El Parlamento Europeo ve «preocupante» la victoria de Meloni

En el caso de Italia, de forma significativa ha sido el primer ministro polaco, el nacional populista Mateusz Morawiezki el primero en dar la enhorabuena a la italiana Giorgia Meloni en redes sociales, un gesto que demuestra claramente que desde Varsovia se da por hecho que ha ganado un aliado en su pulso contra las presiones de Bruselas por sus políticas nacionalistas. Meloni comparte grupo político en Europa (ECR) con el partido en el gobierno en Polonia, el PIS, o la formación española Vox.

También el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha felicitado este lunes a Meloni por la victoria de su partido. «Una victoria más que merecida. ¡Felicidades!», ha dicho Orbán en un breve mensaje en su cuenta en la red social Facebook junto a una fotografía de ambos y el epígrafe 'Bravo, Giorgia'«.

En la misma línea, la diputada de la Asamblea Nacional Francesa, Marine le Pen, no ocultó su satisfacción y en un tuit, manifestó: «El pueblo italiano ha dejado su destino en manos de un gobierno patriota y soberanista». Y dirigiéndose a Salvini y a Meloni, les expresa un bravo «por haber resistido las amenazas de una Unión Europea antidemocrática y arrogante al obtener esta gran victoria!»

Por contra, la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Katharina Barley (SPD), sobre la victoria de Hermanos de Italia al diario alemán 'Welt': «Meloni será una primera ministra cuyos referentes políticos son Orbán y Trump. La victoria [...] es, por tanto, preocupante».

«Su palabrería electoral a favor de Europa no puede ocultar el hecho de que representa un peligro para la cooperación constructiva en Europa. Con ella, los autócratas consiguen una lobista en el Consejo [...] para echar por tierra el trabajo de la UE», dijo.

La primera señal de alarma ha venido, también significativamente, por parte de Francia, cuya primera ministra, Elisabeth Borne, ha dicho que su país vigilará las decisiones que pueda tomar el nuevo gobierno. Aunque insistió en que no quería valorar la «opción democrática del pueblo italiano» ha recordado en una entrevista radiofónica que «en Europa tenemos ciertos valores y, obviamente, estaremos atentos». Por contra, la Agrupación Nacional de Marine Le Pen ha entrado con fuerza este año en la Asamblea Nacional después de décadas siendo la única alternativa en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

Por contra, desde el Parlamento Europeo, su vicepresidenta, Katharina Barley (SPD), ha manifestado al diario alemán 'Welt': «Meloni será una primera ministra cuyos referentes políticos son Orbán y Trump. La victoria [...] es, por tanto, preocupante».

«Su palabrería electoral a favor de Europa no puede ocultar el hecho de que representa un peligro para la cooperación constructiva en Europa. Con ella, los autócratas consiguen una lobista en el Consejo [...] para echar por tierra el trabajo de la UE», dijo.

No es de extrañar que hubiera sido también el de Polonia el único Gobierno que reaccionase escandalizado ante las declaraciones que había hecho la víspera de las elecciones en Italia la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, que en gesto poco corriente había lanzado lo que se podía interpretar como una advertencia a los electores italianos.

Von der Leyen dijo que la Comisión Europea está dispuesta a trabajar con cualquier gobierno democrático, pero también tiene las «herramientas necesarias» si las cosas van en una «dirección difícil», lo que ha sido criticado como una intromisión en la contienda electoral.

La victoria de Meloni en Italia se produce inmediatamente después de unas elecciones reñidas en Suecia, que vieron un aumento en el apoyo a los demócratas suecos, también de extrema derecha.