Lancia Stratos, de un sueño de salón a leyenda de la competición
Febrero de 1970. Nuccio Bertone llega a la entrada de visitas de la fábrica Lancia de Turín. Conduce un espectacular prototipo con forma de cuña. Con apenas 82 centímetros de altura, pasa bajo la barrera de la fábrica sin que esta sea levantada

El 28 de octubre de 1970 abre sus puertas el Salón de Turín, la gran cita para los amantes del automóvil y para los carroceros italianos, maestros de la moda sobre cuatro ruedas. En el estand de Bertone, el Stratos Zero, el automóvil con el ... que Nuccio Bertone entraba hacía unos meses en la factoría de Lancia, es ahora expuesto al público. Obra de Marcello Gandini, se mueve gracias al motor del Lancia Fulvia HF, toda una leyenda de los rallyes de la segunda mitad de los años sesenta y principios de los setenta.
A algunos metros, en el estand de Lancia, Sandro Fiorio, director comercial de casa italiana, conversa con su hijo Cesare, director deportivo de la misma. Saben que el Fulvia no será eterno, que cada vez será más difícil hacer frente a sus rivales y que hace falta un sustituto que triunfe en los rallyes y sirva para reactivar las ventas de la marca, que no viven su mejor momento.
Desde 1969, Lancia está ya totalmente integrada en el gigante Fiat. Al frente de la marca creada por Vincenzo Lancia, se encuentra Pier Ugo Gobbato. Los Fiorio le trasladan su idea de crear un sustituto del Fulvia HF. Pero ¿se podría partir del Stratos Zero de Bertone? La idea no parece realizable, pero el prototipo si puede servir de punto de partida….
En noviembre de 1971, un nuevo prototipo bautizado concebido por Gandini y bautizado como Stratos HF, se presenta en el salón de Turín, de la mano de Bertone y Lancia.
El dibujo de la carrocería es fiel a la línea de cuña, pero es más realista que el Zero, pues se ha concebido para que en su interior puedan estar piloto y copiloto, con espacio para guardar los cascos en las puertas, un parabrisas que no es un cristal plano y una altura de carrocería de 1,05 metros. En cualquier caso, no es nada convencional y, tampoco en nada, se parece a los rivales a quienes debe hacer frente en los tramos de los rallyes. Estos son derivaciones de modelos de calle, de Turismos o Gran Turismo de serie, mientras que el Stratos de Lancia se ha concebido desde un principio como un coche de rallye. Pero para poder correr, ha de ser homologado, en su caso en Grupo IV, y esto exige la fabricación de 500 unidades según la reglamentación de la Federación Internacional de Automovilismo, si bien luego se redujo este número a 400. Es decir que hay que, a la inversa de las otras marcas, Lancia y Bertone conciben la idea de hacer una versión de calle, el «Stradale», derivada del modelo de competición y que les sirva para la homologación de este.
La idea no entusiasma a los responsables del Grupo Fiat, e incluso Gianni Agnelli presiona a Gobatto y a Fiorio para abandonen el proyecto, pero en vano.

En principio, el prototipo del Stratos HF cuenta con un motor dos litros Lancia, pero sus creadores quieren montar un V6 de 2.4 litros, el de los Dino 246 GT y GTS de Ferrari y de los Fiat Dino. La idea no le gusta nada a Enzo Ferrari, que pone de pretexto que su capacidad de producción, limitada, no le permitirá proveer a Lancia los 500 motores que precisa. Así, tan solo entrega una decena de V6 para que sirvan a prototipos de desarrollo del Stratos.
La maniobra de Gobbato
Gobbato, en la más pura escuela de Maquiavelo, hace creer a Gianni Agnelli y a responsables de Citroën, que va a comprar el V6 Maserati (el que lleva el Citroën SM Maserati) para equipar al futuro Stratos de calle. De inmediato saltan las alarmas en Fiat y Ferrari, y de forma milagrosa en Maranello se anuncia que ya no hay problemas para suministrar sus motores V6 al Stratos.

A principios de 1972, el prototipo Stratos HF ya es funcional y el 26 de febrero, pilotado por Claudio Maglioli, rueda en la pista de pruebas de Chivasso. El motor V6 Dino, situado en posición central transversal (como en el Lamborghini Miura) se ha modificado ligeramente, y ofrece 195 CV de partida. El chasis es un monocasco realizado en chapas de acero, dobladas y soldadas. La distancia entre ejes es muy corta (2,16 m sobre el prototipo y 2,18 m sobre el modelo de serie) para poder moverse con facilidad en los tramos virados. La carrocería, en poliester, contribuye a que el peso del coche se sitúe en menos de novecientos kilos.
En noviembre de 1972 el coche es inscrito en el Tour de Corse, con el gran Sandro Munari «Il Drago», al volante, pero los problemas de la suspensión trasera le obligan a retirarse. En diciembre corre en España, en el rallye Costa del Sol, donde sigue la puesta a punto. Los ingenieros trabajan para resolver problemas y el motor V6 es subido hasta los 235 CV.
En abril de 1973, otra vez en España y en este caso en el Rally Firestone, donde el Stratos, siempre con Munari al volante, logra la primera victoria de su impresionante palmarés.
En 1974 una versión de 4 válvulas por cilindro y 300 CV será probada por el propio Mauro Forghieri (el ingeniero que creó algunos de los más legendarios Ferrari de Sport y F1). Incluso se llegará a montar un turbo pero no será autorizado por la FISA, al no considerar que fuera una extensión de homologación, si bien hubo Lancia Stratos Turbo pero de grupo 5, con una espectacular aerodinámica.
En cualquier caso, de forma habitual, el motor utilizado por los Stratos será el V6 de doce válvulas y 260 CV.
Un misterio
El 1 de octubre de 1974 el Stratos es homologado en Grupo 4. Los Stratos se montaban en la fábrica de Bertone, en Grugliasco, pero ha corrido bastante tinta sobre si, en realidad, se llegaron a fabricar las 500 unidades exigidas en principio, si bien ya se había reducido a 400 el número de coches fabricados requeridos, gracias a las presiones de Lancia. La verdad es que las solicitudes de compra para la versión de calle «Stradale» no abundaron (y eso que hoy dia, convertido en leyenda, hasta se venden copias del Stratos). Se habla que se fabricaron unas 492 unidades (incluidas las versiones de competición), más tres prototipos. Y que se podría haber fabricado un total de 550 chasis.
Un impresionante palmarés
En cualquier caso, ese será parte del misterio de una leyenda que cuenta en su palmarés con cinco victorias en el Tour de Corse, cinco en el San Remo, cuatro en el Monte-Carlo, una en el Rallye de Suecia, otra en Portugal…, y estamos hablando solo del Mundial de Rallyes donde daría a Lancia tres títulos mundiales consecutivos (1974, 1975 y 1976).
Sumen las del Campeonato de Europa, con cinco Tours de Francia y otros cinco de Sicilia, cuatro Rallyes de España, cuatro Isla de Elba, tres de Italia, Polonia, Antibes….
La lista de triunfos en las más prestigiosas pruebas es larga. Y la de pilotos como Sandro Munari (que apenas cabía en el coche por su altura), Bernard Darniche, o Jorge de Bagratión, entre otros, también está ligada a este Lancia que nació como un sueño de salón para convertirse en una leyenda del automovilismo.
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