Bukele se otorga un poder absoluto para gobernar El Salvador
Con sus duras medidas, el mandatario ha logrado convertir a su país en el más seguro de Occidente
Este es el programa electoral de Nayib Bukele y su partido Nuevas Ideas para las elecciones en El Salvador
Bukele se autoproclama ganador de las elecciones de El Salvador con el 87% de los votos

Son nuevos tiempos en El Salvador. No existe la oposición. En el Gobierno, en la arena política y en la discusión solo hay espacio para el azul celeste de Nuevas Ideas y para «el presidente más 'cool' del mundo», Nayib Bukele. Si bien aún ... no hay datos oficiales ni un pronunciamiento del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para certificar los resultados, Bukele ya se ha declarado ganador con un 87% de los votos, según su equipo de campaña, y el público lo ha aclamado. Los mandatarios de toda la región ya lo han felicitado públicamente. Con el 'bukelismo' los hechos y la verdad funcionan así: primero lo que dice Bukele y segundo, lo que replican las instituciones afines a Bukele. Así que si «el presidente 'millennial'» dice que ganó las elecciones con más de un 85% de los votos y que su partido Nuevas Ideas (NI) ha obtenido el 97% de los escaños de la Asamblea Legislativa, no hay otra versión que valga.
«En estos próximos cinco años esperen a ver lo que vamos a hacer», dijo en su discurso de victoria, desde el balcón del Palacio Nacional en la Plaza Barrios de San Salvador, ante miles de simpatizantes extasiados que clamaban «¡Bukele!», como grito de guerra. El éxito del presidente ha sido total, como todos lo esperaban, pues las encuestas han atinado con una perfección milimétrica. Los próximos años serán el escenario para un país soñado y diseñado por y para Bukele, quien, sin embargo, ha sido reelecto con una abrumadora mayoría, en un proceso que según observadores internacionales ha sido «limpio» y tras haber presentado resultados contundentes durante su aplaudido Gobierno, pero moldeando la ley a su antojo e ignorando los discursos en favor de la constitucionalidad y la democracia que hace unos años recitaba.
Las primeras medidas
Tal y como lo anunció en su discurso de victoria, Bukele continuará con las medidas que han hecho de su Plan de Control Territorial un rotundo éxito en materia de seguridad, logrando que El Salvador olvide su oscuro pasado como el país más violento de América y se estrene como el más seguro de Occidente, con una tasa de 2,7 homicidios por cada 100.000 habitantes. El plan, valorado inicialmente en 575 millones de dólares, ha sido su éxito más notable al frente del país. Se prevé que continúen las ampliaciones de los regímenes de excepción –aprobados por un Congreso afín– y medidas como los «juicios colectivos»– para condenar a grupos pertenecientes a una misma estructura delictiva, evitando con ello que la Fiscalía se demore en presentar pruebas contra cada uno de los acusados –conducidos por los 'jueces sin rostro'– que permite eliminar los nombres de los magistrados o cualquier otra información que pueda identificarlos en los casos contra detenidos en el régimen de excepción.
Estas medidas mantendrían la tasa de homicidios en sus bajos históricos, aunque el porcentaje de privados de libertad también alcance máximos históricos: el país tiene la población carcelaria más grande del mundo, con un 1,70% de la población encerrada en prisiones, mucho mayor que Ruanda, que ocupa la segunda posición con 0,57%. Además, se espera mayor cercanía comercial y diplomática con China y un distanciamiento más fuerte con Estados Unidos, sobre todo bajo un Gobierno demócrata. Una continuación de las controvertidas políticas financieras como la utilización oficial de la criptomoneda Bitcoin y la atracción de inversión extranjera que ha acaparado las miradas de gigantes tecnológicos como Google y de industrias gastronómicas como Nestlé. La celebración de macro eventos mundiales que tengan como sede al pequeño país centroamericano, también estarán en la agenda, como las competiciones de surf en la costa del Pacífico salvadoreño o la gala de Miss Universo, que atrajo todos los focos durante el primer Gobierno de Bukele.
Un círculo intocable
El dicho «dime con quién andas y te diré quien eres» se aplica también para Bukele. Su círculo de poder está ocupado por socios comerciales, familiares y dirigentes de NI. Dentro del círculo familiar, destaca el rol de la primera dama, Gabriela Rodríguez, muy popular entre los salvadoreños y que, de acuerdo con información publicada por el diario 'El Faro', ha influido en el nombramiento de ministros de Gobierno. Tienen mucha influencia también los tres hermanos del presidente: el mayor, Karim Alberto y los mellizos Yusef e Ibrajim. Fuentes confirman que Karim acompaña al presidente y le asesora «en temas estratégicos», mientras que los mellizos se ocupan de «su imagen y carrera política», aunque los hermanos Bukele no tienen oficialmente ningún cargo público dentro del Gobierno. Por ahora. Abogados y juristas consultados coinciden en que «la intervención familiar» de los Bukele en la presidencia es «ilícita», puesto que se trata de personas sin nombramientos legalmente establecidos con acceso a información de Estado. «Esto debería ser motivo de investigación y escándalo nacional», coinciden los expertos.
Entre los rostros más visibles que no llevan el apellido Bukele está Claudia Juana Rodríguez de Guevara, quien es la actual presidenta interina de El Salvador. Rodríguez, que antes fungía como la secretaria privada de la Presidencia, ocupa actualmente el puesto de Bukele, puesto que el presidente tomó una licencia de seis meses para centrarse en su campaña electoral. Otro nombre cercano indiscutible es el de Félix Ulloa, asiduo defensor de la reelección, compañero de fórmula del mandatario desde 2019 y reelecto como vicepresidente del país. También figuran nombres como el del empresario Luis Reyes, que ayudó e impulsó a Bukele a fundar Nuevas Ideas, así como Ernesto Castro Aldana, quien ha sido socio del presidente en algunas empresas que están administradas por su hermano Karim, y Federico Anliker López, secretario general de Nuevas Ideas, amigo de infancia y juventud del presidente.
El dicho «dime con quién andas y te diré quien eres» se aplica también para Bukele
Más poder al poder
«¿Oposición? ¿Cuál?», se jacta el analista Walter Araujo en la televisora C10, afín al 'bukelismo'. Y lleva razón. Citando a Bukele, «la oposición ha quedado pulverizada». Más allá de la elección presidencial, que humilló a los partidos tradicionales como el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y Alienza Republicana Nacional (Arena), que gobernaron al país durante 20 años, la clave del poder de Bukele está en la Asamblea Legislativa. Aún sin resultados oficiales del TSE, parece que Nuevas Ideas ocupará 58 de los 60 escaños en el Parlamento, ejerciendo un control total e invisibilizando a la oposición. Solamente dos escaños serían disputados entre el resto de partidos. Y aquí pierden todos: opositores, tradicionales, jóvenes y antiguos aliados.
Partidos aliados a Bukele como la Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana) y el Partido de Concertación Nacional (PCN) han perdido su base de votantes y podrían desaparecer. El centrismo también vive sus peores días. Es probable que formaciones como Nuestro Tiempo y Vamos tampoco sumen los votos necesarios para ocupar por lo menos un escaño y quedarían fuera del Parlamento. La ley electoral salvadoreña establece que para evitar la cancelación de su personalidad jurídica, las agrupaciones políticas deben obtener como mínimo de 50.000 votos en la elección a diputados de la Asamblea Legislativa o lograr, al menos, un escaño en el Parlamento.
Bukele continuará con las medidas que han hecho de su Plan de Control Territorial un rotundo éxito en materia de seguridad
Solo la derecha e izquierda tradicionales estarían representadas por Arena y el FMLN, que por sus diferencias ideológicas quizás ni siquiera formarían alguna coalición de oposición. Total, cualquier esfuerzo será estéril; 2 contra 58 es igual a nada.
El resultado del parlamento retrata a la perfección el éxito de Bukele, que corresponde a un plan bien orquestado con una clara misión: ganarlo todo, a cualquier costo. Para muestra, un botón. En junio de 2023, la Asamblea Legislativa –que ya dominaba Nuevas Ideas– aprobó cambios al Código Electoral. El objetivo era reducir el número de diputados de 84 a 60 y, sobre todo, imponer una nueva fórmula de asignación de escaños que beneficiaba a los partidos mayoritarios e imposibilitaba la representación de los partidos pequeños. Las reformas fueron aprobadas y esa es una de las razones por las que los candidatos de Bukele estarán ocupando, por lo menos, el 95% de los escaños del Parlamento.
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