TODO IRÁ BIEN
Una decisión de España
Lo que hay que aprender del caso Olmo no es el corte de mangas de Laporta sino que España ha decidido que necesita al Barça y a lo que el Barça es y representa; y está dispuesta a defenderlo pagando cualquier precio, aunque sea ... el del último esperpento. La Liga, la Federación, el Real Madrid y el Gobierno: España.
Lo de Laporta con sus insultos y sus comisionistas habituales es ya irrelevante. Lo que pesa es cómo el aparato del Estado ha prescindido de cualquier norma y decoro para salvar al Barça. Y para salvarse él mismo. Ahí ha estado, pisoteando cuanta ley o norma o plazo existiera. Todos a una con Jan. Esta España que necesita al Barça, y a lo que el Barça mueve, tiene por ahora que lidiar con un presidente que con su puesta en escena exige mucho esfuerzo para que le salven en nombre de la razón de Estado: pero se hace el esfuerzo, y lo que tiene que ser defendido, se defiende, porque se ha llegado a la conclusión de que sin el Barça, y sin un Barça fuerte, no hay Liga, no hay Federación Española y el Real Madrid pierde al socio imprescindible en su mejor negocio. ¿Es un escándalo que el Barça pueda inscribir a los muchachos? Claro. Pero mira qué ha pasado.
Ya no es Cataluña saltándose la Ley para independizarse: ahora la Ley se la salta España para que el Barça y Cataluña no hagan el ridículo. Hemos pasado de su chantaje a nuestra caridad. El Estado en sus entrañas asume que el Barça y Cataluña no sirven como cadáveres y que hay que mantenerles con vida, y donde Tebas esta vez no ha podido llegar, ha alcanzado Pedro Sánchez, a petición de Junts, a través del Consejo Superior de Deportes.
Hay una España muy diversa y poderosa y representativa que piensa que hay que hacer lo que convenga para que el Barça y Cataluña formen parte activa del todo, y si alguna vez la Generalitat i el club se saltan las normas, están dispuestos a indultar, amnistiar o hacer ver que no ven. Hay una España que piensa que nuestro fútbol es mejor con Laporta que sin el Barça y prefiere el Estado con Puigdemont y Junqueras en libertad que sin Cataluña.
A esta España, tan transversal, tan distinta e incluso contradictoria en sus motivaciones, no se le puede decir que no es España, que es antiespañola o criptoindependentista camuflada. Es en su conjunto más España y más rocosa que los que se oponen a ella, tan melancólicos y exagerados. Porque desengáñate: PP y Vox no son de derechas. Son nostálgicos, como nostálgica le ha quedado la mirada a Feijóo sin gafas. Hola, Alberto, ¿qué tal por el táper?
España diciendo al Barça y a Cataluña: «Venid, que os ayudaremos en lo que haga falta, porque sin vosotros no somos España» y Laporta celebrando una decisión de España para jugar la Supercopa de España contra un Real Madrid que, mucho más que su rival, es su aliado en todo lo importante; no me digas que no es un espectáculo profundamente español, españolazo, y todavía más con el añadido estético de fondo –esa frivolité– de la turba 'indepe' pensando que Laporta es su soldado y que están ganando.
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