Con una estrella en ascenso como Neymar, un técnico ganador como Luiz Felipe Scolariy una hinchada potente y fiel, el Brasil de 2014 confía en romper 12 años de ayuno y alzarse en casa con el anhelado hexacampeonato.
Felipao apuesta para el Mundial a un juego solidario y al efecto motivador que tendrá la masiva presencia de hinchas en los partidos como forma de compensar la ausencia de una constelación de grandes futbolistas como la que tuvo en sus manos para ganar el pentacampeonato en Corea-Japón 2002.
Con ello, Scolari espera además borrar definitivamente el recuerdo del peor trauma de la historia deportiva del país del fútbol: el Maracanazo de Brasil 1950, cuando la verdeamarela fue derrotada en la final por Uruguay, en pleno estadio de Maracaná.
En Sudáfrica 2010, el seleccionador Carlos Dunga optó por una disciplina casi militar y por un fútbol de resultados, en el que el objetivo era ganar y no deleitar al público. Tampoco funcionó: Brasil fue eliminado por Holanda en los cuartos de final.
Ahora, Scolari busca una fórmula a mitad de camino y apuesta por repetir el éxito de la Copa Confederaciones 2013, en la que, empujado por su hinchada en el Maracaná, Brasil se impuso en la final por un contundente 3-0 sobre el campeón mundial España para alzarse con su primer título en cuatro años.
Fiel a sus convicciones, Scolari formó un plantel con jugadores en los que confía y a los que logra motivar.
Su táctica se basa en una defensa sólida, comandada por dos veteranos —el capitán Thiago Silva y el lateral Dani Alves— y por dos nuevos valores, el zaguero David Luiz y el disciplinado volante Luiz Gustavo.
Con ello, aspira a dejar más libres a los hombres de ataque y sacar provecho del talento de Neymar y de los talentosos mediocampistas Paulinho, Oscar y Ramires, una receta que funciónó muy bien en la Copa Confederaciones.
El único brasileño que confía ciegamente en la conquista del título en casa es hoy el propio Scolari. Pese a afirmar que habrá «como mínimo ocho candidatos al título» en Brasil 2014, asegura que se siente«cada vez más convencido» de que, el 13 de julio, Brasil festejará el hexacampeonato.
«Nosotros tenemos a la hinchada, nuestro duodécimo jugador. Tenemos a una selección competitiva y de calidad y, con el apoyo de la hinchada, seremos siempre mejores», argumentó. ¿Demasiada confianza? «No será tan difícil ganar», dijo Scolari en las semanas previas al Mundial. ¿Y si no lo logra? Felipao sonrió y respondió a mitad de camino entre la broma y la seriedad: «Me exiliaré, la embajada de Kuwait está aquí cerca».
|
||||||||||||||||
|
||||||||||||||||
|