SOCIEDAD
El ‘mena’ con parálisis cerebral que unificó el lenguaje informático de los trenes de Sevilla
Adnan llegó a Málaga con cinco años y hoy es un ingeniero licenciado en la Universidad de Granada

Cuando Adnan el Yaagoubi (Nador, Marruecos, 1989) llegó a España siendo un crío no estaba de moda hablar de ‘menas’. Su país no usaba a los menores como herramienta de presión y aquí no había partidos políticos que los señalasen. A unos y a otros ... les sorprendería su historia de superación. Adnan vino solo. Con cinco años. Y la parálisis cerebral con la que nació. Ahora, con poco más de 30 años, es ingeniero informático, licenciado por la Universidad de Granada . Tendido boca abajo en una cama, apoyado en una almohada teclea con el movimiento de sus pupilas y programa con un puntero agarrado a una cinta en su cabeza. De ella ha salido nada menos que la traducción del código del software que registra los trenes que circulan por las vías de Sevilla .
Al nacer, Adnan traía el cordón umbilical alrededor del cuello. Eso le dejó sin aire y le dieron por muerto, pero recobró el aliento. «Estuve dos semanas llorando», afirma el chico. La falta de oxígeno le provocó la parálisis cerebral . En el hospital de Nador, unas monjas de Melilla lo conocieron y lucharon para que se fuera a España. Con sólo cinco años, dejó a sus padres en Nador e ingresó en el centro de la Asociación Malagueña de Padres de Paralíticos Cerebrales de Málaga (Amappace).
En ese centro hizo Infantil, hasta que en 1995 pasó al colegio Bergamín de Málaga. Allí descubrió a los siete años los ordenadores. «Quería saber cómo funcionaban y me dijeron que tenía que estudiar mucho para ser ingeniero informático» , señala Adnan como inicio de su amor por las computadoras. Estando en ese lugar conoció a Alberto Torres.
Al padre de Adnan le presentaron a Alberto al salir de la mezquita de Fuengirola. El español frecuentaba este lugar con amigos y el padre le habló del chico. La amistad fructificó y Alberto lo acogió. «Entonces yo vivía con mis padres e iba a por él los fines de semana; me lo llevaba a Fuengirola y jugábamos a la PlayStation» .
Adnan lloraba cada vez que tenía que volver al centro. Fue así hasta que en Amappace le comunicaron que lo iban a dar en adopción. No se lo pensó. «Alquilé un piso bajo en el Limonar y me lo llevé» , recuerda el padre adoptivo.

Con el tiempo, Alberto dejó el aeropuerto, donde trabajaba, y se empleó como administrativo de un árabe para sus negocios. De Málaga se marcharon a Marbella, siempre sin perder el contacto con la familia marroquí de Adnan, con la que hablan una vez a la semana. El chico comenzó a estudiar en el instituto Guadaiza. Optó por el Bachillerato tecnológico y consiguió un 7 en Selectividad. «Mis amigos querían irse a estudiar a Granada, pero fui el único que me marché» , recuerda.
No fue fácil. Alberto buscó a Ignacio Beltrán, un antiguo profesor jesuita que dirigía el Colegio Mayor de Loyola. «Me dijo que cualquier cosa me quitara el sueño menos la estancia del niño en Granada» , recuerda agradecido su padre adoptivo. «Allí hice de todo. Sentía que no había barreras», asegura el joven. Abandonó Granada en 2014 y siguió estudiando a distancia, hasta acabar la carrera en 2018.
En ese momento, se puso a buscar trabajo y entró en Deimos Space. El proyecto era un trabajo para Adif: unificar el lenguaje informático de los datos que los trenes mandan a la central, para luego remitir esa información en paneles a los usuarios. Cada fabricante tiene una codificación en su software para la lectura de señales, horarios, frecuencias… y Adnan unificó todos esos lenguajes en uno estándar para todos los convoyes de Sevilla.
Durante meses, se conectaba a las nueve de la mañana y acababa a la media noche, pero al final del proyecto no le renovaron. Ahora sigue buscando trabajo , mientras trata de labrarse encriptando códigos desde una cama en su habitación de Marbella, donde vive con su padre adoptivo y el marido de éste, que le transportan por la casa en una grúa cuando es necesario . Vino como menor, pero siempre estuvo acompañado.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete