adiós a una tradición
El coro de campanilleros de Ibarburu enmudece esta Navidad tras casi 40 años de vida
Se caracterizaban por sus voces masculinas, cadencia al cantar y por tocar una gran variedad de instrumentos
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Este mes de diciembre, la Navidad en Dos Hermanas, musicalmente hablando, será muy diferente a otras ediciones. Y es que, después de 39 años, los campanilleros de Ibarburu, considerado el coro por excelencia y más tradicional de esta época, no llevarán sus voces y sus instrumentos a Belenes, plazas, escenarios y rincones de la localidad.
La avanzada edad de la mayoría de sus componentes y el poco tiempo disponible de muchos de ellos para ensayar han llevado a su director, Antonio Morales, a tomar esta dura y triste decisión. «Me ha costado mucho pero no he tenido más remedio que hacerlo. El coro tenía una categoría y un nivel que el año pasado ya me costó mantener y cuando nos reunimos en octubre para empezar vi que no iba a ser posible», comenta a ABC cabizbajo, con un nudo en la garganta y los ojos vidriosos.
Este momento ha sido muy difícil para él puesto que la base principal del coro siempre ha sido la amistad y la ilusión de mantener esta tradición nazarena, perpetuar la 'campanita'- que es como popularmente se conoce en Dos Hermanas a los coros de campanilleros- que nació casi por casualidad y que se convirtió en un referente musical de la Navidad nazarena.
Familias de Ibarburu
Al principio, el coro estaba compuesto por once familias vinculadas al barrio de Ibarburu y que tenían allí su local de ensayo. «Éramos un grupo de amigos de toda la vida, que íbamos a la carpintería de Juan Parrado a pasar las fiestas de Navidad. Un día, haciendo compás, empezamos a cantar villancicos de la época en la que éramos niños. Entonces mi primo, 'El bigote', me propuso que organizáramos unos campanilleros. Nos metimos todos con nuestras mujeres y los niños, en el año 1983; salimos por las calles de la zona y los vecinos nos aplaudieron bastante. Cantamos 'Brilla el sol por la mañana', 'La noche que salen los Reyes,…», cuenta Antonio.
Al año siguiente, y al comprobar que a los vecinos de Ibarburu les había gustado mucho su actuación, se unieron más familias amigas y sumaron once en total: la del actual director, la de Mena, la de Antonio Román 'El marqués', la de José Torres 'Macaco', la de Juan Parrado, la de Manuel Alcocer 'El bigote', la de Diego Campón, la de Manuel Morales, la de Manuel Rojas, la de Joaquín Palma y la de Juan Franco. Este último fue el primero que se puso al frente del coro porque había dirigido uno masculino, el de la calle Reposo, en la década de los 50 y tenía experiencia. Así, más de medio centenar de componentes, entre hombres, mujeres y niños, conformaron esta 'campanita'.
Sin embargo, como anécdota, Antonio confiesa que el coro, al principio, iba a llamarse 'Nueve familias' porque pensaron que ese era el número que lo componían. El Ayuntamiento les dio una placa por una actuación, leyeron ese título y apreciaron que no eran nueve sino once familias. Así que decidieron cambiar su denominación - para no tener más problemas- y llevar el nombre de su barrio.
Instrumentos típicos
Además de la diversidad de voces, el coro se caracterizaba porque llevaba todos los instrumentos característicos de este tipo de agrupaciones como son la pandereta, el carro de esquila, los carros de cascabeles, el almirez, el cántaro, la zambomba, la carrañaca, el triángulo, los palillos y más tarde, las guitarras. El repertorio era clásico y consiguieron recuperar villancicos antiguos.
Cita ineludible
Desde el año 1985 han puesto la nota musical, ininterrumpidamente, al pregón y proclamación oficial de los Reyes Magos
Después de haber cantado por Ibarburu, decidieron salir al centro de la ciudad, a la plaza de la Constitución e iban por las casas, por las noches, y todo el mundo se quedaba maravillado al escucharlos. Según cuenta Morales, «fuimos a Utrera, a un concurso y ganamos un premio. Eso hizo que nos viniéramos arriba y ensayáramos con más fuerza. También logramos otro galardón en Dos Hermanas y en Sevilla capital, en un certamen que había en la Plaza Nueva, con grandes coros de la provincia».
En 1985, cuando apenas habían cumplido dos años, les propusieron cantar en el pregón y proclamación oficial de los Reyes Magos de la localidad y desde entonces nunca han fallado ningún año. En este acto se dieron a conocer aún más y ha sido cita obligada anualmente.
Un par de años más tarde, por unanimidad, se decidió que estuviera al frente del coro el que ha sido director hasta hoy. Con él continuaron recuperando villancicos antiguos y acentuando su forma peculiar de cantar: primando «muchas voces masculinas, con cadencia, con un estilo pausado y reposado, como se cantaba en este pueblo antiguamente», apunta Antonio. «Técnicamente no éramos los mejores, porque yo tengo estudios de música, pero teníamos un pellizco que era lo que hacía que llegara a la gente y lo que más gustaba», añade. Su calidad radicaba en sus ganas, su empeño, su dedicación, sus horas escuchando y ensayando y un largo etcétera.
Empezaron preparando estribillos y luego ya montaban las piezas completas. Además de los villancicos populares han contado con autores que han compuesto para ellos como, por ejemplo, Federico Alonso Pernía.
Cinco discos
El repertorio fue ampliándose tanto que decidieron grabar un disco. Hasta Montilla (Córdoba) se trasladaron a un estudio para el primero, en 1990. Después vinieron cuatro más - cuatro en casete y uno en CD-, que ellos mismos vendían al final de sus actuaciones para autofinanciarse ya que no tenían caché, no cobraban y todo lo hacían de forma altruista. El motivo lo tenían muy claro puesto que desde el principio dispusieron que el coro sólo sería para la época navideña y, de esta forma, cumplían una especie de juramento que hicieron estas familias: mantener latentes y vivir todas y cada una de las tradiciones de Dos Hermanas. De hecho son muy conocidos por cómo han luchado por el carnaval, tienen una caseta de Feria, una galera el Tercer Domingo de Octubre,...
A Antonio le embarga la pena este año y le está costando mucho que no esté el coro esta Navidad. Tenía en su mente preparar varios temas, uno incluso una adaptación del pasodoble titulado 'Romería de Valme' pero no ha podido ser. Los instrumentos están guardados y tapados, junto a sus bufandas rojas y las típicas escarapelas con el escudo de Dos Hermanas y con lazos rojiazules. Sin embargo, confía en que, a día de hoy, sólo se haya cerrado la ventana pero no la puerta porque tiene la esperanza que el coro vuelva con los que fueron sus primeros niños y ahora son adultos, la siguiente generación.
Si fuera así, su villancico emblema, su himno, se cumpliría y seguiría vigente porque en su letra reza 'Tradición no se debe perder, que cantemos al Niño de Dios, recordando que nació en Belén…'
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