comentarios reales
Dirigirse a los discrepantes
Nadie habla para hacer pensar, dudar o disentir a escépticos, contrarios y discrepantes. Y conste que ninguna de esas especies es lo que entendemos por «indecisos»
Muchos articulistas, locutores, periodistas, tertulianos y lectores del común han deplorado que Felipe González le admitiera a Ignacio Camacho que sigue siendo votante del PSOE, a pesar de sus rotundas discrepancias con Zapatero y Pedro Sánchez. No es el único caso que ha provocado la ... misma frustración, pues cuando el escritor Javier Cercas publicó aquel artículo en el que reconoció sentirse engañado por Pedro Sánchez, muchos le reprocharon que no anunciara su voto inminente al Partido Popular. En ambos casos, me sorprende la candidez de las expectativas: ¿dónde está escrito que uno deja de votar al PSOE para votar al PP? ¿Acaso quienes dejan de votar al PP están obligados a votar al PSOE? Semejantes malentendidos tienen su origen en una penosa degradación de la comunicación política. A saber, que nuestros líderes y dirigentes políticos sólo se dirigen a los suyos, porque lo único que les interesa son los aplausos fáciles, felpudos e incondicionales. Nadie habla para hacer pensar, dudar o disentir a escépticos, contrarios y discrepantes. Y conste que ninguna de esas especies es lo que entendemos por «indecisos».
¿Por qué Rosa Díez y Fernando Savater —que fueron votantes de izquierdas— sí han expuesto sus razones para votar por el PP? Porque entienden que sus razones podrían ser válidas para otros ciudadanos defraudados por el sanchismo, pero no se dirigen a quienes ya son votantes del PP. Este matiz es esencial, porque las declaraciones de Felipe González en la entrevista de Ignacio Camacho y los argumentos de Javier Cercas en su artículo de 'El País Semanal', tienen el propósito de hacer pensar, dudar o disentir a ciudadanos tan de izquierdas como ellos. ¿Para que gane el PP tal vez? No seamos ingenuos. Más bien, para galvanizar a los socialdemócratas que deben reconquistar el espacio perdido dentro del PSOE por culpa del sanchismo. No tengo la menor duda de que Felipe González le quitaría miles de votos al PP si ahora mismo fuera el candidato del PSOE en unas elecciones generales, pues sus razones y argumentos son inteligibles para ciudadanos escépticos, contrarios y discrepantes con la izquierda. Es decir, que el mensaje de Felipe González podría comprarlo un votante del PP. ¿Los mensajes de Feijóo podría comprarlos un votante del PSOE? Esa es la cuestión.
Europa ha construido una sociedad del bienestar que no tiene parangón ni en USA ni en América Latina. Sin un espacio común para la convivencia de liberales y socialdemócratas semejante bienestar no habría podido construirse, pero ese espacio ya es tierra quemada porque los extremismos han «incendiado la pradera», como quería Mao. Si Trump recupera la presidencia de USA y Putin termina arrasando Ucrania, seremos testigos de algo sorprendente: la fascinación rusa de ultraizquierdistas y ultraderechistas europeos. Por eso me inquieta la ausencia de razones y argumentos dirigidos desde el PP y el PSOE hacia sus respectivos discrepantes, porque nunca ha sido más urgente dirigirse hacia el no votante.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete