Deutsche Bank se plantea entrar en Commerzbank para frenar al italiano UniCredit
La directiva debate comprar el 12% que todavía está en manos del Estado alemán
Commerzbank era, tradicionalmente, el más pequeño de los 'tres grandes' bancos alemanes y, por tanto, presa de adquisición

La compra por parte de UniCredit al Estado alemán de una participación del 4,5% en Commerzbank por 702 millones de euros, lo que aumenta su participación en el banco alemán hasta el 9%, ha llevado a pensar en Italia en una adquisición ... total, como en el caso del banco Alpha griego el año pasado.
En Alemania, sin embargo, la lógica financiera va por otro camino: en dirección a la pospuesta fusión entre Deutsche Bank y Commerzbank. La compra de acciones por parte de UniCredit, de hecho, podría precipitarla finalmente.
Según fuentes internas, Deutsche Bank está pensando en interponerse y el director ejecutivo, Christian Sewing, ha analizado las posibilidades en los últimos días. En la directiva se ha discutido la idea de comprar total o parcialmente el 12% restante del capital estatal en Commerzbank. El sentido de esta estrategia defensiva sería la protección de su negocio minorista, Deutsche Post, lo que podría llevar a Deutsche Bank al papel de caballero blanco, tras el anuncio del CEO, Mandfred Knof, de su intención de seguir en solitario, o incluso negociar en condiciones más favorables la citada fusión, con la que siempre ha estado de acuerdo el gobierno alemán, al que los mercados acusan ahora de incompetencia por haber puesto a la venta una participación sin siquiera darse cuenta de que los italianos se lanzarían sobre la presa. Desde la perspectiva de Deutsche Bank, UniCredit podría ser solamente la liebre.
«Naturalmente, estamos convencidos de nuestros propios planes», fue la respuesta de Knof sobre el futuro independiente de Commerzbank, pero sus declaraciones pierden peso cada minuto que pasa.
Ayer se filtraba desde la sede central que Commerzbank está considerando un cambio de jefe anticipado. El contrato de Manfred Knof dura hasta finales de 2025, pero la presión sobre él va en aumento e importantes inversores exigen un rápido plan de sucesión. La gran sociedad de fondos alemana Deka pide un gestor más preparado para el reto. «El banco está debilitado por el inminente cambio de jefe en esta fase crítica», ha justificado Andreas Thomae, especialista en sostenibilidad y gobierno corporativo de Deka Investment, y señala que «el consejo de supervisión debería ahora aclarar rápidamente y anunciar de inmediato quién gestionará el banco en el futuro».
El proveedor de fondos de cajas de ahorros posee actualmente el 0,48% del Commerzbank, lo que lo convierte en uno de los 20 mayores accionistas del segundo banco privado de Alemania. Su sugerencia cae en el campo abonado de los empleados de Commerzbank, para los que no resulta prometedor estar liderados en estas circunstancias por un director ejecutivo de guardia y que han comenzado a movilizarse, buscando apoyo político para bloquear la operación italiana. Prefieren un banco francés o, desde luego, la fusión con Commerzbank, que ya fue estudiada al detalle en 2019 y que podría ahora finalmente cuajar.
Commerzbank era, tradicionalmente, el más pequeño de los 'tres grandes' bancos alemanes y, por tanto, presa de adquisición. Los operadores bursátiles de Fránkfurt bromeaban diciendo que ya había estado en la cama con todos los socios imaginables, hasta que en el verano de 2001 se produjo una adquisición por valor de mil millones de dólares, cuando Dresdner Bank fue absorbido por el gigante asegurador Allianz.
Años más tarde, y significativamente reducido, llegó a manos de Commerzbank a raíz de la crisis financiera. Después, en 2019, cuando el hoy canciller alemán era el ministro de Finanzas de Merkel, impulsó una negociación entre las directivas de Deutsche Bank y Commerzbank, en la línea de los 'campeones nacionales' tan de moda por entonces. Argumentaba que los bancos alemanes ya no tenían la «escala y la globalidad» necesarias para apoyar a las empresas en sus negocios en todo el mundo y el legítimo interés por hacer aumentar la cotización de la participación estatal.
Scholz empujó cuanto pudo, pero Commerzbank no tenía nada que Deutsche Bank necesitase. Incluso en el sector de sucursales, dada la oleada de cierres, el potencial de sinergia era menor. Ahora, sin embargo, en pleno proceso de deslocalización y con Alemania inmersa en el rearme, el objetivo de preservar los bancos de bandera adquiere un nuevo sentido y el previsible que Scholz retome su objetivo.
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