Historia
Así fue la Semana Santa de Sevilla de 1975: sin cofradías por el puente de Triana
El delicado estado del puente de Isabel II provocó que las hermandades del viejo arrabal tuvieran que cambiar de itinerario hace cincuenta años
Eutanasia para el puente de Triana

La Semana Santa de 2025 va a dejar estampas singulares como, por ejemplo, la de las Cigarreras saliendo de los Terceros o el nuevo recorrido de Montserrat por el Postigo del Aceite. Sin embargo, si echamos la vista atrás y retrocedemos cincuenta años ... en el tiempo, descubrimos que la Semana Santa de aquel entonces fue histórica, entre otras cosas, por una circunstancia muy concreta.
¿Qué hacía la hermandad de la Estrella por el paseo de Nuestra Señora de la O o la de San Gonzalo por Alfonso XII en sus respectivas estaciones de penitencia? Esto se dio entre 1975 y 1977 a causa de las obras de reforma y consolidación del puente de Isabel II. La infraestructura se encontraba en una situación muy delicada, habiendo vibrado en exceso en el regreso de la Esperanza de Triana el Viernes Santo de 1974, como narra el ingeniero sevillano Manuel Ríos, responsable de que no se demoliera el puente. Fue entonces cuando se prohibió el paso de todo tipo de vehículos y también de multitudes. Aunque se planteó el derribo del puente, se consiguió frenarlo, aprobándose los trabajos de rehabilitación del mismo. Toda esta situación impidió que las cofradías de Triana pudieran alcanzar la otra orilla por su recorrido habitual durante tres años, obligándolas a adoptar itinerarios alternativos más largos para cruzar el río.
En este contexto, 1975 fue el primer año desde la inauguración del puente de Triana en 1852 que se quedaba huérfano de los cortejos de las hermandades del viejo arrabal −salvando excepciones como la de 1933, cuando no salió ninguna cofradía−. Las cinco tuvieron que modificar sus planes habituales para llegar a la carrera oficial y volver a sus templos, como refleja la imagen que ilustra este reportaje, con la Virgen de la Estrella discurriendo bajo su paso de palio de Juan Manuel Rodríguez Ojeda por el paseo de la O.

Los cofrades del Domingo de Ramos salieron aquel año desde San Jacinto −era la penúltima vez que lo harían, puesto que en 1976 la cofradía entró en su recién inaugurada capilla− una hora y media antes que el año anterior para, una vez llegados al Altozano, enfilar San Jorge, Callao y el paseo de Nuestra Señora de la O a través del arco del actual pasaje del Párroco Pedro Ramos Lagares. Desde Chapina cruzaban hacia el otro lado del Guadalquivir, al igual que el resto, por el soterramiento del río, la avenida del Cristo de la Expiración, discurriendo después junto a la estación de Córdoba. En el caso concreto de la Estrella, recorrían Marqués de Paradas, Canalejas y Cristo del Calvario para retomar su itinerario tradicional en la calle San Pablo.
El nuevo titular de San Gonzalo
La hermandad de San Gonzalo, el Lunes Santo, llegó a Chapina por San Vicente de Paúl y Clara de Jesús Montero. Más tarde, al desembarcar en Sevilla, optó por un recorrido más angosto llegando desde Marqués de Paradas a Pedro del Toro, Bailén y Miguel de Carvajal, y alcanzando la Campana por la plaza del Museo, Alfonso XII y el Duque. Se daba la particularidad aquel año de que salía por primera vez a la calle el Señor del Soberano Poder de Luis Ortega Bru (sólo la cabeza, no el cuerpo) bendecido un mes antes. Este iba acompañado aún de la talla de Caifás gubiada por Castillo Lastrucci, puesto que hasta el año siguiente no llegó la nueva cabeza del sumo sacerdote, del mismo autor que el Cristo.

El resto de cofradías trianeras, es decir, la Esperanza de Triana, el Cachorro y la O, alcanzaron aquel año Chapina por medio de la calle Castilla en lugar de por el singular atajo del callejón de la O, y se decantaron por acceder lo antes posible a su itinerario habitual, continuando por Julio César hasta Reyes Católicos.
El regreso de los cortejos procesionales del viejo arrabal a sus respectivas sedes canónicas se efectuó a través del puente de San Telmo, la calle Betis, Troya y Pureza, un recorrido que algunas de estas hermandades, la Estrella y la O, mantuvieron durante décadas hasta adoptar el que hoy realizan todas las cofradías trianeras por el Postigo y la calle Adriano.
Jesús Despojado vuelve a salir
La última Semana Santa del franquismo dejó otras novedades importantes, como la salida de la Vera Cruz de nuevo desde su capilla del Dulce Nombre de Jesús después de cuatro años de exilio en el vecino convento de Santa Rosalía por obras en su sede. También se produjo primera salida de la hermandad de Jesús Despojado con su primitivo misterio tras su reorganización en 1972. Aquella estación de penitencia desde la iglesia de San Bartolomé tuvo lugar el mismo Sábado Santo que la Virgen de la Esperanza de la Trinidad estrenaba el manto verde diseñado por Antonio Garduño y horas antes de que el Cristo Resucitado fuera por primera vez acompañado en su paso por el ángel anunciador.

Además, aquella fue la década del nacimiento de las cuadrillas de hermanos costaleros a cargo de Salvador Dorado 'el Penitente'. Si bien la pionera fue la del Cristo de la Buena Muerte de los Estudiantes el Martes Santo de 1973, fue en 1975 cuando la hermandad del Gran Poder estrenó su primera cuadrilla de hermanos costaleros. Los artífices, Rafael y José Ariza, que acababan de llegar a la corporación de San Lorenzo y la convirtieron en la primera cuyos dos pasos eran portados por hermanos. De todos estos acontecimientos se cumplen ahora cincuenta años.
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