Cinco minutos de gloria
El dial de la Historia
Aviso para argonautas (moraleja): con la historia no se juega y con dar marcha atrás menos. Pasen y vean la última de Indiana Jones
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Una tarde de verano, cuarenta grados en la calle y una sala de cine en el horizonte como mejor refugio frente a la canícula y sus secuaces electorales. En la cartelera la última película de Indiana Jones con la que Harrison Ford se retira, ... cuelga el látigo y el sombrero de antropólogo aventurero. 'El dial del destino' se titula. Saco dos entradas en una máquina, cuyo precio me sale en total como el de una comida en un restaurante de cuarta gama (ya saben: menú descongelado y recalentado). No me importa no tener ya edad para el bono cultural porque 'Yndi' en cualquier lance merece la pena. Incluso, cuando le asaltan los achaques y le llega el tiempo de la jubilación más injusta de la historia del cine. Compro un súper combo de palomitas y a disfrutar durante dos horas. A pierna suelta, las butacas no son de clase de turista. Avanza la película y las aparatosas persecuciones por ciudades exóticas y por cuevas milenarias –la de Arquímedes en Sicilia–, para poseer el tan preciado dial del destino (Anticitera) cuyas coordenadas te pueden llevar, si atinas en la brújula, a aquel momento de la Historia en el que ansíes acampar por las razones que sean. En este punto me acuerdo de nuestro 'Ministerio del tiempo' (¿se habrán inspirado en ella?).
Indiana quisiera dar marcha atrás y que su hijo no hubiera muerto en la guerra. Y el nazi de turno, un malvado científico (que es el actor que hace de malvado en todas las películas: Mads MiKkelsen) desea 'caer' encima del mismísimo Hitler y usurparle el protagonismo de la Historia de verdad: ser el Führer por los siglos de los siglos. Pero, ¿y si el dial del destino no resulta tan preciso y aterrizan donde no estaba previsto: por ejemplo, en el Sitio de Siracusa 212 a.C y los aviones alemanes caen como moscas atravesados por las flechas lanzadas desde catapultas? La han cagado, sin duda. Moraleja, aviso para argonautas: con la historia no se juega y con dar marcha atrás menos.
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