Las candidatas a la presidencia de México se acusan de nexos con el narco y corrupción

Gálvez, aspirante de la alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), se mostró más incisiva en este segundo debate, con frases más cortas y virulentas contra Sheinbaum, candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido de Andrés Manuel López Obrador.

«Los delincuentes ya tienen partido, Morena se ha convertido en un 'narcopartido'. A las familias no les alcanza para comer, la comida cada día es más cara y esto tiene una explicación, los delincuentes le 'cobran piso' ('extorsionan') a los productores de aguacate, en Michoacán, a los cañeros de Veracruz, a los distribuidores de pollo en el estado de México... Morena abandonó a las familias», lanzó Gálvez desde el primer minuto para, de paso, volver a acusar al oficialismo de una presunta colusión con el crimen organizado.

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Desde que ha comenzado la campaña presidencial mexicana la oposición ha insistido con vincular a López Obrador con el Cártel de Sinaloa, narrativa que se ha reforzado a partir de investigaciones de la prensa de Estados Unidos.

«El único 'narcogobierno' que ha existido declarado, ha sido el de Felipe Calderón, del PAN. Ahora sí, a partir de diciembre de 2018 cambió el modelo económico en nuestro país, el viejo modelo, el neoliberalismo, el que representa a la candidata del PRIAN significó privatizaciones con corrupción», replicó Sheinbaum.

«Yo soy la candidata del PRI y del PAN, Claudia, tú eres la candidata de un narcopartido», insistió Gálvez a lo que Sheinbaum volvió a evadir la acusación y solo agregó: «Qué bueno que reconoces que eres la candidata del viejo régimen que ya fracasó».

Así fue la dinámica dominante: la candidata opositora, en segundo lugar en las encuestas, con ataques constantes a Sheinbaum que esta optaba por eludir.

El tercer candidato, Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, volvió a tener un papel periférico, alternando críticas a sus dos rivales, que en muy contadas ocasiones le respondieron, en lógica con su muy lejano tercer lugar en los sondeos de intención de voto.

Gálvez le volvió a preguntar a Sheinbaum si investigaría a los hijos de López Obrador, ambos con diversas acusaciones de supuesta corrupción relacionada con negocios con obras del actual Gobierno. «Que se presenten denuncias, ni vale la pena contestar», dijo la candidata de Morena, que evitó, una vez más, defender a los hijos del presidente.

Chocaron también por los programas sociales que entrega el actual Gobierno a los grupos vulnerables. Sheinbaum aseguró que su adversaria los eliminará si gana. Gálvez sostuvo que los mantendría, porque a ella «ningún hombre» la manda, en referencia a la influencia que tendría López Obrador sobre Shienbaum.

«Es falso que la candidata del PRIAN los va a mantener, porque si no el PAN no hubiera votado en contra de estos programas, pero nosotros los vamos a mantener y a aumentar cada año por encima de la inflación, inclusive los vamos a llevar a la Constitución«, dijo Sheinbaum.

Gálvez contraatacó y dijo que en México hay 47 millones de pobres: «¿Qué pensabas, que Chiapas era Dinamarca? La gente está en pobreza, la gente está muriendo y hay violencia. Chiapas es pobre y hay violencia por culpa de tu Gobierno».

Sheinbaum evitó en todo momento caer en provocaciones y nunca giró a mirar a Gálvez, que la señalaba y la acusaba de errores de su administración en la Ciudad de México, como las tragedias de la Línea 12 del Metro o el derrumbe del colegio Rébsamen.

A diferencia del primer debate, Sheinbaum realizó una mayor defensa del Gobierno de López Obrador lo cual, por momentos, le dificultó dar mensajes contundentes y confrontar con la candidata de la oposición.