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«El boleto tiene mi saliva. ¡Que le hagan la prueba del ADN!»

Antonio García cree que los otros 46 aspirantes no tienen qué hacer

«El boleto tiene mi saliva. ¡Que le hagan la prueba del ADN!» abc

jorge pan

Desde hace una semana, el Registro Municipal de La Coruña recibe un goteo de visitantes con un objetivo compartido: demostrar que la Primitiva extraviada en julio del año pasado y premiada con 4,7 millones de euros es suya. Hasta el día de hoy, son 47 los que fueron hasta el Palacio de María Pita a intentar demostrar que el célebre boleto encontrado en la administración de lotería de San Agustín les pertenecía y que, por un millonario infortunio, lo perdieron.

Como en las oposiciones más exigentes, solo uno de los 47 se llevará el premio gordo. O puede que ni eso: si ninguno aporta pruebas fehacientes, será el lotero que lo encontró, Manuel Reija, quien se lo quede. Aún así, las escasas posibilidades no disuaden a los buscafortunas, personas que «ante la duda» lo intentan y gente que está absolutamente convencida de ser legítima propietaria de los 4,7 millones.

Entre estos últimos destaca Antonio García . Después de que el pasado domingo saliera en un diario local reclamando el premio como propio, en su barrio ya lo llaman «el millonario» .

García, actualmente en par o, asegura que el boleto tiene pruebas concluyentes que lo deberían devolver a sus manos. Insiste en que el papel lleva su firma por detrás, y pide que los servicios municipales llamen «ya» al «perito caligráfico» y acaben con un proceso que, en el mejor de los casos, podría tardar dos años y tres meses en hacerlo millonario.

Hasta el 18 de septiembre de 2015 los interesados podrán reclamarlo en el Registro y, desde esa fecha, el Ayuntamiento dispone de tres meses para decidirse. Luego, si algún reclamante lo decidiese, vendría la vía judicial.

«Esta doblado»

Ayer, Antonio García aportó tres datos más que lo vinculan con el boleto. El primero, que lleva en el dorso «dos palabras escritas que nadie conoce, porque me las inventé yo» . El segundo, que éste «estaba doblado así, muy xeitosiño ». Y el tercero, que el billete extraviado tiene su saliva. «Lo babé un poquito por una esquina. ¡Que le hagan la prueba del ADN!», confesaba ayer Antonio a ABC.

A pesar de todo, este hombre cree que en todo este asunto hay gato encerrado. «Es muy raro que el lotero que lo encontró sea el hermano del delegado provincial de Loterías» , sospechaba. «Temo por mi vida, —llegó a de- cir en un momento a este periódico— — cinco millones son mucho dinero».

Lo más inexplicable del asunto parece sustentarse en que Antonio García dejase de reclamar el boleto durante el año que estuvo en Loterías. «Después de cinco días de buscarlo por todas partes, me olvidé», confiesa.

De ser verdad que está escrito, doblado y con su saliva, Antonio ya sería millonario, pero tendría que esperar para disfrutarlo.

«El boleto tiene mi saliva. ¡Que le hagan la prueba del ADN!»

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