La Catapa
8 /10- Precio medio
- 50€
- Dirección
- Menorca,14
- Teléfono
- 91 574 26 15 Llamar

Los alrededores del Retiro, entre Menéndez Pelayo y Narváez, se han convertido en los últimos años en una de las zonas de Madrid más atractivas, si no la más, para el tapeo de calidad. Restaurantes con buena barra y tabernas tradicionales y modernas en las que se puede comer o cenar de manera más informal, en un tiempo más breve y, normalmente aunque no siempre, con un coste menor. Lo bueno de estas tabernas está en la mejora sustancial de la calidad y la variedad de la oferta, tanto en la comida como en la bebida. Uno de esos establecimientos es La Catapa, el proyecto de su propietario y cocinero, Miguel Ángel Jiménez, un profesional de larga trayectoria. Cuenta con un pequeño comedor más formal y una amplia, una de las mejores de Madrid por variedad y calidad. En ambos espacios, una oferta de platos muy tradicionales, bien elaborados, con una materia prima seleccionada con mimo y precios razonables.
Muchas de las cosas que se sirven en la barra se pueden tomar también como entradas en el comedor, con posibilidad además de medias raciones. Las buenas anchoas de Santoña con asadillo de pimientos, el excelente y cremoso salmorejo que se acompaña con ventresca o con jamón ibérico, las croquetas de patata y trufa o de jamón ibérico, la ensalada de perdiz escabechada o el carpaccio de tomate raff con ventresca. No falta un plato de cuchara del día, como unas sustanciosas verdinas con carabinero, ni un breve capítulo de arroces que Jiménez elabora muy bien. Destaca el meloso de gamba roja de Denia.
En las carnes, buen steak tartar y chuleta de vaca vieja de calidad. No hay que perderse la casquería, especialmente unos estupendos y callos con pata y morro, cortados en trozos más pequeños de lo habitual, o las mollejas salteadas con hongos y foie. Y como pescados, desde un buen morrillo de atún rojo a unas cocochas de merluza. Para postre, está muy bien seleccionado el surtido de quesos. El resto son simplemente correctos: arroz con leche casero, tapón de chocolate con helado de regaliz o una tarta fina de manzana con helado de vainilla que llega a la mesa excesivamente cruda. De la completísima bodega se ocupa con acierto la competente sumiller María José Jurado.
Cierra domingos. Barra.