todo irá bien
Miren y Héctor
'Querer' propaga el oportunismo destructivo, la irresponsabilidad sobre la propia vida, el mantra de que la culpa siempre es del otro
Una mala persona
El bolso del mal
He visto 'Querer' en Movistar Plus. Y por orden de mi querida Elena Yepes he leído al mismo tiempo la adaptación de la 'Ilíada' de Alessandro Baricco, en Alfaguara. Baricco es un idiota que escribe muy bien en el lienzo altísimo de Homero. Baricco ... entiende la altura moral de los personajes y los descifra cuando los traduce al italiano moderno; Baricco con su escritura no sólo adapta un texto tan importante sino que lo proyecta en toda su valía. Luego, en el epitafio, cuando explica su posición sobre los hechos que ha narrado se muestra como un hombre débil, moralmente devastado. Está tan por debajo de los héroes que desmenuza y alisa que resulta casi hiriente la constatación de que son dos virtudes distintas el talento y la inteligencia.
'Querer' es una obra bien escrita e interpretada por muy buenos actores pero que siembra el mal bajo la premisa de que un hombre puede ser considerado un violador si tras 30 años de matrimonio a su mujer le da por acusarlo de tal cosa, aunque nunca durante todo este tiempo le haya advertido de que no quería acostarse con él ni se haya divorciado.
Los valores que la 'Ilíada' exalta son los opuestos a 'Querer'. Hay una escena de este señor al que la serie presenta como a un bestia, en que ya es abuelo y va a buscar a su nieto al colegio. Se da cuenta que otro niño le hace 'bullying' y le roba los juguetes. Muy lentamente el abuelo, sin ninguna violencia, sin ninguna palabra fea, se acerca al niño agresor y lo mira muy de cerca y le dice en voz muy baja: «La próxima vez que quieras los juguetes de mi nieto me los pides a mí. ¿Me entiendes? A mí». Éste abuelo al que la serie insulta y condena, como un Baricco de epitafio, es Héctor en la 'Ilíada' y es en España y en la vida la diferencia entre los niños que se salvan y los niños que se hunden. Yo fui al colegio cuando mi hija estuvo en peligro y le dije al niño: «Lo que a partir de ahora le hagas a mi hija, yo te lo haré a ti». Y allí se acabó el peligro y no cuando el colegio con la miseria pedagógica de nuestro tiempo nos recomendó «que lo hablen entre ellos».
La 'Ilíada' exalta unos valores para la grandeza y la gloria; 'Querer' propaga el oportunismo destructivo, la irresponsabilidad de nuestra era sobre la propia vida, el mantra de que la culpa siempre es del otro y que si defiendes a los tuyos eres un maltratador y un fascista, desde Haifa hasta el colegio de Maria. 'Querer' es una apología del resentimiento, una excusa de quita y pon para cualquiera de tus fracasos, siempre con cargo al hombre por el mero hecho de serlo, y al que en lugar de querer y proteger y moldear, has vivido de él durante 30 años y te has aprovechado y has fingido y has justificado tu desidia, tu alienación, tu vulgaridad, hasta este victimismo final de la denuncia con la que por fin, Miren, decides ser alguien y hasta el espejo se te rompe de vergüenza ajena.
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