Dos osos hormigueros gigantes matan a dos granjeros en Brasil

El oso hormiguero, reconocible por su largo hocico, no se considera un animal peligroso (agresivo) para el ser humano. De hecho, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) cataloga a la especie como amenazada de extinción debido a la deforestación y la consiguiente pérdida de su hábitat. Sin embargo, la literatura científica ha rescatado este mes, en la edición online de la revista Wilderness and Environmental Medicine , el caso de dos encuentros aislados y mortales entre hombres y osos hormigueros que resultaron fatales para los primeros.

Los hechos ocurrieron en 2010 y 2012 en Brasil. Los fallecidos son dos varones de 75 y 47 años, respectivamente; granjeros y aficionados a la caza. Los osos hormigueros protagonistas de los ataques eran «animales heridos o arrinconados».

«Las heridas inflingidas por los osos hormigueros (que atacaron a los hombres con sus patas delanteras y sus garras) eran muy graves (dañando extremidades y arterias). No se sabe si estos comportamientos defensivos han sido adquiridos recientemente por estos animales», explica Vidal Haddad, autor principal del estudio, de la Escuela de Medicina de Botucatu , en Sao Paulo.

Este tipo de ataques son poco frecuentes, señala el experto, pero aconseja su vigilancia, dado que «evidencian la necesidad de dejar espacio suficiente a los osos hormigueros para que vivan tranquilos». En la actualidad, no solo la deforestación acucia a estos mamíferos emparentados con los perezosos. Los incendios, la caza y los atropellos en las cada vez más numerosas carreteras también están mermando su número, que en la última década se ha visto reducida en un 30% en América Central y del Sur, donde se estima su población en unos 5.000 ejemplares.

«Comprendo la importancia del artículo, ya que hace poco yo misma tuve un accidente con un oso hormiguero y casi pierdo la vida. Pero la reciente difusión de estos ataques está acarreando muchos problemas: un número importante de personas piensa que traen mala suerte y matan al animal de forma voluntaria», comentó Flavia Miranda, especialista en estos mamíferos en Brasil, a la agencia de noticias francesas AFP.