El desprecio de Sumar a Podemos provoca la ruptura y complica más la estabilidad al Gobierno

Pesadilla antes de Navidad. La ruptura no sorprendió a nadie; la relación de Díaz y Belarra es pésima y en Sumar son el último mono, pero nadie lo esperaba este diciembre. Fuentes de Sumar acusan a Podemos de «transfuguismo» y de hacer «cálculos mediáticos» para confrontarles en las próximas citas electorales.

17:00 horas. Breve rueda de prensa del diputado de Podemos Javier Sánchez Serna: «Les anuncio que desde ahora los diputados de Podemos pasamos al Grupo Mixto para garantizar nuestra capacidad de hacer política en el Congreso». Los escaños de Ione Belarra, Lilith Verstrynge, Javier Sánchez Serna, Martina Velarde y Noemí Santana serán reasignados al lado de los tres de UPN, Coalición Canaria y BNG. Fuentes de Podemos explican que el movimiento les garantiza mayor visibilidad y autonomía después de lo que, a su juicio, ha supuesto un ninguneo continuado por parte de Díaz. Fuentes de Sumar lo niegan: «Siempre les hemos tenido en cuenta».

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Al convertirse en el partido mayoritario en el Grupo Mixto, con cinco diputados, Podemos tendrá acceso a la portavocía rotatoria durante más tiempo que si seguía en Sumar. Y también la posibilidad de presentar más iniciativas parlamentarias, como proposiciones de ley y proposiciones no de ley, interpelaciones y preguntas en la sesión de control al Gobierno. Sumar no les había concedido ninguna portavocía parlamentaria. «Es mayor exposición porque en Sumar iba a ser ninguna», explica otra fuente de Podemos.

Sánchez Serna comunicó la ruptura desde el escritorio del Congreso, una sala frente al Hemiciclo, donde se estaba celebrando la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para informar sobre la postura del Gobierno en la guerra palestino-israelí. Hete aquí la razón de que explotara. Belarra pidió a Sumar poder intervenir durante el pleno para interpelar al ministro de Exteriores, al que tilda de tibio en su condena a la violencia de Israel contra Palestina. Pero la dirección de Sumar se lo negó y eligió al diplomático Agustín Santos Maraver, número dos de Díaz en el Congreso.

Los grupos parlamentarios disponían de diez minutos para intervenir en el pleno de Albares. En el Mixto, que reparte sus minutos entre todos los integrantes, Belarra hubiera optado a dos minutos y medio. En la investidura, con 30 por cada grupo, Podemos hubiera hablado siete y medio. Esto también significa menos minutos de protagonismo para los diputados de UPN, Coalición Canaria y BNG, que recibieron también esa llamada de Verstrynge y no ocultan su estupor.

«Las reglas no son iguales para todos los miembros de esa coalición (la de Sumar). Y a Podemos no se le ha permitido hacer política. En forma de intervenciones o en forma de presentar sus propias proposiciones de ley, Podemos va a emplear sus votos para impulsar medidas valientes. En la legislatura pasada lo hicimos desde el Gobierno y esta legislatura lo haremos en el Parlamento», abundó Sánchez Serna, que defendió la «autonomía» de su partido: «No estamos en política por conservar un escaño, por estar en el Gobierno o por calentar un sillón».

El grupo parlamentario de Sumar pasa a tener 26 escaños y el contexto de debilidad parlamentaria e incertidumbre del Gobierno aumenta. La mayoría que invistió presidente a Sánchez es de 179 escaños: PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria. Ahora, PSOE y Sumar tendrán que negociar cada propuesta por separado con Podemos, que si vota en contra o se abstiene dejaría al Ejecutivo de coalición con 174 apoyos, esto es, por debajo de la mayoría absoluta.

Esta preocupación fue admitida ayer por el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López: «Nunca es una buena noticia la división de la izquierda». Por ejemplo, Podemos tiene la capacidad de tumbar los Presupuestos, aunque no sea su voluntad. El Gobierno de coalición tiene de antemano los 171 'noes' de PP, Vox y UPN, que serían 176 si Belarra no llega a acuerdos.

18.40 horas. Reacciona la portavoz parlamentaria de Sumar, Marta Lois: «No me cabe en la cabeza que ningún diputado de Podemos quiera poner en riesgo el Gobierno progresista y las políticas útiles para la gente». Lois acusa al partido de Belarra de hacer victimismo por quejarse de no tener protagonismo en el grupo parlamentario y no dejarles hacer política: «Todas y cada una de las decisiones han sido adoptadas de manera democrática y por consenso en la dirección política de Sumar y no compartimos esa visión un tanto victimista de Podemos cuando siempre nuestras decisiones se han adoptado de manera democrática».

También lamentó que la ruptura «supone una gran deslealtad» con los más de tres millones de ciudadanos que les votaron tras el acuerdo de coalición para el 23J. En todo este caos en la izquierda, desde el PP se frotaban las manos. «El Gobierno es más inestable que antes», dijo la vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez. «Es un Gobierno provisional que depende de los verificadores y ahora con mayor inestabilidad por la ruptura de Podemos con Sumar», añadió.