Vicente Guilarte constata que la amnistía «se ha utilizado para conseguir la mayoría parlamentaria»
El presidente del CGPJ confía en que haya renovación del órgano en marzo; si no renunciará
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El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, ha pedido este miércoles que no se cambie el relato del 'procés' y ha defendido el trabajo de los jueces y magistrados apelando de nuevo, ante los «intensos» ataques a la independencia judicial, a ese «déjennos en paz» que ha pronunciado en ocasiones anteriores y que ha asimilado el célebre «por qué no te callas» de Don Juan Carlos al expresidente venezolano Hugo Chávez.
«En los últimos tiempos estamos viviendo un relato que quiere perturbar una realidad que todos vimos. Alguien ha querido cambiar el relato. Que no lo cambie. Lo que se hizo en ese juicio (el 'procés', en el Supremo) fue un servicio público inestimable», ha dicho durante su intervención en Nueva Economía Forum. A su juicio, ese relato, que el Poder Judicial combate, pretende convertir a los jueces en los «malos del sistema». «No nos cambien el relato –ha insistido– Nadie duda de la coherencia y seguridad con la que se actuó y se sigue actuando. La independencia es un juez lo que la libertad a las personas».
Aunque no ha querido pronunciarse sobre la constitucionalidad de la amnistía, Guilarte sí considera que «las reglas se han roto con lo que todos sabemos» y también que esta figura «se ha utilizado para conseguir la mayoría parlamentaria». Hilando con el comienzo de su discurso, ha insistido en lo inadecuado de la «inicial justificación que se produjo de la amnistía, porque era un cambio del relato en el que los buenos son malos y los malos son buenos» y en las «inaceptables comisiones de investigación». «Eso no se puede asumir. En aquel momento se hizo lo que había que hacer. No puede justificarse el descrédito absoluto del Poder Judicial», ha sentenciado.
En presencia de una nutrida representación de la judicatura (tanto magistrados del Supremo como vocales del CGPJ), pero también de políticos (como el secretario de Estado de Justicia Manuel Olmedo, en ausencia de Bolaños, o el vicesecretario del PP Esteban González Pons), Guilarte se ha referido también a la renovación del CGPJ, para decir que sostener que confía en que las conversaciones entre PP y PSOE, supervisadas por el comisario Reynders, den frutos en marzo. No obstante, si eso no es así, no ha ocultado de nuevo su intención de renunciar a la presidencia y volver a la Universidad de Valladolid, donde es profesor.
No me gusta ser el juguete de algo que no controlo. Hay que renovar el Consejo he intentado ayudar y pacificar y si no se consigue no ponto mucho. Yo soy de Civil, yo tengo que volver a mi universidad y no pasa nada. Pero «mi impresión es que con los condicionantes que todos tenemos, se va a conseguir (la renovación) antes de que yo me vaya».
«Militantes y activistas»
A su juicio, coincide con el PP en que el modelo actual de elección no es válido y que hay que buscar otra fórmula para evitar que se sienten en el CGPJ «militantes» y «activistas». Guilarte siguió defendiendo su propuesta, sin vencedores ni vencidos, para que continuando con una elección parlamentaria, se garantice el mérito y capacidad en la elección de los jueces por la propia carrera.
«El modelo actual ha entrado en crisis y lo importante es que el modelo futuro no herede las mismas deficiencias. Sería peligroso que de estas negociaciones surgieran diez militantes o activistas (...). Un intercambio de cromos sin más criterio que el político sería gravísimo». A su juicio, «hay que saber lo que no está funcionando y que la renovación vaya acompañada de una fórmula para evitar los problemas. Si objetivamos los nombramientos principales, será más fácil funcionar con criterios de independencia», ha apuntado.
No ha escatimado críticas a la reforma del PSOE que recortó las funciones del Consejo, en concreto los nombramientos, como medida de presión. «No fue buena la medida la de privarnos de competencias (...) No fue acertada, y eso se ha visto después. Se podrían haber devuelto las competencias como signo de normalidad». Y es que, a su juicio, el problema más allá de las vacantes, es el «descrédito institucional» que ha originado esta situación.
La presentación de Guilarte ha corrido a cargo del presidente de la Sala Segunda del Supremo, Manuel Marchena, quien a pesar de llevar tiempo instalado «en tiempo de silencio», como él mismo ha reconocido, sí ha querido trasmitir un mensaje claro: que el CGPJ «es un bien constitucional«. »No hay alternativa al Consejo General del Poder Judicial», ha alertado. En su opinión, «debemos superar esa tendencia de hacer responsables a los vocales de la situación política de desencuentro». En este sentido no ha ocultado su «preocupación» por que se pretenda fragmentar el Poder Judicial, lo que supondría «un salto al vacío». «Si tocamos el Poder Judicial estaremos zarandeando una de las bases de los pactos de convivencia», ha dicho.
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