el rincón de...
Mariano Pérez de Ayala: «Deberíamos sentir vergüenza de tener los tres barrios más pobres de España»
Acaba de finalizar su mandato de ocho años en Cáritas Andalucía. Y también en la de Sevilla, que ha dirigido durante once años

Mariano Pérez de Ayala acaba de finalizar su mandato de ocho años en Cáritas Andalucía. Y también en la de Sevilla, que ha dirigido durante once años. Licenciado en Derecho por la US en los años setenta que, a su juicio, tuvo el mejor ... claustro jurídico de su historia y en Filosofía y Letras por la de Granada, Mariano Pérez de Ayala es un ejemplo palmario de compromiso. Fue militante andalucista, llegando a ser vicesecretario del PA y delegado de Urbanismo en el Ayuntamiento de Sevilla. Tras su paso por la política proyectó su compromiso con los más olvidados, dirigiendo Cáritas en Sevilla y en Andalucía. Ignaciano por convicción, su rincón preferido es el Parque de María Luisa, donde desconecta del barullo imperante. Es muy palangana y hermano del Valle. Me confirma una sospecha: que trabajar en Cáritas ha sido un chute de esperanza, conociendo a gente que pelean por un mundo mejor. No le gusta de Sevilla su ombliguismo y verla tan encantada de haberse conocido…
El mandato en Cáritas Andalucía es de ocho años. Pero en Sevilla podría haber continuado dirigiendo la organización. ¿Por qué se va?
—He cubierto un ciclo tanto en Sevilla como en Andalucía y soy de los que creen en la renovación de los puestos de dirección. Llevo muchos años en puestos de gestión y me apetece hacer un trabajo más de base.
—Pero usted no se corta la coleta. Porque tengo entendido que se marcha al Amazonas y no creo que sea para abrir bufete…
—(Risas) Efectivamente, allí no hacen falta bufetes, pero sí otras muchas cosas en las que voy a colaborar con mi granito de arena.
-Ya estuvo en Perú hace años y parece que le gustó esa otra forma de compromiso.
—Con 27 años tuve mi primer contacto con la Amazonía peruana. Y todo aquello me impactó mucho. Tenía ese gusanillo de volver y trabajar allí. La zona de Río Negro es un espacio fronterizo de Brasil, Colombia y Venezuela.
—Hablando de compromiso, usted estuvo comprometido con la política durante años. Y la dejó por el compromiso social. ¿Desde dónde se sirve mejor?
—Se puede servir desde todos los ámbitos. Lo importante es el ánimo con el que se vaya. Yo creo que la política es, o debería ser, también, un agente de transformación, hay una oportunidad magnífica con la acogida de los menores no acompañados.
—Su trabajo en Cáritas Sevilla avalando informes muy polémicos sobre la pobreza y la marginalidad dieron que hablar.
—Hubo de todo. Los informes de Cáritas molestan e inquietan porque ponen de relieve una realidad que muchas veces no se quiere reconocer. Pero también nos han agradecido, en otras ocasiones, que pongamos sobre la mesa esos problemas.
—Pero algunos de aquellos informes no sentaron bien en Madrid…
—Sobre todo a un consejero de Educación que dijo que él no veía pobres por las calles. Claro, todo depende de las calles que pises.
—¿De su dirigencia en Cáritas los años más difíciles fueron los de la pandemia?
—Sin duda. Sobre todo, los meses del confinamiento. Por el miedo, la incertidumbre, el desconocimiento en cómo abordar la situación, el temor a que el Covid entrara en nuestros centros y residencias…
—¿Y cómo se las arreglaron?
—Echándole imaginación, siguiendo medidas sanitarias muy estrictas y, también, pidiéndole a Dios que no nos dejara en una situación muy difícil.
—Usted dejó su domicilio personal para vivir en una casa promovida por la Comunidad de Vida Cristiana. ¿Por qué lo hizo?
—Tanto yo como mi mujer estábamos muy sensibilizados colaborando en el tema de acogida de emigrantes. Y surgió esta oportunidad y decidimos prestar ese servicio. Estuvimos dos años conviviendo con ocho chicos emigrantes.
—Creo que sobrellevaron el confinamiento formando un equipo de fútbol con los residentes y jugando en un patio del edificio.
—Sí, así matábamos el tiempo del confinamiento, que nos pilló en esa casa. Eran buenos pero ninguno tanto como Lamine Yamal…
—¿Lo de la Peña sevillista es leyenda urbana o cierto?
-(Risas) No, no. Es absolutamente cierto. Los chicos de la casa y los que vivíamos allí fundamos la peña sevillista Casa Mambré. Además la peña quedó «bendecida» por la visita de Monchi y de José María Cruz. Nos regalaron bufandas, banderas y su respaldo.
—Si tuviera que destacar los hitos logrados por Cáritas en estos once años ¿qué me diría?
—Destacaría los proyectos relacionados con la promoción, la formación y la búsqueda de empleo de las personas que acuden a Cáritas. Así como la puesta en marcha de una empresa de inserción.
—Que Sevilla tenga tres de los barrios más deprimidos de España, un año tras otro, sin atisbo de solución y con millones de euros invertidos, ¿a qué certeza le lleva?
—Deberíamos sentir vergüenza de tener los tres barrios más pobres de España…
—¿Está seguro de cambiar el Guadalquivir por el Río Negro amazónico?
-Tan seguro, tan seguro como que tengo billete para el once de agosto.
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