Crítica de 'El sabor de las cosas simples': Depardieu y su 'lost in traslation'
estreno en cines
La personalidad a la película se la otorga su actor principal, más Obélix que nunca y con una preocupante falta de movilidad
Lea todas las críticas de ABC.es

El título original es 'Umami', que es ese otro sabor de la cocina japonesa que no es exactamente dulce, ni amargo, ni salado, ni ácido…, y es importante el vocablo porque es lo que va buscando, entender el umami, el protagonista de esta película, ... un gran chef francés que perdió cuarenta años atrás un gran premio de cocina contra un japonés y su humilde bol de ramen. La personalidad a la película se la otorga su actor principal, Gérard Depardieu, más Obélix que nunca y con una preocupante falta de movilidad. Él es el chef francés, un tipo agrio y amargo, hipopótamo también en sus modales y en franca decadencia familiar y matrimonial. A la esposa, pobre, la interpreta Sandrine Bonnaire, a la que se reconoce solo porque lo pone en los títulos de crédito: la luz y la sonrisa de aquella actriz de Sautet, Doillon, Varda… es aquí un borrón.
Es una coproducción entre Francia y Japón, y buena parte de ella transcurre allí y un poco a lo 'Lost in traslation', con Depardieu entre Scarlett Johansson y Bill Murray a la búsqueda de la marmita con la pócima mágica del umami. La parte japonesa es la más interesante, incluso para quien no se interese en toda esa mística oriental alrededor del cuenco humeante y el sorbido de tallarines, y tal vez por el motivo de que el actor Kyôzô Nagatsuka (el viejo cocinero) es un prodigio de transmisión de esa mística, hasta el punto de que le otorga a su personaje más altura y sugerencia que el propio guion. Ahora, Depardieu no está ya para un cuenco más.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete