Valladolid vuelve a 'coronar' a la Vera Cruz
La Reina de la Platería ya está en su casa una vez recuperada la cúpula del templo penitencial, que colapsó hace casi nueve meses, y reparado el interior dañado
Derrumbe en la Vera Cruz: el antes y después del «paisaje visual» de la calle Platerías de Valladolid

La iglesia de la Vera Cruz de Valladolid, que preside solemne la calle de la Platería, ha sido testigo de un doble milagro: colapsó su cúpula y nadie sufrió un solo rasguño -a pesar de que los operarios realizaban en ese momento labores en ... su interior- y desde este lunes vuelve a estar abierta al culto una vez restaurada la cubierta, colocada una nueva linterna y reparados los daños del interior.
Menos de nueve meses, tiempo récord para una obra de estas características, desde que el 25 de junio del pasado año un fuerte estruendo sobresaltara a los vecinos del centro de la capital vallisoletana, que no podían creer que se hubiera desplomado el techo de una de las iglesias epicentro de la Semana Santa de la ciudad, situada, además, en una zona declarada Bien de Interés Cultural. Pero ocurrió, justo cuando se realizaban labores de restauración en su interior ante el mal estado en el que se encontraba la cubierta que, como demostraron los acontecimientos, era bastante peor del esperado.
Casi nueve meses después, la Vera Cruz vuelve a abrir sus puertas al estar 'coronada', de nuevo, por la cúpula y una nueva linterna. Lo hace desde hoy y después de volver a recibir a su Virgen que, durante este tiempo, ha permanecido en la iglesia de San Miguel y San Julián.
Este domingo, en una procesión solemne, los cofrades la trasladaron a hombros hasta la penitencial. Allí esperaba ya el resto de imágenes de la cofradía que han estado en otros templos mientras han durado las obras, a las que se ha sometido a una labor de limpieza para eliminar los efectos producidos por el derrumbe, un trabajo que realizaron técnicos de la Fundación Las Edades del Hombre.
Las tallas
'El Señor Atado a la Columna', 'Ecce Homo' y 'Lignum Crucis' llegaron el viernes desde San Miguel y, por la tarde, lo hizo el 'Santo Cristo del Humilladero'. Desde hace días esperaban ya en la penitencial el 'Descendimiento', 'Oración del Huerto' y 'Virgen de la Soledad'. Con la Dolorosa, que ya preside el altar, la Cofradía de Vera Cruz cierra un capítulo de su historia duro y difícil pero con un final feliz a tenor del resultado, aunque eran muy pocos los que confiaban en llegar a la Semana Santa de 2025 con el templo listo y preparado para las celebraciones.
Pero ha sido posible y la iglesia luce en todo su esplendor e, incluso, ha mejorado con respecto a lo que había antes del derrumbe. Lo reconoce el presidente de la hermandad, Raúl Díez Segovia, quien, emocionado, asegura que «miras a la cúpula y crees estar en la Basílica de San Pedro».
Y es que el templo ha ganado en luminosidad gracias a los nuevos tonos ocres y a que las cuatro ventanas que había antes del colapso han pasado a ser ocho. Como curiosidad, se puede observar la grieta que provocó el derrumbe, que se ha mantenido porque es necesario tener constancia del lugar en el que se produjo, para futuras actuaciones y porque no deja de ser un acontecimiento más en la historia del templo que hay que recordar.
A nadie se le escapa, y menos en la cofradía, que, si ya es posible abrir la iglesia y retomar con normalidad sus actividades -ya muy numerosas de cara a la Pasión-, ha sido gracias al apoyo de las administraciones que, desde el primer momento, se mostraron dispuestas a colaborar en la financiación de la reconstrucción y, sobre todo, a acelerar todo lo posible los siempre tediosos trámites a que una obra de estas características obliga.
Así, la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento aportaron 150.000 euros cada uno, que se sumaron a los 100.000 del Arzobispado para llegar a los 400.000 euros que ha costado la reconstrucción de la cúpula y la reparación del interior, aunque, en este caso, sólo ha habido que reponer doce baldosas rotas y hacer una profunda limpieza de la nave.
Pero, tan importante como los dineros, ha sido la premura de la Consejería de Cultura y del propio Ayuntamiento para aprobar licencias y proyectos. A eso se ha sumado, insiste Diez Segovia, la dedicación de la empresa constructora encargada de la obra, que se ha volcado -alargando jornadas incluso hasta el sábado- para conseguir que ayer se pudieran entregar formalmente las llaves de la Iglesia de la Vera Cruz al presidente de la Cofradía. La Madre, ya en su interior, vuelve a presidir el templo y a recordar que, con fe y voluntad, casi todo es posible.
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