Vivimos como suizos
Gente que escupe
Escribió Camba que los españoles iban a Alemania a hacerse sabios, pero los políticos no se aplican el cuento
El contador
Cantes lúdicos
Habrá que mirar a Alemania, pero también habrá que tener en cuenta lo diferente que Alemania es de España. Incluida su ultraderecha. También es diferente la ultraderecha francesa de la española. Y la italiana. Al menos sus dirigentes. De esas mujeres rubias no tenemos ... aquí. Ni tampoco un Bardella poniendo pies en polvorosa de la reunión de chiflados con el brazo estirado.
Diferenció Sánchez el domingo al PP, tutelado por ultras, de la derecha alemana. Parece como cuando mirábamos a Pujol como una derecha civilizada y no la que representaba AP o PP. Hombre, Pedro, primero tendrás que diferenciar a la derecha alemana y a la socialdemocracia alemana de la derecha española y de los socialistas españoles. Y mirar como ejemplo esas grandes coaliciones desde Weimar que aquí ni se sueñan. Pero para eso tendría que interesar a Sánchez que Vox no apareciera como la gran amenaza que le beneficia. Que le ha beneficiado hasta ahora. Virgencita, que me quede como estoy. Y faltaría también que tanto el PSOE como el PP tuvieran intención de que no gobernara Vox uniéndose frente a ese mal que los dos parecen ver. Que si no es malo, pues nada. Pero una gran coalición aquí ni se atisba. Tampoco la posibilidad de que la derecha no vaya a gobernar con la extrema derecha. A mí eso me gustaría verlo, como a Mistetas, el perro del chiste. Aquí no parece que haya voluntad de ser como los alemanes. Aunque los alemanes hayan pisado el freno de la gran coalición.
Camba decía que los españoles iban a Alemania a hacerse sabios. Los políticos no se aplican el cuento. Una de sus crónicas en 1912: «En ninguna parte hay libros tan gordos como en Alemania». Alemania siempre ha hecho daño. Según Oriana Fallaci en 'Tan adorables', Ava Gardner sufrió esos libros gordos durante su matrimonio con Artie Shaw: «Por la noche, en lugar de irnos a la cama, me daba un lápiz y una libreta y empezaba a hablarme de un sujeto que se llamaba Kant, exigiéndome que tomara apuntes. Durante el día, en lugar de llevarme de paseo, me encerraba en mi habitación para que leyera libros y cuando regresaba me obligaba a contarle lo que había leído para demostrarle que había entendido algo. Me regaló un libro que se llama 'La montaña mágica', donde se habla todo el rato de enfermos que escupen: un aburrimiento indescriptible». Más Camba: «Los alemanes saben filosofía y matemáticas y griego y otra porción de cosas, y yo tengo una ignorancia enciclopédica que revela un gran españolismo». El gran españolismo político es Emilio José cantando por Machado: «Ni contigo ni sin ti mis males tienen remedio; contigo porque me matas, y sin ti porque me muero».
Mi tía abuela Justa nunca leyó a Camba. Una vez fue a la Costa Brava con otra sobrina y al volver nos contó lo que vio: «Había un montón de gente de esa alta, rubia… de Alemania». No son como nosotros.
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