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Cruz Pro Ecclesia et Pontifice para la camarera de la Virgen de Valme, María Luisa Díaz Núñez

El reconocimiento lo concede la Santa Sede y será entregado por el arzobispo de Sevilla

La camarera de Valme, contenta y nerviosa ante la procesión de la Virgen por Sevilla

María Luisa Díaz Núñez, camarera primera de la Virgen de Valme ABC

Valme J. Caballero

Dos Hermanas

María Luisa Díaz Núñez, camarera primera de Nuestra Señora de Valme, ha sido reconocida con la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, una de las máximas distinciones que concede la Santa Sede. Así lo ha comunicado la hermandad de Valme, en la que lleva ocupando el cargo de camarera más de 50 años.

Además, Mari Díaz, que es como popularmente se le conoce en la localidad, es una mujer de profundas raíces y convicciones cristianas y durante décadas ha sido catequista para los niños de Primera Comunión en la parroquia de Santa María Magdalena.

La camarera, que siempre tiene una sonrisa en su rostro y se caracteriza por su naturalidad y sencillez, ha manifestado a ABC que está contenta con lo que le ha tocado, agradecida y, a su vez, sin parar de recibir felicitaciones.

Por el momento se desconoce la fecha de entrega de la condecoración. Sí que se conoce que será el arzobispo de Sevilla, Monseñor José Ángel Saiz Meneses, quien entregue la distinción.

La cruz Pro Ecclesia et Pontifice, cuya traducción es 'Por la Iglesia y por el Papa' se otorga a quienes han demostrado un largo y excepcional servicio a la Iglesia católica y/ o al Sumo Pontífice.

Ejemplo

La hermandad ha definido a su camarera, que es toda una institución en la localidad, como un «verdadero ejemplo de abnegada entrega al servicio de la Iglesia», algo que ratifica todo el que la conoce.

Mari no falta a ningún acto o evento de la hermandad de Valme y siempre junto a la Virgen. Ha vivido las dos salidas de la Protectora por Sevilla de una forma muy intensa y única y que recuerda con fervor.

Además, es curioso, cuando alguien le da las gracias por algún detalle siempre repite la misma frase que ya pone de manifiesto su forma de ser: «a mí no, a Ella».

Esta Medalla también fue concedida a Miguel Gil Pachón (q.e.p.d.) en 1989.

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