo». Poco a poco integran la competencia digital y el pensamiento crítico desde estas edades tempranas, «con un enfoque siempre personalizado para cada alumno y sus familias», indica Mónica Roldán. Y recuerda que es una etapa clave para identificar las dificultades en el aprendizaje que puedan tener, «y sentar las bases para afrontar con seguridad y garantía el resto de las etapas obligatorias».

Cambios de Ley

En cuanto a las reformas legislativas llevadas a cabo en los últimos años que afecten a Infantil, aunque no hay diferencias radicales entre los planteamientos de LOMCE y de LOMLOE, «sí que vemos en esta nueva ley una profundización en la concepción de la educación Infantil como una etapa clave del desarrollo integral del niño, no sólo como preparación para Primaria, como era el caso de la LOMCE», cuenta Alejandra Velasco, directora de Infantil y Primaria del Arcángel International School. «Esto implica también que incorpora un enfoque más global basado en el bienestar emocional y la educación en valores», añade.

A nivel de organización del currículo, introduce uno basado en competencias, «estableciéndolas más claramente, de forma que la evaluación se hace de una forma más estructurada», matiza. Velasco señala el bienestar emocional de los niños como primer y más importante objetivo de estos años, «que se sientan seguros, queridos, que sientan que tienen un papel importante en el grupo, que tengan sentido de pertenencia, que desarrollen la empatía», resalta. En segundo lugar, la autonomía, «que se sientan y se sepan capaces de aprender y de valerse por sí mismos y que sepan expresarse» y, en tercer lugar, «que mantengan su curiosidad, sus ganas de aprender, de hacerse preguntas, su capacidad de descubrimiento y de asombro».

Relación de confianza

La relación entre profesorado y familia «debe ser sobre todo de confianza», explica la directora de Infantil y Primaria del Arcángel International School. «Es necesario que haya comunicación fluida y transparente, teniendo en cuenta que ambas partes tienen un mismo objetivo común que es el bienestar y el desarrollo del niño», añade. Recuerda la importancia de confiar en la experiencia de los maestros y trazarse planes conjuntos para seguir una misma dirección, algo necesario en todas las etapas.

Cabe señalar que en Infantil los maestros «son referentes de orden, de amor, de comprensión, de ayuda, de límites y eso genera esa sensación de seguridad que tanto necesitan los pequeños», indica Alejandra Velasco. Pero asegura que no es una relación de apego si lo entendemos como dependencia, o no debe serlo. «Los maestros en esta etapa deben dar seguridad, pero a la vez aportar confianza en la capacidad del niño. Un alumno con una buena relación de apego con sus maestros debe sentir: pertenezco, soy importante y soy capaz», matiza.

Por su parte, la jefa de Estudios de Infantil del Colegio CEU San Pablo Sanchinarro destaca del papel fundamental de las familias en el proceso educativo y más en esta etapa de Infantil. De ahí que promuevan una comunicación constante entre padres y docentes a través de tutorías, talleres y actividades conjuntas. «Fomentar esta participación en la vida escolar para crear un entorno educativo coherente entre el colegio y el hogar, fortalece valores y el aprendizaje y ayuda a conseguir un proceso educativo completo», subraya.

Para Ascensión Liébana son comprensibles las inquietudes que surgen en las familias por la adaptación, los lloros, los amigos…. «Al principio, pueden aparecer algunas lágrimas, pero con un período de adaptación adecuado y el apoyo de todos, los niños pronto llegan con alegría. Aquí los acompañamos con paciencia, rutinas y mucho afecto», explica. En cuanto a otra de las preocupaciones más frecuentes, el control de esfínteres, desde Joyfe hablan del ritmo de cada niño y de la necesidad de tratar este proceso con naturalidad, sin presiones, y siempre en coordinación con las familias.

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