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Misterios en Sevilla

El misterio de los niños fantasma en el antiguo edificio de Magistratura de Trabajo en Sevilla

Según algunos relatos, fue escenario de un accidente donde dos niños perdieron la vida

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Edificio de Magistratura del Trabajo en Sevilla ABC

José Manuel García Bautista

Sevilla

En Sevilla, en el barrio de Los Remedios, en la calle Niebla, se alza un edificio que, más allá de su aparente calma burocrática, guarda una historia que ha desconcertado a empleados públicos, funcionarios y vigilantes de seguridad. Antiguamente, este edificio tuvo otra actividad, lugar que, según relatos históricos, fue escenario de un trágico accidente donde dos niños perdieron la vida. Hoy, esas presencias parecen haberse quedado atrapadas entre sus muros, manifestándose a través de fenómenos extraños que escapan a toda explicación lógica.

Testimonios de lo inexplicable

Una funcionaria –cuya identidad omitimos- con más de veinte años de servicio, relata con un tono de voz tembloroso lo que vivió una mañana:

«Estaba revisando unos expedientes en mi despacho, cuando sentí como si alguien estuviera mirándome. Levanté la vista y vi a un niño asomado a la puerta. Era pálido, con una ropa que parecía de otro tiempo. Pensé que se trataba de un hijo de algún compañero, cosa que es rara, pero cuando me levanté para preguntarle, el niño salió corriendo. Lo extraño es que al buscarlo por los pasillos, no había nadie. Fue como si se hubiera desvanecido.«

Casos similares han sido informados por otros empleados, especialmente aquellos que trabajan hasta entrada la noche. J.M., un administrativo que solía quedarse hasta tarde, recuerda una experiencia que le heló la sangre:

«Escuché risas infantiles que venían del pasillo. Pensé que se trataba de una broma, pero cuando salí para ver qué pasaba, vi dos sombras pequeñas correr hacia una esquina. Corrí tras ellas, pero al girar la esquina no había nadie. El aire estaba gélido, como si hubieran abierto un frigorífico gigante.«

Guardias de seguridad: testigos privilegiados

Los vigilantes de seguridad, habituados a recorrer los pasillos en silencio, también han sido protagonistas de encuentros escalofriantes. Un guardia que prefirió mantenerse en el anonimato compartió lo que vivió durante un turno nocturno:

«Estaba revisando las cámaras de seguridad cuando vi a dos niños corriendo por el pasillo del tercer piso. Fui a investigar porque el edificio debería estar vacío a esas horas. Revisé cada rincón, pero no había nadie. Cuando volví a la sala de monitores, vi cómo uno de los niños se asomaba por una puerta y luego desaparecía. Esa noche pedí que no me dejaran solo

Otro fenómeno que los guardias han indicado que sucede es la presencia de olores inexplicables. Algunos afirman percibir un aroma dulce, como de chocolate recién hecho, que llena el ambiente de forma súbita. Otros describen olores penetrantes y desagradables, similares a flores marchitas o humedad añeja. Este tipo de experiencia, conocido como clariesencia, ha sido documentado en diversos casos paranormales.

Bajadas de temperatura y sensación de presencia

Otro fenómeno recurrente en el edificio es lo que se conoce como termogénesis, es decir, descensos bruscos de temperatura que parecen carecer de origen lógico. Algunos funcionarios aseguran que estas bajadas de temperatura se sienten especialmente en el tercer piso, donde los relatos sobre los niños son más frecuentes.

«Una vez fui a entregar unos documentos al tercer piso,» relata A.L., otro empleado, «y el frío era tan intenso que parecía pleno invierno, aunque fuera hacía 30 grados. Lo más inquietante es que sentí como si alguien me soplara en la nuca. Cuando me giré, no había nadie.»

¿Quiénes eran los niños?

La hipótesis –a caballo entre la realidad y la ficción- más extendida entre quienes trabajan allí es que las apariciones corresponden a dos pequeños que murieron en la antigua fábrica de chocolate en la calle, hace más de un siglo. Según los comentarios de los mismos, un accidente con maquinaria habría provocado el trágico fallecimiento de los niños, cuyos nombres no han sido recuperados pero cuya historia aún parece resonar entre las paredes.

A este relato se suma la opinión de Juan Carlos, un investigador de fenómenos paranormales que ha estudiado el caso.

«Es común que las energías queden impregnadas en lugares donde ocurrió una tragedia,» explica. «En este caso, las apariciones y fenómenos como la clariesencia o la termogénesis podrían estar relacionados con un trauma emocional muy fuerte que quedó grabado en el ambiente. Estos niños, al no entender que han fallecido, siguen interactuando con el lugar como si estuvieran vivos.»

A pesar de las constantes experiencias, el edificio sigue funcionando con normalidad. Sin embargo, no son pocos los empleados que prefieren evitar los turnos nocturnos o los rincones más solitarios del inmueble. Para algunos, se trata simplemente de superstición, pero para quienes han vivido lo inexplicable, no cabe duda de que algo más habita en la calle Niebla.

Mientras tanto, los pasillos de este antiguo edificio siguen albergando un misterio que desafía toda lógica, y las risas infantiles, los olores dulces y las bajadas de temperatura se convierten en un recordatorio inquietante de que, tal vez, el pasado nunca nos abandona del todo.

**Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a contacto@josemanuelgarciabautista.net

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