En nombre de la madre
POR MANUEL FRÍAS
PEKÍN. Valerie Vili estaba muy ligada a su madre, Lilika Ngauano. Tanto que cuando falleció de cáncer en 2000 le prometió que algún día sería campeona olímpica. Su primera oportunidad se le presentó en Atenas, pero una operación de apendicitis la dejó mermada y sólo pudo acabar novena. Ella vivió en primera persona el dolor de los últimos días de su progenitora porque con 16 años tuvo que cuidarla en sus últimos meses. «Mi mamá se sacrificó por mí, me animó constantemente, me ayudó a superar prejuicios. Fue fundamental en mi progresión. Sin ella todo hubiese sido distinto», dijo.
El cáncer ha marcado la vida de la deportista, ya que también su padre murió de esta enfermedad en mayo de 2007, meses antes del Mundial de Osaka. Valerie lo superó y acudió a la capital japonesa y ganó. Fue su primer homenaje a sus dos progenitores. El apoyo familiar en su infancia fue fundamental porque Valerie era el centro de las burlas de los demás chicos. Ella era la primera acomplejada por su gigantesco tamaño -a los 13 años medía casi dos metros, herencia de su padre, que medía 2,10- y su aspecto era desgarbado, torpe.
Pero la timidez la superó con el deporte. Tuvo la suerte de que Kristen Hellier, lanzadora de jabalina, se fijara en ella tras una competición escolar en la que lanzó más lejos que nadie, y la encauzara hacia el lanzamiento de peso. Lo principal fue convencerle de que su aspecto era un activo. Y comenzó a destacar. Compitió por Nueva Zelanda, aunque lo podía haber hecho por Gran Bretaña, Tonga o Francia. Su padre era inglés, su madre de Tonga y su marido, el lanzador de disco de Nueva Caledonia, Bertrand Vili, compite por Francia.
Así, Nueva Zelanda, que había sido hasta ese momento tierra de fondistas y mediofondistas como Lydiard, Snell, Walker, Dixon, Halbery o Quax en la década de los 60 y 70, comenzó a brillar en peso.
La precursora en esta especialidad había sido Valerie Young, quien tuvo una extensa carrera -20 años- a partir de la década de los 50. Su récord de 17,26 metros estuvo en el «ranking» nacional neozelandés durante casi 40 años, hasta que Valerie Vili (Adams antes del matrimonio) se lo arrebató con un tiro de 17,54.
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