jubilación
La saga de los 'Alvarito', la mercería más antigua de Dos Hermanas, llega a su fin
Los negocios continúan abiertos aunque ya no están en manos de la familia que anhela una calle para su padre
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Si quieres un botón, una cremallera, un bañador, un pijama o algo de mercería o corsetería en Dos Hermanas siempre sale un nombre 'Alvarito' – que era Álvaro Pareja Rivas–. Pese a que son dos tiendas denominadas La Purísima y Aurora poca gente las conoce como tales y eso que llevan más de un siglo abiertas. Sin embargo, el nombre de la segunda generación desde su creación es el que ha permanecido y perpetúa.
Ahora, ha llegado un punto de inflexión para estos negocios ya que las jubilaciones de sus regentes y de la esposa de uno de ellos, la tercera generación que eran los hermanos Álvaro y José María Pareja Olmedo, ha provocado que traspasen las tiendas puesto que la que sería la cuarta generación familiar no ha querido continuar con los comercios.
Según cuentan ambos, tienen conocimiento que su abuelo, Álvaro Pareja López era tonelero e inició el negocio con una tienda de comestibles que regentaba su señora, Concepción Rivas, en la calle Lope de Vega, allá por el año 1917, aunque puede que fuese antes pero no hay documentación. «En aquella época era lo que se vendía pero además tenían alpargatas, ropa de agua, juguetes, paquetería y hasta perfumería aunque el fuerte eran los comestibles, café, vino, manteca,…», explica José María.
Su padre se dedicó a la tienda desde que tuvo 10 años, cuando abandonó el colegio con Don Gerardo, y, con el paso del tiempo, compraron una casa en la esquina de la calle Aníbal González (antiguamente conocida como 'Patomás' porque se denominaba Padre Tomás) con Santa María Magdalena, frente a la plaza Menéndez y Pelayo o la 'plazoleta'. Allí construyeron la vivienda arriba y la tienda ocupaba la parte de abajo. De esta forma, Álvaro y José María crecieron tras un mostrador.
Tercera generación
Con el paso del tiempo la tienda fue creciendo y diversificándose ya que comenzaron a abrir otro tipo de establecimientos dedicados a la alimentación y ellos empezaron a centrarse en la mercería y paquetería.
Álvaro -conocido como 'Alvari'- cuenta que la evolución los llevó al cambio porque, por ejemplo, «los juguetes eran los antiguos de caballitos, indios, muñecas de trapo,… y luego llegaron jugueterías especializadas al igual que otro tipo de tiendas». A él le gustaba la tienda y despachar mientras que a su hermano no le gustaba en absoluto el trato con la clientela y prefería estar comprando, con las tareas administrativas, etc.
«A mi padre le costaba entender eso pero es que yo no quería tienda», explica José María mientras Álvaro sonríe y apostilla «no había manera con él».
'Alvarito' tenía una habilidad especial con las cuentas y, pese a que era mayor, continuó despachando hasta que pudo. Con una memoria privilegiada hacía la cuenta con bolígrafo y papel, de todo lo que se llevaban en instantes, y no se equivocaba. Con la tienda llena y con colas gestionaban perfectamente los tiempos y todo el mundo volvía. Además, tuvo durante años a personas ayudándoles, Antonio Chacón, Curro Vicario y Pepe Olmedo.
División
En 1986 el negocio se divide y Álvaro se queda con la parte de mercería mientras que José María se centra en la paquetería, corsetería, baño, perfumería, etc…
Por entonces, 'Alvari' comenta que «la gente cosía mucho porque todo se confeccionaba, entonces se vendía todo lo necesario para ello. Luego metimos lanas porque se hacía punto tanto a mano como con las tricotosas que se compraba las mujeres; punto de cruz, 'petit point',… Pero todo ha cambiado y ahora la gente no sabe coser, la ropa es más barata y esto ha dado un giro importante».
José María se embarcó en un nuevo negocio que conocía poco pero en el que puso todo su empeño junto a su esposa, Aurora, que le dio nombre a la tienda y era quien atendía ya que él siempre estuvo detrás porque no le gustaba despachar . «Yo empecé a dedicarme a otros productos y poco a poco fuimos creciendo. También hubo que adaptarse y dar giros porque, por ejemplo, me quedé siendo el único con perfumería en alta gama pero luego comenzaron a llegar tiendas especializadas».
Ambos tienen mil y una anécdotas que contar ya que no han conocido otra forma de vida que esta. Reconocen que les ha gustado lo que han hecho al igual que admiten que es un sector sacrificado el del pequeño comerciante. «No sólo tienes que estar abierto con horario al público sino que hay que ir a comprar, etiquetar, etc.», E igual de importante es saber comprar para ofrecer que vender», matizan.
Las horas que han pasado en las tiendas son incalculables pero confiesan que aunque no se han hecho ricos sí que han podido vivir bien y sustentar a sus familias: «sin lujos pero sin carencias», apostillan. Eso sí, había épocas en las que las colas eran sorprendentes tanto antes de abrir las tiendas como una vez abiertas al público para comprar regalos o todo lo necesario para coser trajes de flamenca,...
Los hijos de 'Alvari', son dos informáticos y uno dentista y aunque pasaron por la tienda no quisieron quedarse; la traspasó a Patrocinio, de la familia de los 'Turri'. José María no tiene hijos y ahora, con la jubilación de Aurora, ha sido la sobrina de esta, que lleva muchos años trabajando con ellos, la que se ha hecho cargo de la tienda.
Una institución
'Alvarito' no sólo era el regente de la tienda sino que le ha dado nombre a una zona céntrica de la localidad, ya que es el que más tiempo estuvo en la tienda, 'la esquina de Alvarito' y hasta a una hermandad, la del Miércoles Santo, Oración en el Huerto, conocida también como la 'hermandad de Alvarito'. Y es que pocos metros distaban su casa y su negocio de la misma y a primeros de siglo, su tío Joaquín Varo Jiménez, la refundó con su ayuda y la de Enrique 'El herrero'.
Sus hijos también han heredado esa devoción y han estado muy implicados en la misma. 'Alvari' fue capataz de la primera cuadrilla de hermanos costaleros que empezó a sacar el Corpus Christi, hace ahora 50 años, y estuvo llevando el martillo con Rafael Plaza en su hermandad muchos años. José María fue hermano mayor de 1996 a 1998, costalero durante 30 años y capataz y contraguía durante otros tantos. Actualmente, a sus 81 años, 'Alvari' ocupa el número 3 de la corporación.
Una vez que el negocio ha dejado de estar en manos de su familia ahora los hermanos tienen un anhelo: que se le dedique una calle o una plaza a su padre como reconocimiento a su labor como comerciante y cofrade para que su memoria siga viva en Dos Hermanas. Tímidamente y con modestia explican que la iniciativa comenzó a dar vueltas hace unos años aunque nunca llegó a ponerse en marcha formalmente. Ahora, un grupo de personas han retomado este tema y han contactado con ellos para que estén al frente de conseguir esa distinción por iniciativa popular. «Para nosotros sería un honor y un orgullo que alguna zona de estas céntricas llevase su nombre porque si no se perdería pero nunca nos ha gustado estar en primera línea y nos ha dado pudor. Agradecemos mucho que la idea siga adelante y ojalá podamos verlo y la saga de 'Alvarito' continúe viva».
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