IA: Claves de uso para humanizar el (imparable) avance tecnológico en las aulas
La Inteligencia Artificial forma parte del día a día de los centros educativos desde la administración o la labor del profesorado hasta el aprendizaje del alumnado
Inteligencia Artificial, una ¿amenaza? en la enseñanza tradicional que progresa adecuadamente

La UNESCO consideraba, ya en 2021, cómo la IA contaba con 'un gran potencial para la educación, pero sólo si se implementa de manera segura y ética'. Por ello, trabajaron, y trabajan, en el escenario 'Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial' en el marco de sus trabajos sobre la IA y 'los futuros del aprendizaje', con acciones como las que incumben a los marcos de competencia para estudiantes y profesores y la orientación para la IA Generativa en educación e investigación.
Sin duda, la continua disrupción que supone (segundo a segundo) la IA forma parte del día de la actividad de los centros educativos. Desde la propia gestión administrativa a los trabajos escolares, con especial responsabilidad por parte de los profesores (y como sucede en el universo de los 'superhéroes': todo poder conlleva una gran responsabilidad). En este escenario, la mesa redonda 'Los coles hablan', organizada por Samsung dentro del Samsung Education Summit 2025, moderada por Víctor Núñez, director de Éxito Educativo, abordó los avances y desafíos de la tecnología en el ámbito educativo. Con conclusiones como que el uso de la IA debe ser un apoyo, no un sustituto y que «su implementación debe ir acompañada de formación para docentes y estudiantes, además de un enfoque ético que ayude a fomentar el pensamiento crítico».
Como comentó David Alonso, director de movilidad para España y Portugal de Samsung, durante la jornada: «Llevamos más de once años investigando e invirtiendo para ofrecer a nuestros usuarios una IA accesible, sostenible y segura que se integra de forma consistente en todos nuestros productos y servicios, incluidos los que llevamos al ámbito de la educación».
Todo esfuerzo es poco para controlar la potencia de este desarrollo tecnológico, cuyas claves resume Borja Garzón, especialista en la aplicación de la IA en educación: «La IA generativa representa una oportunidad única tanto para el profesorado como para el alumnado, pero su valor no radica en automatizar tareas, sino en potenciar la capacidad de aprender, enseñar y crear de manera más eficiente».
«Para el profesorado (continúa Garzón), supone un apoyo en la personalización del aprendizaje, en la optimización de procesos administrativos y en la posibilidad de centrarse en lo verdaderamente importante: acompañar a los estudiantes en el desarrollo del pensamiento crítico y la construcción de conocimiento. Para el alumnado, la IA abre caminos para aprender de manera autónoma, acceder a información de forma contextualizada y explorar nuevas formas de resolver problemas complejos». El desafío no se centra simplemente en quedarse en los primeros pasos, en el 'efecto WOW', sino en enseñar bien cómo usarla, a integrala de manera más estratégica.
De nuevo a ambos lados del proceso educativo, Garzón resume la esencia de este desafío: «Para el profesorado, esto implica adoptar un rol más facilitador y menos transmisor de conocimiento, promoviendo la reflexión sobre el uso ético y crítico de la tecnología. Para el alumnado, significa aprender a discernir entre la comodidad de la respuesta rápida y la profundidad del aprendizaje genuino. En un mundo de complejidad creciente, la IA puede ser aliada o distracción, según se oriente su uso. Por ello, más que nunca, necesitamos una educación que fomente la intencionalidad y el propósito en su aplicación».
Ante este desafío, ya presente en nuestras aulas, María Comín, directora de Educación Preuniversitaria en Microsoft, apunta cómo «nuestras soluciones basadas en IA, como los tutores virtuales, el progreso de la lectura o matemáticas y las herramientas de análisis de datos, permiten personalizar el aprendizaje, adaptándose a sus necesidades y ritmos individuales». Tecnologías que no sólo facilitan la enseñanza, sino que, además, como añade la especialista: «liberan tiempo para que los educadores se concentren en aspectos más creativos y humanos de la educación, como el desarrollo de habilidades socioemocionales y el fomento del pensamiento crítico».
En el caso de Microsoft, colaboran para este deseado uso ético y responsable a través de formaciones en Microsoft Learn y fomentan la formación continua de los docentes en el uso de herramientas de IA (más iniciativas como, por ejemplo, Minecraft Education). Y participan en el 'círculo de la educación': «La aplicación de la IA generativa se está extendiendo a las distintas dimensiones de las instituciones educativas, mejorando tanto la calidad y personalización de aprendizaje de los estudiantes, como la productividad y capacidad de los docentes, la eficiencia de los departamentos de captación y admisión, y la mejora de la propia gestión interna de las instituciones». Un desempeño desde las primeras etapas de 'las edades del alumnado', con formación en competencias digitales, a la etapa universitaria, con acciones como los acuerdos con la Universidad Carlos III de Madrid o la Universidad Europea para avanzar en esta línea.
Sobre el terreno, como profesor de tecnología y responsable de su correcta enseñanza, José Antonio Ureta, director del Máster de Inteligencia Artificial de Tajamar Tech, es, además, uno de los impulsores de Empleatech, punto de encuentro entre estudiantes del ámbito tecnológico y las empresas. En todo momento, trasmite a sus alumnos cómo «la IA nos permite ir más lejos, tanto al alumnado como al profesorado, a quienes, por ejemplo, nos puede ayudar a definir un primer borrador de programa... pero nunca nos llevará hasta el final. Es como un trabajo en equipo, en el que todos contamos, todos, profesores y alumnos, y debemos estar implicados en una mejor educación».
En el caso del uso de la IA como eficaz herramienta con control, la actualidad pasa por casos de usos como los de SlidesAI (para crear presentaciones), Gradescope AI (autoevaluación), Thinkster, para programar ejercicios de matemáticas, los ya conocidos (y usados) accesos en navegadores y nuevas aplicaciones… un entorno de decenas y decenas de aplicaciones en el que, a la hora de abordar el apoyo escolar, el emprendedor español Juan Perteguer ha creado la plataforma Superacademy, «para ayudar al alumnado que necesita apoyo, clases particulares, tanto en sus deberes, como en idiomas y el acceso a la EvAU».
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Todo aporta, con control, para acceder a una educación cada vez mejor, más eficiente, sin que el imperio del dato atropelle al factor humano. Como ha publicado Garzón en uno de sus escritos: «En 5-10 años, la IA podría ser capaz de ofrecer experiencias de aprendizaje totalmente inmersivas a través de tecnologías de realidad aumentada y virtual. Los avances en el procesamiento del lenguaje natural permitirán a los sistemas de IA entender y responder a las emociones y necesidades de los estudiantes con una precisión sin precedentes. Por otro lado, la capacidad de la IA de analizar y registrar un gran volumen de datos será utilizado para predecir el desempeño académico, por lo que se podrá actuar y tomar medidas antes de que ocurra el fracaso escolar».
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