entrevista
«En vez de conmemorar la Exposición de 1929, deberíamos proteger su legado. La Palmera es ahora un desastre»
El arquitecto Luis Fernando Gómez-Stern dice que «lo malo no es todo lo que se han cargado allí sino que aún pueden estropear más, porque el deterioro es constante»
«A los arquitectos nos ha faltado humildad y nos ha sobrado soberbia»
«El urbanismo en Sevilla se ha convertido en un callejón sin salida»

El arquitecto Luis Fernando Gómez-Stern (Sevilla, 1942) ha recibido el Premio Andalucía de Arquitectura en reconocimiento a su brillante y dilatada trayectoria, cuyos hitos en Sevilla fueron edificios tan emblemáticos como la sede de Sevillana de Electricidad, Sevilla-1, la rehabilitación de las ... Casas de la Judería y de las Casas Consistoriales de Sevilla. El jurado destacó su capacidad para introducir «una forma de producir arquitectura hasta entonces nunca vista en Andalucía, con una intensa vocación de servicio a la sociedad y fruto del quehacer colectivo, mucho más próxima a lo que por entonces estaba sucediendo en otros países de Europa y el resto del mundo».
-¿Se esperaba este reconocimiento institucional y de sus compañeros de profesión?
-No, no me lo esperaba. Ha sido un honor inesperado y sé que competía con excelentes contrincantes. Me ha hecho mucha ilusión ganarlo.
-¿De todas las cosas que ha hecho en Sevilla, de cuál se siente especialmente orgulloso?
-He hecho de todo y me siento muy orgulloso de muchas. De otras me siento menos orgulloso. Aunque no soy yo quien tiene que juzgarlas. De las primeras que hice en Sevilla está el edificio de Sevillana de Electricidad, actualmente Endesa. Otro fue el edificio Sevilla-1 y también hice la rehabilitación del Ayuntamiento en 1992, cuando era alcalde Alejandro Rojas Marcos. El proyecto de rehabilitación lo empezó Aurelio del Pozo, en la época de Manuel del Valle.
-¿De qué proyecto no se siente especialmente orgulloso?
-En la Expo hice muchas cosas que han desaparecido. Sin embargo, uno de los pabellones que, en principio, iba a ser efímero, y luego se mantuvo, fue el Pabellón de la Naturaleza, el Umbráculo Invernadero y el Jardín Americano.
-El Jardín Americano está completamente abandonado a su suerte...
-Sí. Está completamente destrozado y me deprime ver ese abandono. Además, en la Cartuja está todo rodeado de vallas, cosa que no entiendo. Habría que eliminar todas las vallas para poder incorporarla a Sevilla y para que haya vida.
-¿Y viviendas?
-También. Sería muy aconsejable hacer viviendas allí para que esa integración de la Cartuja en Sevilla fuera real y efectiva. Las viviendas le darían vida a la Cartuja y lo convertirían en otro barrio de Sevilla. Creo que ese debate está abierto y que en la Cartuja acabará habiendo viviendas. Uno de los fallos tradicionales del Urbanismo es la excesiva zonificación y creo que los usos deben estar entroncados unos con otros, siempre con la idea de convivir. Antes era impensable mezclar fábricas con vivienda por el humo y eran muy contaminantes pero ahora no es así y se puede convivir perfectamente con ellas.
-¿Qué opina sobre lo que se está haciendo en Altadis?
-Me parece bastante discutible. Es evidente que ese antiguo complejo de Tabacalera estaba abandonado y que había que hacer algo con él, cosa de lo que me alegro, pero creo que el proyecto elegido tiene un exceso de edificabilidad. La altura de 8 plantas me parece excesiva y tampoco me gusta que la vegetación salvaje de la ribera del río que había en esa zona no se vaya a respetar y se vaya a sustituir por un jardín más urbano.
-¿Y qué le parece la pasarela del río?
-No era partidario de esa pasarela y me opuse en su momento. También me opuse a que se hiciera inclinada, que era como estaba prevista al principio. Supongo que eso le convenía a la empresa propietaria del hotel porque podría presentar el establecimiento como si estuviera en la Puerta de Jerez. Creo que esa pasarela distorsionaba completamente el paisaje y afectaba a la visión de San Telmo. Me parece que esa pasarela perpendicular, que es la que se va a hacer ahora, es menos dañina al paisaje. Lo que recomendaría es que se trate de forma adecuada la zona del desembarco de la pasarela en la esquina del pabellón de Chile. No se puede dejar aquello como está ahora y habrá que organizar una plaza o un espacio público, conectado a los jardines de San Telmo.
-Si el proyecto para Altadis le parece excesivo, supongo que lo que está ocurriendo con la avenida de la Palmera le horrorizará...
-Aquello es un desastre y lo de la pasarela está ligado precisamente con la avenida de la Palmera. Es una oportunidad para pedirle a los promotores de la pasarela un proyecto de revitalización del paseo de las Delicias, que se convierta en un paseo más cómodo para los sevillanos. Allí hay una valla, la de San Telmo. un cerramiento bonito que debe de ser de la época del seminario, pero es opaca y debería hacerse transparente. Esos jardines, además, se le cedieron a la ciudad de Sevilla y deberían estar abiertos al público.
-¿No le parece que se ha desmadrado el urbanismo de la Palmera con las nuevas construcciones y residencias universitarias?
-Yo creo que se la han cargado en gran parte y añadiría que lo malo es que aún pueden estropear más y el deterioro puede continuar. Es cierto que se han suspendido la posibilidad de incrementar la edificabilidad en la zona calificada como viviendas unifamiliares, pero lo que está calificado como equipamiento, tanto público como privado, se ha mantenido, lo que ha permitido hacer las monstruosidades que se han hecho y que están destrozando todo lo que era la avenida de la Palmera. Ha pasado desapercibido que allí había algunas parcelas de uso terciario como en el hotel que están haciendo en el edificio Columbus en los que casi se podría doblar su edificabilidad.
-¿Eso sería otra amenaza para la Palmera?
-Yo creo que sí. Y la Palmera es una joya que ha heredado Sevilla que se está despilfarrando. La Palmera ahora mismo es una autopista llena de coches y se está destrozando el paisaje tradicional que curiosamente está completamente al día en materia de urbanismo: la baja densidad, la vegetación, el espacio público. Tiene muchas posibilidades.
-¿Que haría con todos esos coches que pasan por la Palmera?
-En la Palmera no se podría ahora eliminar completamente el tráfico, que sería lo ideal, pero en este momento hay ocho carriles, dos de los cuales son aparcamientos. Esas dos calles se podrían quitar y otras dos también, o sea, que podría quedarse con cuatro carriles, incluso con tres. Yo creo que la Palmera podría convertirse en un salón o jardín urbano tipo la Alameda, aunque la última urbanización que se ha hecho allí es, en mi opinión, bastante discutible. Los arquitectos son muy buenos pero el resultado no ha sido el que esperábamos y allí hay demasiados bares. El paseo y el jardín está desvirtuado, no hay mucha naturaleza y encima se mantiene la circulación de vehículos.
-¿Qué le parecen los planes urbanísticos para la zona de la Raza y el Puerto?
-Nos preocupa a todos los profesionales que formamos en la Asociación Palmera Agenda 2029. También la ampliación del campo del Betis porque todo esto está ligado con la Palmera. Tengo entendido que se planea una peatonalización de la avenida de Reina Mercedes, cosa que me parece bien, pero hay que hacer un urbanismo coordinado con toda la zona, no de forma aislada.
-¿Podría soterrarse el tráfico de coches en la Palmera como Sanz pretende hacer con el Paseo de Colón?
-Eso sería muy interesante pero, por desgracia, muy caro. Creo que se trata de una inversión que no nos podemos permitir pero sí nos podríamos permitir que el metro en la Palmera fuera subterráneo y no en superficie, como parece que se plantea. No entiendo que vaya debajo de tierra por Pino Montano y en la Palmera no. Ojalá respetemos y le saquemos el máximo partido a lo que hemos heredado de la Exposición Iberoamericana de 1929.
-Hay una comisión para conmemorar el centenario de la Exposición.
-En mi opinión, esa conmemoración no tiene demasiado interés y sería mucho mejor centrar nuestros esfuerzos en proteger la herencia que nos dejó esa Exposición, con mejoras como reducir el tráfico en la Palmera y aumentar la vegetación y planificar adecuadamente el futuro de todo el sector.
-Todos los esfuerzos de los responsables políticos se encaminan a que Sevilla sea una ciudad mejor para vivir, pero muchos vecinos se quejan del exceso de turismo, especialmente en el centro. ¿Tienen razón, en su opinión?
-No creo que haya un exceso de turismo en Sevilla, especialmente comparado con el de otras ciudades europeas, pero sí creo que el turismo se está desbordando en el centro histórico. Hay demasiados hoteles y cada vez menos vecinos en esa zona. Es importante que haya más sevillanos viviendo en el centro porque se están perdiendo comercios y actividades ciudadanas. En el centro de Sevilla, por ejemplo, en el patio de Banderas, había viviendas donde vivían muchos niños y eso sería lo deseable. Y ahora las casas que se están vaciando están convirtiéndose en su gran mayoría en instituciones y fundaciones. Creo que hay que dedicar los edificios del centro más a viviendas y menos a museos o instituciones que luego no se conservan.
-El alcalde quiere hacer. por cierto, del edificio de la antigua fábrica de Tabacos una especie de espacio Louvre en Sevilla, con el traslado del Museo de Bellas Artes. ¿Qué le parece?
-A mí me parece bien en principio y creo que el Museo de Bellas Artes tendría un espacio mucho más lucido allí, aunque requeriría un estudio más profundo, Es un sitio estratégico de la ciudad y muy interesante para Sevilla y podría ser como el Louvre de Sevilla. A mí me parece bien pero sé que hay mucha gente que no le parece bien.
-Al rector de la Universidad de Sevilla, por ejemplo...
-No, creo que a la gente de la de universidad no le parece muy bien esa idea.
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