BELLEZA
Las causas que pueden hacer que un injerto de pelo no tenga éxito
Parece la solución definitiva, pero ¿y si dejase de serlo?

La alopecia es uno de los problemas estéticos que traen de cabeza a los hombres , y aunque las alternativas para hacerle frente sin tener que recurrir a la cirugía evolucionan a pasos agigantados, lo cierto es que el injerto capilar sigue siendo ... el tratamiento que más probabilidades de éxito ofrece. Una meta que parece poner fin a la calvicie y que sin embargo puede presentar algunas trabas de las que normalmente no se suele hablar.
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Como suele suceder con cualquier tipo de intervención, el postoperatorio es bastante delicado y presenta un periodo de recuperación más o menos largo. Pero nada del otro mundo si se siguen las instrucciones prescritas por los médicos. Sin embargo, a raíz de un video publicado del influencer especializado en cabello “Los consejos de Michael” , nos preguntamos qué pasaría si las cosas no fuesen como debieran. ¿Cuáles serían los motivos que explicarían que no hubiese funcionado?
No todo es un camino de rosas
El youtuber, que había padecido alopecia desde que era adolescente, tras someterse en dos ocasiones a un injerto capilar presumía de frondosa melena (sin dejar de recurrir a un tratamiento por vía oral y tópica). Sin embargo, desde hace unos meses el pelo de la zona transplantada se presentaba mucho más escaso y débil. Según explica, todo comenzó con un dolor intermitente en el testículo derecho y tras una visita al urólogo le recomendó hacerse una ecografía que finalmente no pudo llevar a cabo debido a la situación del Coronavirus.
“Como no sabía de dónde provenía ese dolor y era imposible hacerse una ecografía decidí suspender mis tratamientos anticaída. Lo único que seguí manteniendo fue la alimentación y los champús, además de los medicamentos incluso dejé de tomar las vitaminas a las que estaba acostumbrado”. Estuvo así durante tres meses hasta que finalmente pudo realizarse la eco, y tras comprobar que no tenía ningún percance, retomó sus tratamientos habituales. Pero a las pocas semanas comenzó a experimentar una caída de pelo que se acrecentó durante los días posteriores.
Tras visitar a varios dermatólogos comenzó a utilizar otros tratamientos con los que debería haber experimentado una mejoría, y tal y como relata en el video, no ha sido lo esperado. Ese motivo le ha llevado a tomar la decisión de hacerse otro injerto de pelo próximamente. “No tengo el pelo que tenía hace unos meses, estoy cabreado y triste”.
Aunque todo parece apuntar a que el abandono y la posterior vuelta a la medicación pueda ser el principal motivo del repunte en la caída del cabello, hemos consultado con Alba Gómez Zubiaur, Especialista en dermatología y trasplante capilar del Instituto Médico Ricart Ruber Internacional de Madrid para conocer otras de las posibles causas.
Causas muy diferentes
La doctora aclara que los empeoramientos de densidad capilar fuera del periodo habitual de recuperación de un transplante de pelo se pueden deber a dos motivos.
El primero hace referencia al estado de salud del pelo original y su posterior tratamiento. “Hay que saber que el pelo trasplantado es a priori un pelo que no desaparece ni se cae, una vez colocado siempre va a permanecer en su ubicación, ya que procede de una zona sana no afectada por la alopecia androgenética. Sin embargo, el pelo propio que aún permanece en la zona donde hemos intervenido, puede seguir bajos los efectos de la alopecia e ir disminuyendo de forma progresiva , tal y como causa esta alopecia, se convierte en un pelo ralo y fino que no aporra densidad”, comienza diciendo y añade que “por ello, aunque en el momento de la intervención hayamos sumado al porcentaje de pelo que conservamos el diferencial para llegar a una densidad del 100%, si no actuamos de forma activa para mantener el propio, este porcentaje irá bajando a lo largo de los años. Esto no implica que la cirugía haya ido mal o que se haya perdido el cabello trasplantado, ese pelo sigue ahí, pero el nuestro ha continuado el proceso alopécico y cada vez su porcentaje es menor”.

Gómez expone que un trasplante capilar debe ir acompañado de un tratamiento médico adecuado , pautado por un dermatólogo especialista en capilar, que permita que a largo plazo no conservemos como único pelo el puesto en la cirugía. “Salvo que el trasplante capilar se realice en personas de edad avanzada, el tratamiento médico es necesario y debe ir de la mano de la cirugía”.
El otro motivo se refiere al correcto diagnóstico del tipo de alopecia, ya que no todas responden de la misma forma al trasplante capilar. Cuenta que el dermatólogo especialista debe descartar la presencia de un proceso inflamatorio a nivel del bulbo del folículo, antes de plantear la cirugía. “Esta patología no siempre es llamativa, y es necesario poseer los conocimientos y experiencia adecuados para poder sospecharla y de esta forma llegar a su diagnóstico, que implicará examen mediante tricoscopia y posiblemente biopsia. Descartar este proceso inflamatorio es fundamental, ya que puede influir de forma drástica en los resultados post-trasplante ”, puntualiza.
Añade que, si existiera una inflamación mantenida en el tiempo, podría ocasionar la destrucción de algunos de los folículos tanto propios como implantados, sobre todo a partir del segundo año tras la cirugía, disminuyendo la densidad capilar lograda al inicio. “No todas las alopecias son candidatas al trasplante capilar y si se intervienen el paciente debe conocer los posibles resultados a largo plazo, ya que en el caso de que existiera este proceso inflamatorio liquenoide podría bajar la supervivencia folicular hasta un 40% en los 3 a cinco años posteriores a la intervención”.
Por último, expone que, de forma excepcional, se puede desarrollar este proceso inflamatorio de forma reactiva tras la cirugía, y solo sobre el pelo trasplantado, aunque no existiera previamente. “Esto es algo poco frecuente y que no podemos prevenir, en los pacientes en los que ocurra, el pelo trasplantado puede ir destruyéndose progresivamente por la inflamación. Esto se diagnostica cuando ocurre, pero lo importante es saber que es posterior a la intervención, lo cual es simplemente mala suerte, y no se debe a una negligencia previa a la cirugía en el diagnóstico”, concluye.
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